Crimen de Bastián. Detienen al policía que mató de dos tiros al chico de 9 años cuando les disparó a dos motochorros
La Cámara de Lomas de Zamora revocó la excarcelación del oficial Juan Alberto García Tonzo; “recién vi al nene cuando estaba en el piso, con la madre gritando, pidiendo por ayuda”, dijo el acusado en una entrevista televisiva; hubo una marcha para pedir justicia en Wilde
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“Hoy empezamos a hacer justicia, pero quiero que este policía pague de por vida en una cárcel. Bastian no merecía morir en manos de este delincuente asesino”, dijo a LA NACION Johana Raquel Montoya entre sollozos y lágrimas que no cesaban. Acababa de enterarse de que la Sala II de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Lomas de Zamora había hecho lugar al recurso interpuesto por la querella, representada por el abogado Matías Morla, y había decidido revocar la excarcelación del policía Juan Alberto García Tonzo.
Integrante del Comando de Patrulla de Avellaneda, García Tonzo es señalado como el autor de los disparos que el 10 de julio causaron la muerte de Bastián Escalante, que tenía 9 años y caminaba por la calle con su madre, tras haber terminado su entrenamiento de fútbol de la categoría 2013 en la Sociedad de Fomento Barrio de La Carne, de Wilde. El chico quedó entre el policía y los motochorros a los que les disparó desde la esquina cuando huían, después de haber intentado robarle la moto.
En su resolución, los jueces Pablo Little, Alejandro Rojas y Esteban Baccini fueron contundentes a la hora de señalar los peligros de “entorpecimiento” que podría haber en la investigación, por lo que ordenaron la “inmediata detención” de García Tonzo para descartar cualquier riesgo de fuga. Esta tarde quedó detenido en una alcaidía de Retiro.
“No hay nada para festejar. Esto es simplemente el primer paso en esta lucha por justicia que terminará cuando logremos la prisión perpetua del asesino de Bastian. La Cámara corrigió el gravísimo error de primera instancia. Son jueces justos, probos y tremendamente razonables”, expresó Morla.
El letrado de la familia Escalante agregó: “No podemos entender cómo un profesional de la seguridad arruinó una familia disparando a mansalva, vaciando literalmente su cargador y su ira en las puertas de un club donde también hay una escuela. Tampoco comprendo a los que especulan miserablemente con lo de la legítima defensa. Esto fue un vil asesinato. Está comprobado que quienes intentaron asaltarlo ni siquiera atinaron a sacar un arma, solo salieron corriendo. Y él empezó a los tiros como si estuviera cazando”.
Horas antes de la revocatoria de su libertad, García Tonzo afirmó que “en ningún momento” vio a Bastian cuando abrió fuego contra los asaltantes. “Recién vi al nene cuando estaba en el piso, con la madre gritando, pidiendo por ayuda. Me acerqué, traté de contener la pérdida de sangre y les pedí a los vecinos que llamaran al 911. Al día siguiente me enteré de que había fallecido”, dijo en una entrevista con Telefé.
También manifestó que sobrelleva el caso “como puede” y que le gustaría acercarse a la familia del chico para ofrecerles ayuda, a pesar de que ellos lo señalan como el único culpable de la muerte del menor.
Hace un mes, los estudios determinar que las únicas ocho vainas servidas encontradas en el lugar del hecho fueron disparadas por una sola arma, la que portaba García Tonzo, una “pistola semiautomática de acción simple y doble, calibre 9x19 mm (9mm Luger), marca Bersa, modelo TPR9, con numeración serial 13-J84797″, según reza el informe dirigido al fiscal Juan Ignacio Colazo, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) N°2 del Fuero de Responsabilidad Juvenil del Departamento Judicial de Lomas de Zamora.
“Las vainas servidas individualizadas como N°1, 2, 3, 4, 5, 6, 8 y 15 han sido percutadas por dicha arma de fuego”, precisaron. Además, en los videos recogidos y adjuntados para la investigación se determina que los asaltantes no efectuaron disparos.
En la línea de fuego
A las 20.37 del miércoles 10 de julio, Bastián iba en su bicicleta a paso lento junto a su madre tras el entrenamiento de fútbol. Apenas habían hecho una cuadra por Caxaraville cuando ella advirtió que un par de motochorros intentaban robarle la moto Rouser NS200 a una persona. Vio que habían llegado otros dos delincuentes, y que el hombre asaltado había sacado un arma. Le gritó a su hijo que tenían que volver sobre sus pasos. Sonaron los disparos.
Bastián recibió un tiro en el omoplato y otro en el cuello. Pedaleó hasta que no pudo más y apenas alcanzó a decirle a su madre: “¡Ay, ma!”, y cayó al suelo, desvanecido. Ella, desesperada, contó después: “Me decía que le dolía. Cuando vi dónde tenía lastimado me di cuenta de que era en el cuello. Pedí socorro y llegó un patrullero que nos llevó a la UPA [Unidad de Pronta Atención] y de ahí al Hospital Finocchieto. Solamente lo vi al policía. Tampoco vi que los chorros dispararan cuando iban a toda velocidad por al lado nuestro por Caxaraville huyendo de la balacera... Al único que le vi un arma fue al policía”.
