Corrupción policial: detuvieron a dos jefes policiales que le exigían dinero a una temible banda narco a cambio de información
Los uniformados de la Policía de Santa Fe están acusados de cobrar coimas para adelantar datos sobre allanamientos ordenados por la Justicia
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ROSARIO.-Los policías esperaron a que el narco saliera de su casa. Seguían sus pasos desde hacía tiempo. Pero no era para atraparlo, sino para pedirle dinero a cambio de darle información calificada para que pudiera escapar de los allanamientos que estaban preparando la justicia federal y provincial contra uno de los jefes de los sicarios de la banda de Los Monos en el barrio Ludueña, en la zona oeste de esta ciudad, donde se produjeron más de 40 homicidios del total de 222 en el departamento Rosario.
El fiscal Pablo Socca ordenó la detención de Jorge R. y Ricardo P., el primero jefe de tercio del Comando Radioeléctrico, acusados de cobrar coimas de una de las células de la banda de Los Monos.
Estos dos policías fueron a la casa de Jonhatan Almada a pedirle dinero. Este joven es hijo de un exefectivo policial, que es la mano derecha de Mauro Geréz, uno de los sicarios más sangrientos de la banda de Los Monos, que actualmente está preso en el penal de Piñero y domina la zona oeste de Rosario. Almada fue interceptado por los policías cuando salía de su casa junto con su novia, que le contó por teléfono esta escena a uno de los abogados de la organización.
Los policías fueron a pedirle dinero a Almada a cambio de pasarle información calificada sobre los operativos que se iban a realizar en esa zona el 22 de agosto pasado. Ese día, se llevaron adelante más de 60 allanamientos ordenados por Socca y el fiscal federal Javier Arzubi Calvo, que apuntaban a desmantelar la red que manejaba Geréz desde la cárcel. Almada era uno de los brazos ejecutores de la venta de drogas y de los enfrentamientos con un grupo rival, encabezado por Francisco Riquelme, también detenido en Piñero, que opera para el narco Esteban Alvarado, recluido en el penal de Ezeiza.
En uno de los cuadernos que se le secuestró al padre de Almada, expolicía, figuran los montos obtenidos por la venta de drogas en los búnkeres que manejaba la banda en la zona oeste. El 29 de enero pasado, por ejemplo, este grupo de soldaditos recaudó 667.000 pesos. El 1 de febrero último el monto de recaudación fue mayor: 1.062.000 pesos.
Almada manejaba esa cantidad de dinero por día, que luego subía a los gerentes más importantes de la banda, como Ariel Cantero, líder del grupo criminal que está preso en Marcos Paz. Pero antes de llegar a sus manos se transformaba en dólares. En otra causa contra esta banda se detectó que los viernes juntaban el dinero de los búnkeres y en una financiera en pleno centro de Rosario, que se adjudicó al extitular de Terminal Puerto Rosario Gustavo Shanahan, se cambiaban los millones de pesos obtenidos por la venta de cocaína a dólares blue. La cueva cobraba un diferencial por el riesgo que representaba operar con esta gente vinculada al crimen organizado.
En la causa que investigó Socca se adviertió que Geréz, el jefe de los sicarios de Los Monos, reclutaba soldaditos en los clubes de la zona.
En la imputación, el fiscal citó a un testigo de identidad reservada que dijo que el lugarteniente de Los Monos buscaba como “mano de obra” a adolescentes que jugaban al fútbol en el barrio, en el Club Padre Edgardo Montaldo, nombre de un sacerdote que murió en 2016 y contenía justamente a los chicos que atravesaban una situación económica vulnerable.
Causó sorpresa lo que contó el testigo. “Geréz jugaba en un equipo y empezó a ofrecer botines, guantes. Es la forma que tiene de convencer a los pibitos. Les regala zapatillas, cosas, para que después terminen ‘soldadeando’ para él. Tiene más de quince pibitos”.
En medio de una nueva dinámica que aparece en torno a los movimientos y los actores más jóvenes de la banda de Los Monos se produjo el homicidio de una mujer que puede generar consecuencias hacia el interior del grupo criminal.
Ermelinda Zalazar, de 66 años, fue asesinada este lunes a la noche en el barrio La Granada, lugar que dio nacimiento hace más de 25 años a Los Monos. Esta mujer tenía un almacén en el barrio. Fue ejecutada de tres disparos. Era la abuela de la mano derecha de Luciano Cantero, hijo del líder de Los Monos Claudio Cantero, asesinado en mayo de 2013. Antes de huir, los sicarios que mataron a la mujer dejaron escrito en tiza un número de teléfono con dos letras que serían el emoji de la sonrisa: “XD”.
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