Crimen de Fernando Báez Sosa: ¿quién es Juan Pedro Guarino?
Es uno de los sobreseídos en el caso por la muerte del joven ocurrida en Villa Gesell en enero de 2020; qué dijo en la audiencia que lo tuvo como testigo
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Las audiencias del juicio que busca asignar penas a los responsables del asesinato de Fernando Báez Sosa trajo de nuevo el nombre de Juan Pedro Guarino: uno de los amigos de los ocho acusados que se encontraba con ellos la noche del crimen, pero fue sobreseído de la causa junto a Alejo Milanesi.
Ambos jóvenes, 19 y 20 años al momento del hecho respectivamente, fueron detenidos en la mañana del 18 de enero de 2020 y quedaron libres 23 días después. Aquella madrugada, el grupo de Zárate realizó una emboscada que culminó con la muerte de Fernando Báez Sosa frente al boliche Le Brique de Villa Gesell, donde ambos grupos de jóvenes se habían trenzado en un enfrentamiento.
El testigo es hijo de Nicolás Guarino y Luciana Gatti, y hoy tiene 22 años. Nació el 29 de noviembre del año 2000, aún reside en la ciudad de la que es oriundo y, actualmente, estudia psicología. Como contó en su declaración de esta tarde, eligió la carrera después de lo sucedido en la ciudad balnearia: “Fue una mierda para mi, fui a la psicóloga y me cambié de carrera”, contó al responder cómo había procesado lo ocurrido aquella noche.
Además, aclaró que “no era amigo íntimo” de todos los involucrados en el asesinato, y que su máxima vinculación era con Ciro y Luciano Pertossi. Por otro lado, iba al mismo colegio que Blas Cinalli y jugó al rugby con Thomsen.
Al momento de su detención seguía con atención este deporte, que lo emparentaba con algunos de los involucrados en el crimen: en el allanamiento policial consta que en su billetera había un carnet del Club Náutico Arsenal Zárate en el que también estaban inscriptos algunos de los imputados por el homicidio de Fernando. Además, en su celular tenía una funda de los All Blacks, como se conoce al seleccionado de rugby de Nueva Zelanda, el país al que viajó por seis meses junto a Ciro, tal como contó un familiar de Guarino a eltrece en febrero de 2020.
La misma fuente contó que, luego de ser sobreseído, no salió de su casa por varios días. Esto coincide con la “vergüenza” que contó haber sentido luego del hecho, en su relato en la audiencia de la fecha. Guarino también aclaró, como había hecho su familia en su momento, que ya había advertido la violencia que rodeaba al grupo. De hecho, le había prometido a su madre, Luciana Gatti, y a su novia que, en caso de que sus compañeros se trenzaran en más peleas, volvería a su casa. La segunda noche de ese viaje a Gesell, donde estaría por cuatro días junto al grupo, se produjo el trágico asesinato.
Aunque su vida cambió radicalmente desde aquel verano, aún mantiene una relación con la misma joven con la que estaba de novio al momento del crimen. Como revelaron las pericias tecnológicas durante el juicio, en la madrugada de aquel 18 de enero le mandó un mensaje a su pareja para decirle: “Esta noche fue rara, no me siento bien. Lo único que necesito es tenerte a vos en la vida, no dejes de hacerme el pibe más feliz del mundo”.
El grupo fue detenido por la mañana y, tal como declaró ante el Tribunal de Dolores, algunas horas más tardes, Guarino se enteró que Fernando había muerto. “¿Cuándo te enterás de que habían asesinado a una persona?”, le consultó el abogado Fernando Burlando, quien defiende a la familia Báez Sosa en el juicio. “A la tarde, cuando estábamos con los precintos. Lo dijo un policía”, reveló el joven.
En aquel entonces, luego de un paso por el penal de Dolores, fue trasladado junto a sus amigos a la Alcaldía de Melchor Romero, donde los imputados continúan con prisión preventiva, aunque para estar presentes en las audiencias se hayan trasladado otra vez de manera temporal a Dolores.
Melchor Romero fue también el lugar del que fueron liberados Guarino y Milanesi, por pedido de Verónica Zamboni, la fiscal en la instrucción del caso. En aquel momento, la funcionaria judicial consideró que, si bien estuvo comprobado que aquel verano ambos compartían el domicilio con los ocho acusados y eran también parte del grupo oriundo de Zárate, esto no fue suficiente para avanzar con la imputación: “No menos cierto es que ello no permite por sí, y por el solo hecho de compartir un espacio físico para residir transitoriamente, afirmar que resultan partícipes del hecho”, remarcó por entonces al declararlos inocentes, medida que el equipo legal de los Báez Sosa no apeló.
En este sentido, Zamboni repasó las apariciones de Guarino en registros de los momentos previos al ataque, y dijo: “Se halla filmado saliendo del bailable Le Brique, y por Lucas Pertossi desde su celular al salir del boliche (en un restaurante que está junto a Le Brique)”. Sin embargo, según sostuvo la representante del Ministerio Público Fiscal, “nada lo ubica en la agresión directa a Fernando”, y añadió: “Considero que no existen elementos a esta altura que permitan mantener su situación de incertidumbre, ello atento el resultado negativo de la totalidad de los reconocimientos en rueda de personas desarrollados, y pericias fundamentales desarrolladas”.
