Crimen y misterio: inspeccionaron el campo donde fue visto por última vez el hombre asesinado y descuartizado
Peritos concurrieron a un descampado en General Rodríguez, donde el empresario se reunió con dos conocidos que le debían dinero
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Los investigadores del crimen de Fernando Pérez Algaba, el hombre asesinado de dos tiros y cuyo cuerpo, descuartizado, fue hallado en un arroyo de Lomas de Zamora, inspeccionaron el campo donde dos testigos dijeron haberse encontrado con él el martes 18 de julio para pagarle una deuda de 75.000 dólares.
Como había informado LA NACION, dos testigos dijeron que se habían reunido con Pérez Algaba, de 41 años y apodado Lechuga, en General Rodríguez para entregarle dinero que le debían.
Uno de ellos, a quien fuentes del caso identificaron como Maximiliano Pilepich, entregó incluso su propia camioneta a la Justicia, ya que aseguró que era el vehículo que usaba Pérez Algaba, a quien le debía una importante suma de dinero.
Quienes están al corriente de la pesquisa iniciada por el hallazgo del cuerpo descuartizado de Pérez Algaba afirman que la víctima llegó con Nahuel Vargas a la cita con Pilepich aquel martes 18. En sus declaraciones testimoniales, ambos contaron que la reunión fue en una zona semiurbana de General Rodríguez y que el objetivo fue entregar US$75.000 que formaban parte de una deuda que tenían con Lechuga, que a su vez le debía dinero a un barrabrava de Boca Juniors.
Los testimonios de Pilepich y Vargas habrían concluido en forma coincidente: dijeron que ambos se alejaron de la zona y que Pérez Algaba se quedó allí, solo y con los dólares en su poder. Contaron que el hombre que hacía negocios con criptomonedas avisó que “alguien” pasaría a buscarlo. El domingo 23 se encontró la primera parte de sus restos en un arroyo de Lomas de Zamora.
El fiscal Marcelo Domínguez, que está a cargo de la investigación del crimen, decidió inspeccionar el campo de General Rodríguez porque, según lo que señalaron los testigos, es el último lugar en el que alguien vio con vida a Pérez Algaba.
Personal de la policía bonaerense hizo un relevamiento del lugar –más parecido a un descampado– y buscaron cámaras de seguridad que pudieran haber captado la forma en que la víctima se fue de allí.
Fuentes judiciales y policiales informaron a la agencia de noticias Télam que la inspección se realizó esta mañana y que no aportó resultados positivos en cuanto a elementos de importancia para la investigación.
Vargas es un examigo de Pérez Algaba, con quien realizaba negocios, y Pilepich es un hombre vinculado al rubro de la construcción que era dueño de la camioneta Land Rover modelo Range Rover Evoque del año 2012 color blanca en la que la víctima se movilizó dos días antes de su desaparición y que el propio dueño entregó el pasado viernes a los investigadores del caso.
Según informaron a Télam fuentes vinculadas a la causa, Vargas y Pilepich le debían a Pérez Algaba 150.000 dólares, 75.000 de los cuales le habían devuelto en una escribanía de Castelar, mientras que la suma restante supuestamente se la restituyeron durante el encuentro que dijeron haber mantenido en ese campo de General Rodríguez.
La única detenida
En las últimas horas, el juez de Garantías de Lomas de Zamora Sebastián Ariel Monelos, rechazó un pedido de excarcelación o de arresto domiciliario presentado por la defensa de Nicol Chamorro, la mujer trans que había sido detenida como “partícipe secundaria” del crimen, ya que era quien tuvo la valija en la que fueron halladas las extremidades seccionadas de Pérez Algaba.
El fiscal Domínguez aguarda los resultados de los peritajes –que se realizarán este martes– sobre una remera y una campera secuestradas a la mujer trans Chamorro, donde se detectaron manchas que podrían ser de sangre.
No obstante, su abogado defensor, Marcelo Ponce, dijo a la agencia Télam que esas manchas son de salsa, producto de que, al ser arrestada, la mujer estaba cocinando.
Pérez Algaba, de 41 años, había recibido numerosas amenazas de muerte de parte de sus acreedores. Pero, como sostuvo Vargas en su denuncia y como se desprende de un mensaje de voz de WhatsApp, él también amenazaba a las personas que le debían dinero.
El 14 de febrero pasado, Vargas, había denunciado por amenazas a su examigo Pérez Algaba. Antes o después de la presentación en una comisaria de la policía bonaerense, enojado, el trader y vendedor de motos y autos le había mandado un amenazante mensaje de voz: “Divertite mucho que cuando vuelva te voy a buscar por cielo y tierra. Anda a hacer la denuncia que quieras. Te voy a arruinar la vida pedazo de loro. Traidor. Me vas a pagar cada peso que me debes hijo de remil puta. Fui a buscar a un pibe a México... a vos te voy a buscar por cielo y tierra”.
El abogado de Gustavo Iglesias, el barrabrava de Boca Juniors, que amenazaba con cortarle las manos a Pérez Algaba, se mostró “sorprendido” por los audios que circulan en los medios y que le son atribuidos a su asistido, y dijo que, a su criterio, quien hace conocer esas conversaciones es quien mató a la víctima y se quedó con su teléfono celular.
”Me llama la atención de dónde salieron esos audios; la fiscalía los tiene a través de los medios, que hacen muy bien su trabajo. Pero lo que hay que preguntarse es quién pasa esos audios. Para mí es obvio: es la persona que se quedó con el teléfono de Fernando. El que mató a Fernando es el que tiene el teléfono y esos audios estaban en ese teléfono”, sostuvo el abogado Rodrigo González en declaraciones al canal C5N.
En uno de los audios que se conoció la semana pasada, Gustavo Iglesias insulta a Pérez Algaba y lo amenaza: “Yo no te voy a matar, te voy a hacer algo peor, te voy a sacar los ojos y cortar las manos para que no puedas contar más en tu vida plata, juro por mis hijos que no tengo ningún problema por ir preso”.
“Los audios obviamente son fuertes, pero también son fuertes en el contexto de hoy, en el que Fernando apareció de la manera que apareció”, afirmó González.
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