Uno de los proyectiles había entrado por la cervical derecha de Bastián y salido por su hombro izquierdo. Y el otro dio en el omóplato. En el hospital sufrió un shock hipovolémico por hemorragia aguda y dos paros cardiorrespiratorios. Superó el primero, pero mientras lo operaba hizo un segundo paro y murió.
Peritajes reveladores
Uno de los proyectiles había entrado por la cervical derecha de Bastián y salido por su hombro izquierdo. Y el otro dio en el omóplato. En el hospital sufrió un shock hipovolémico por hemorragia aguda y dos paros cardiorrespiratorios. Superó el primero, pero mientras lo operaban hizo un segundo paro y murió.
Los primeros peritajes establecieron que las únicas ocho vainas servidas encontradas en el lugar del hecho fueron disparadas por una sola arma, la que portaba García Tonzo, una “pistola semiautomática de acción simple y doble, calibre 9x19 mm (9mm Luger), marca Bersa, modelo TPR9, con numeración serial 13-J84797″, según el informe dirigido al fiscal Juan Ignacio Colazo, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) N°2 del Fuero de Responsabilidad Juvenil de Lomas de Zamora.
“Las vainas servidas individualizadas como N°1, 2, 3, 4, 5, 6, 8 y 15 han sido percutadas por dicha arma de fuego”, precisaron. Además, en los videos recogidos y adjuntados a la investigación no se advirtió que los asaltantes hubiesen disparado.
Johana Montoya denunció que un efectivo bonaerense que llegó primero al lugar del hecho dio la orden e intentó levantar las vainas servidas y demás elementos relacionados con el hecho. Pero no lo logró porque los vecinos advirtieron la maniobra y pudieron impedirlo.
Un segundo peritaje, efectuado por la Policía Federal, estableció que la Bersa estaba en condiciones de funcionamiento y que “los seis cartuchos de balas secuestrados eran de uso prohibido”. Era “munición de proyectil expansivo y con envoltura metálica, sin punta y con núcleo de plomo hueco o deformable, con cabeza chata, con deformaciones, ranuras o estrías capaces de producir heridas desgarrantes, en toda otra actividad que no sea la de caza o tiro deportivo”.
En cuanto a las vainas halladas en el lugar, se volvió a comprobar que habían salido de la pistola del policía. Y que otras cuatro, por su estado, no pudieron ser certificadas.
La conclusión final fue que la pistola Bersa de García Tonzo estaba en condiciones de ser disparada, fue la única arma secuestrada y las vainas halladas le pertenecen.
El 23 de julio pasado, el policía, imputado por “homicidio cometido con arma de fuego en exceso de la legítima defensa”, fue beneficiado con la excarcelación porque se determinó que no existía riesgo de entorpecimiento ni de fuga. Ese fallo fue ahora revertido por la Cámara de Apelaciones y Garantías.
Morla adelantó que pedirá el cambio de carátula por la de homicidio agravado: “Vamos por la prisión perpetua. La entrevista que dio el asesino de Bastián indignó aún más a la madre del niño, a su familia y a todos nosotros. El policía relató cosas que no pasaron y que nunca pudieron ser probadas. La más grave es que asegura que los delincuentes dispararon, algo que no se vio en ninguno de los videos y que no hay un testigo que lo corrobore. Para Johana y toda su familia es un primer paso. Pero que este asesino espere el juicio preso habla de que hay jueces que hacen las cosas como se debe. Ahora no vamos a parar hasta lograr la reparación total y la única manera es con una condena a perpetua, no hay otra”, afirmó el abogado.
Marcha y dolor
Ayer se realizó una nutrida marcha en Avenida Mitre y Las Flores, de Wilde, convocada por familiares y amigos de los deudos, en la que reclamaron bajo la consigna “Justicia por Bastian”.
Johana Montoya, aunque no encuentra consuelo, tomó la medida adoptada por la Justicia con una sensación de cierto alivio para su vida y la de su familia, ya que su otra hija también concurre al club en cuyas puertas sucedió el homicidio de su hermano.
“Nunca voy a poder comprender por qué el policía sacó su arma y empezó a repartir balazos a mansalva. Si los delincuentes salieron huyendo, como mi hijo y yo. ¿Por una moto lo mató? Si ni siquiera pudieron hacer el intento de robársela. Se quiso vengar, pero el que pagó fue mi nene y nosotros, la familia. Bastián iba a divertirse al club y ocurrió lo más triste que una pueda afrontar. La pelota de fútbol era su vida, soñaba con jugar un Mundial, como Messi. Yo le tenía todo preparado los días que entrenaba, lo mimaba, lo cuidaba, igual que a mi hija, que hoy no puede superar sus miedos y lo que le pasó al hermano. La verdad, exijo justicia, pero no sé si eso me va a alcanzar. Las madres van a entender lo que siento. Encima tenemos que soportar que el asesino mienta. ¿No le da vergüenza? No creo que se atreva a mirarnos a la cara. Yo sí quiero decirle que el día que se cruzó en nuestro camino destrozó nuestras vidas para siempre”.
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