Por último, para justificar su sobreseimiento, Zamboni señaló las pericias negativas que se hicieron sobre él: “Si bien un solo testigo lo ubicó en las inmediaciones del lugar, lo cierto es que ninguno lo pudo reconocer como agresor de Fernando o de su grupo de amigos. Ningún registro fílmico ni pericia fílmica lo ha grabado agrediendo a alguna persona, sino solo caminando”. Con estos argumentos, fue puesto en libertad. La familia de Fernando no presentó una apelación al respecto.
Guarino y Milanesi (sobreseídos del caso), junto a Colazo (el nro 11) tienen una gran responsabilidad ante los jueces. Deben contar LA VERDAD de lo ocurrido y hacer justicia por Fernando. Espero que no se presten a dar falso testimonio para encubrir a los asesinos de sus amigos.
— Fernando Burlando (@FernandBurlando) January 16, 2023
Los dos sobreseídos, Guarino y Milanesi, acudieron hoy al tribunal de Dolores donde se juzga el crimen cometido por la patota de sus amigos. En su camino hacia la sede judicial, Guarino dijo que quería “ayudar” y pidió “Justicia por Fernando”.
Sus testimonios fueron convocados tanto por la defensa de los ocho de Zárate, encabezada por Hugo Tomei, como por los querellantes en favor de la familia Baéz Sosa, que son representados por Fernando Burlando, el doctor Fabián Améndola y otros letrados del mismo bufete.
Qué dijo Juan Pedro Guarino en su testimonio
El más joven de los sobreseídos fue la primera persona en declarar en la audiencia de este lunes en los tribunales de Dolores, y su palabra generó gran expectativa, ya que por el momento todos los imputados hicieron uso de su derecho de no declarar en la causa. El único que habló fue Luciano Pertossi, quien pidió la palabra cuando la Policía Federal mostraba un video del ataque y se limitó a decir: “Yo no estaba ahí”.
La exposición de Guarino comenzó con una pregunta del doctor Burlando, quien le consultó: “¿Qué pasó el 18 de enero de 2020?”, y le pidió al testigo un relato de las horas previas a la muerte de Báez Sosa.
“Que yo me acuerde nos levantamos tarde porque nos acostamos tarde. Fuimos a la playa, volvimos a la casa, nos bañamos, nos cambiamos y nos preparamos. Hablé con una compañera de colegio y fuimos a una casa. Ya habíamos comprado las entradas para ir a Le Brique. El boliche estaba muy lleno de gente”, comenzó el joven según reconstruyó desde el tribunal Gabriel Di Nicola, periodista de LA NACION.
“Yo esperé a poder entrar. Dije: ‘Me voy’. Hasta que por una de las puertas pudimos entrar. Después fue normal hasta que estaba parado en las escaleras de la pista de abajo y veo que cerca mío, en la barra, estaba discutiendo Máximo Thomsen y [Matías] Benicelli con dos o tres chicos. Después me entero [que era] porque le habían tirado un vaso”, siguió el testigo, que luego contó cómo sacaron a Thomsen y a los demás acusados del boliche.
De todas formas, él sostuvo que no fue parte del grupo forzado a abandonar el local por la seguridad de Le Brique: “Salgo por decisión propia, más tarde que ellos. Salgo caminando por atrás y veo a mi izquierda que Luciano Pertossi está peleando con otro chico. Llego cuando Luciano ya no se estaba peleando más. Voy a ver cómo estaba él. Lo siento en un banco. Viene Ciro Pertossi. Luego, escucho gritos a mi derecha, Luciano y Ciro se levantan y se van, imaginé que iban a pelearse de vuelta, no lo podía creer”, indicó y reveló: “Miro, veo a Máximo Thomsen y a un chico tirado en el piso, y después me entero de quién era. Cuando vi eso no lo podía creer, me enojó muchísimo y me fui solo”.
“¿Por qué no lo podías creer”, inquirió Burlando. “Porque habíamos ido de vacaciones a pasarla bien”, contestó Guarino, al tiempo que aclaró que no era la primera vez: “Ellos ya se habían peleado en otras ocasiones. Había hablado con mi mamá y mi novia que, si volvía a pasar, me iba a volver de las vacaciones. Nunca lo pude creer”, completó.
“¿Se movía la persona tirada en el piso?”, interrogó el abogado en referencia a Fernando Báez Sosa. “Lo que llegué a ver, no”, dijo contundente el joven, que acotó: “Sentí hasta vergüenza, me da mucho dolor”.
Entre otras solicitudes que le hizo la querella, también se le pidió a Guarino que se parara de pie frente a videos de esa noche para precisar la identidad de los presentes, uno de los temas de discusión entre los abogados de Báez Sosa y la defensa de los acusados.
Tras su declaración, habló con los medios y dijo: “Es muy doloroso para mí, para la familia de Fernando. Quiero justicia por él. Con lo que yo intenté ayudar hoy, quiero que la familia pueda encontrar un poco de paz. Quiero que ellos se hagan cargo de lo que hicieron”. Y cerró: “La verdadera justicia sería que Fernando vuelva y gracias a ellos no va a poder ser posible”.
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