Crece el contrabando de cigarrillos para abastecer la demanda en la cuarentena
En cada quiosco de la región metropolitana se repite la escena. El consumidor de tabaco no encuentra las marcas habituales y la oferta se reduce a etiquetas poco conocidas. El desabastecimiento de cigarrillos se hizo visible esta semana. Y un mercado que alcanza, según los estudios de la Sedronar, a más de 5.400.000 personas representa un apetecible negocio para quienes pueden abastecer la demanda. Con las empresas productoras en cuarentena, se abrió un importante terreno para los contrabandistas, grupos que utilizan para mover esos embarques las mismas rutas y modalidad de tráfico que en el caso de la marihuana o cocaína. Solo cambian la mercancía. La renovada actividad de esas bandas quedó expuesta en las rutas con el decomiso en los últimos diez días de más de 100.000 atados de cigarrillos de origen extranjero.
En contrabando secuestrado en varios operativos fue valuado en más de $10.000.000 y en ese corto lapso temporal fue incautada la quinta parte del total de cigarrillos decomisados durante todo el año pasado.
A mediado de la semana pasada empezaba a notarse la falta de cigarrillos tradicionales en los quioscos metropolitanos y al mismo tiempo surgían indicios de un crecimiento en el movimiento de los contrabandistas. El miércoles pasado las patrullas de la Gendarmería concretaron en pocas horas cuatro procedimientos en localidades de Misiones, donde secuestraron 27.440 atados de cigarrillos en operativos de control vial. Un día después se interceptaron otros dos cargamentos con 10.000 atados al controlarse el movimiento de vehículos en localidades misioneras.
La llegada de esos embarques ilegales a la zona metropolitana se visualizó anteanoche, cuando la Policía de la Ciudad detectó unairregularidad en uno de los puestos de control de tránsito en el peaje de la autopista Dellepiane, en la zona de Parque Avellaneda. El conductor portaba un permiso de circulación para el transporte de alimentos durante el período de aislamiento social obligatorio, pero no contaba con la cédula azul de la camioneta utilitaria, situación sospechosa que llevó a una inspección del vehículo. Fueron encontrados 11.500 atados de cigarrillos extranjeros.
El mayor decomiso de tabaco ilegal en la ciudad de Buenos Aires durante el año pasado fue el secuestro de 30.000 atados en un operativo realizado por la policía porteña en el barrio de Once. Por su parte, las fuerzas de seguridad federales siete importantes decomisos de cigarrillos en 2019 en todo el país, pero no se había observado antes un movimiento de contrabando tan intenso como el registrado desde el sábado 25 de abril, cuando un conductor , en su intento de eludir un puesto de control, abandonase una camioneta con 34.500 atados de cigarrillos en la ruta nacional 81, en las cercanías de la localidad formoseña de El Colorado.
Un día antes, las empresas productoras de tabaco habían solicitado al Ministerio de Desarrollo Productivo la reapertura de sus fábricas y tambiénadvirtieron sobre el problema que podría generar la falta de cigarrillos en los puestos minoristas de venta. En ese pedido se había agregado el alerta sobre la repercusión del posible desbastecimiento: "Se abre una oportunidad para el comercio ilegal de cigarrillos, con la consiguiente pérdida de recursos tributarios".
Los grupos que operan el transporte logístico en el contrabando de cigarrillos son los mismos, en general, que controlan el movimiento de drogas ilegales. Manejan en forma indistinta cargamentos de una u otra sustancia, según las necesidades del mercado. Incluso pueden trabajar con más de una droga a la vez, tal como fue notificado ayer por la Prefectura, que interceptó en el río Paraná, a la altura de Corrientes, un bote que transportaba 3000 atados de cigarrillos y 50 kilos de marihuana.
No es la primera vez que se encuentran estos cargamentos mixtos. Y no solo se utiliza la ruta de la marihuana -las investigaciones policiales marcan que las avionetas narco que despegan en Paraguay trasladan también cigarrillos-, sino que también pueden encontrarse casos en la zona fronteriza con Bolivia. En Orán, por ejemplo, en octubre pasado fueron secuestrados a la vez 18,5 kilos de cocaína y 10.500 atados de cigarrillos.
Las redes de contrabandistas se mueven al ritmo de la demanda de un producto y en estos días de cuarentena los cargamentos ilegales de cigarrillos se mueven con más intensidad que antes.
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