Crimen en el country. Silencio y estupor entre los vecinos y guardias de Fincas de Hudson
El hermetismo fue una constante en la puerta del complejo de 46 hectáreas donde en la mañana ocurrió un drama familiar
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Por la tarde, a menos de 12 horas del brutal ataque que un adolescente cometió contra su familia en Fincas de Hudson, el barrio cerrado comenzaba a recobrar la tranquilidad en la medida que los efectivos judiciales y de la policía científica abandonaban el lote K20 donde B.R. mató a su padre, hirió a su madre, su hermana y luego intentó suicidarse.
Sin embargo, la presencia policial seguía adentro del complejo y en la puerta de la casa en donde ocurrió la tragedia para evitar que se acerquen curiosos. Afuera, algunos autos entraban y salían esporádicamente, pero ningún vecino quiso hablar. De hecho, la mayoría de los que ingresaban lo hacían por el sector marcado como “visitas”, según constató LA NACION.
Un hombre que trabaja en un inmueble del barrio que estaba terminando su turno y prefirió no revelar su identidad, le contó a LA NACION que, aunque no escuchó nada, porque en el momento estaba en la cocina, la noticia lo sorprendió, ya que el lugar se caracteriza por su tranquilidad.
En el ingreso durante el domingo se observaban a matrimonios de adultos mayores, familias con niños pequeños que entraban y salían como propietarios o visitas. Las casas están emplazadas en lotes de más de 700 metros cuadrados, por los que hay espacios verdes que las separan entre sí, lo que aumenta esa tranquilidad que se vio turbada por el drama familiar ocurrido alrededor de las 10.
Los vecinos solo comentaron y remarcaron, como el empleado, que los acontecimientos los sorprendieron, pero ninguno dijo conocer o ser amigos de la familia. Un señor que esperaba a que su familia, de visita en el lugar, saliera, contó que, aunque es la primera vez que se acercaba al country, estuvo a punto de cancelar la cita de juegos que tenían sus hijas menores, en el lugar por miedo ante los eventos.
Adentro del barrio, cerca del atardecer, todavía se podían ver algunas camionetas de la policía circulando.
Por su parte, los empleados de seguridad en la entrada se negaron a hablar con este medio, que pudo observar el movimiento de adentro en una recorrida por el perímetro del country, que cuenta con más de 300 lotes en un predio de 46 hectáreas en una de las zonas donde proliferaron los barrios cerrados en el sector conocido como Gutiérrez dentro del partido en la zona sur bonaerense.
El hecho
El drama familiar ocurrió en el barrio situado en el partido de Berazategui, cuando el mayor de los hijos de la pareja, cuyas iniciales son B.R y tiene 14 años, por causas que aún se investigan, tomó un arma y comenzó a disparar al resto de la familia.
Tras una llamada de alerta desde la seguridad del barrio cerrado a la policía bonaerense, los uniformados se trasladaron hasta el complejo situado en la Calle 137 sin número y se encontraron con un cuadro dantesco dentro de la casa, situada en el lote K20.
En la planta baja yacía el cuerpo del padre de la familia, identificado como Ramiro Rotelo, que presentaba un disparo en el pecho, que salió por la espalda. En tanto, en la planta superior de la vivienda, estaba el chico de 14 años que efectuó los disparos. El adolescente tenía un impacto en el lado derecho de la cabeza y presentaba signos vitales débiles, por lo que fue trasladado de urgencia al hospital de Berazategui. Según pudo saber LA NACION, el menor se encuentra en estado crítico en la unidad de terapia intensiva luego de que fuera intervenido. Además, se dispuso una consigna policial dentro del centro de salud.
En la vereda de enfrente de la casa donde ocurrió el ataque estaba Ruth Aida Caridad Semeszczuk, la madre de la familia, que presentaba un disparo en el abdomen y también fue trasladada de urgencia. Fuentes oficiales explicaron a LA NACION que la mujer trabajaba como médica forense en el Poder Judicial de la Nación.
En tanto, la menor de la familia, una niña de solo ocho años, identificada con las iniciales A.R., estaba en la casa de unos vecinos, que la asistieron y trasladaron luego de haber sido rozada por una bala a la altura del abdomen. La misma también fue trasladada al hospital local y se encuentra fuera de peligro.
La niña confirmó a los investigadores que quien efectuó los disparos fue su hermano mayor que, a pesar de su corta edad, presenta una contextura física grande y que mide más de 1.80 metros.
Minutos antes de las 16, fuentes sanitarias informaron a LA NACION, sobre el estado de salud de los sobrevivientes. “La mujer mayor de edad fue operada por herida de arma de fuego. Actualmente, en terapia intermedia y estable. El menor de edad se encuentra grave con pronóstico reservado. La menor de edad con traumatismo de tórax”, indicaron.
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