Córdoba. Cinco policías detenidos e imputados por el asesinato de un chico de 15 años
CÓRDOBA. Cinco policías están presos, acusados del asesinato de un chico de 15 años, ocurrido esta madrugada en Paso Viejo, una localidad del norte provincial. Este nuevo hecho en el que están implicados efectivos de la fuerza se produjo dos meses y medio después del crimen de Blas Correas, de 17 años, baleado por agentes en esta capital, un caso que conmovió al país.
La víctima mortal fue identificada como Joaquín Paredes. En el episodio, además, resultaron heridos otros dos jóvenes: Jorge Navarro, de 18 años (con un tiro en una pierna) y Braian Villagra, de 15 (herida con arma punzante en un brazo). Según los datos que hay hasta el momento los agentes dispararon contra un grupo de jóvenes que estaban en la calle tomando alcohol. Los agentes imputados y separados de la fuerza son Maykel Mercedes López, de 24 años; Enzo Ricardo Alvarado, de 28; Ronald Nicolás Fernández Aliendro, de 26; Iván Alexis Luna, de 25, y el sargento Jorge Luis Gómez, de 33.
Desde la Jefatura de las Departamentales Norte de la Policía de Córdoba se afirmó que los efectivos se defendieron "de una brutal agresión" por parte del grupo que integraban el chico muerto y los adolescentes heridos. Esta tarde, vecinos y allegados a las víctimas seguían con sus protestas en las inmediaciones de la comisaría de Paso Viejo, para pedir justicia por Paredes y denunciar que se trató de un caso de "gatillo fácil".
Vecinos de la zona aseguran que la policía pasó por la calle y les dijo a los jóvenes que se fueran; cuando volvieron a pasar "empezaron las balas y los chicos comenzaron a gritar que le habían pegado un tiro a uno de ellos", dijo Gloria, una testigo, a la radio Cadena 3. Contó que pedía ayuda y que las balas continuaban. "No molestaban a nadie, no estaban robando ni haciendo daño. Sí estaban escuchando música y tomando alcohol", precisó.
La mujer sostuvo que en el dispensario del pueblo no quisieron atender a los heridos: "La enfermera no salió. Ellos le golpeaban los vidrios y lo rompieron por la impotencia de que no los atendieran. Las balas no eran de goma: eran de 9 milímetros".
Según la Policía de Paso Viejo, había 20 jóvenes en el lugar -mayores y menores- que estaban "ocasionando disturbios"; afirmaron que los efectivos realizaron disparos de arma de fuego al aire "al verse superados en número por los agresores".
La titular del Tribunal de Conducta Policial, Ana Becerra, confirmó que cuatro agentes y un sargento que estaban en la calle y protagonizaron el hecho, y el superior del turno de servicio, fueron pasados a situación pasiva para "garantizar la investigación". Comunicó que el parte policial indica que a las cuatro de la mañana los agentes se comisionaron luego de haber recibido un llamado al 101 que indicaba que unas 20 personas causaban disturbios al lado del dispensario.
Siempre según el parte policial, los agentes pidieron al grupo que se fuera. "La multitud se abalanzó contra los efectivos y arrojaron golpes de puño, pedradas y objetos contundentes, por lo que el personal policial, al ser lesionado, repelió dicha acción con disparos de armas de fuego de pistola y escopeta provista", agrega.
"Los agresores destruyeron la parte interna de los mobiliarios. Hubo daños a las unidades móviles: intentaron prender fuego al móvil 6254, así como también se puede observar en el dispensario daños en puerta y ventana", continúa.
La causa está en manos de la fiscal de Deán Funes, Fabiana Pochettino. Desde el gobierno provincial señalaron que, por instrucción del gobernador Juan Schiaretti, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julián López, se comunicó con el padre del joven muerto "haciéndole llegar el acompañamiento en esta circunstancia, y la plena colaboración de ese Ministerio para que la investigación judicial esclarezca en forma total el acontecimiento".
El jefe comunal de Paso Viejo, Darío Heredia, sostuvo que se siente "responsable, conmocionado y con culpa" por lo ocurrido: "Si tengo que dar un paso al costado, lo hago. Estoy acá poniendo la cara", afirmó, al llegar a la manifestación de vecinos que pedían justicia por Paredes.
Testimonio de un amigo
"Estábamos tomando en un banco [de la plaza]. Llegaron con la escopeta y nos dijeron que nos vayamos. Nos fuimos atrás del dispensario, porque era el cumpleaños de un amigo y estaba saludando a unos parientes", afirmó un amigo de Paredes a Cadena 3. "Nos quedamos ahí unos 20 minutos, llegó un policía y nos dijo que nos quedemos piola ahí. A los dos minutos cayeron dos móviles y una chata. Se bajaron y nos empezaron a tirar. Cuando llegaron se bajaron, nos rodearon. Caminaron un poco y un loco disparó".
Señaló que en ese momento ellos empezaron a tirar piedras: "Lo vimos que estaba muerto y reaccionamos. Hizo dos quejidos y no hizo nada más, se ponía morado. Ahí nos pusimos locos, fuimos a la comisaría y la hicimos bosta. Como 12 éramos, pero nosotros, nomás".
Respecto de Paredes, apuntó que fueron al dispensario, donde hubo destrozos, cuando vieron que "tenía un tiro en la espalda". Allí, siempre según su relato, "no atendía nadie porque la enfermera no salía y estaba escondida adentro".
"Lo mataron de dos tiros por la espalda, y a las dos horas recién llegó la ambulancia, aunque ya estaba muerto", relató a la prensa uno de los manifestantes, que añadió: "Lo mataron, se vinieron y se quedaron como si nada" en la comisaría.
Defensa institucional
Por su parte, el comisario mayor Leonardo Páez Stelmach, a cargo de las Departamentales Norte de la provincia, dijo a Cadena 3 que "los efectivos respondieron porque fueron brutalmente agredidos".
"El personal policial asistió a las inmediaciones del lugar donde estaban estos jóvenes y fue agredido física y verbalmente. Tras repeler la acción, los efectivos se retiraron y regresaron a la comisaria", aseguró Stelmach.
El suceso se produjo dos meses y medio después del caso de "gatillo fácil" que tuvo como víctima a Valentino Blas Correas, de 17 años, que en la madrugada del 6 de agosto pasado murió tras recibir un disparo en el omóplato cuando viajaba en el asiento trasero de un Fiat Argo junto a un grupo de amigos, que habrían intentado evitar un control policial.
Por el hecho hay 13 policías imputados (7 de ellos, detenidos) y tres empleados de la Clínica Aconcagua, donde no quisieron atenderlo cuando agonizaba, están acusados de abandono de persona.
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