Conurbano violento: por la falta de respuestas de la policía y la ausencia de patrullajes, crece el temor de vecinos frente al delito
Pese que las estadísticas oficiales marcan un descenso de los homicidios, el miedo social se percibe el los barrio donde las costumbres se modifican para evitar ser blanco de ladrones
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Lomas de Zamora, San Martín, Quilmes y La Matanza son los distritos más inseguros del conurbano. Según estadísticas oficiales, en esos departamentos judiciales hubo delitos que registraron un crecimiento de hasta 10% con respecto al año pasado.
La información oficial marca aumentos en el hurto automotor y las agresiones sexuales, mientras que establece descensos en robos y homicidios. Sin embargo, las estadísticas no revelan un intangible que quedó expuesto durante la recorrida realizada por LA NACION: el temor de los vecinos de las zonas más calientes del Gran Buenos Aires ante la falta de respuestas de la policía y la ausencia de patrullajes.
Durante los primeros seis meses de este año, en el departamento judicial Lomas de Zamora, que incluye los partidos de Almirante Brown, Esteban Echeverría, Ezeiza y Lomas de Zamora, se registraron 11.000 robos. Además, se denunciaron 1160 delitos contra la integridad sexual y más de 1200 robos de automóviles, según cifras oficiales.
Esos datos indicaron que el departamento judicial San Martín, formado por los partidos de José C. Paz, Malvinas Argentinas, San Miguel y San Martín, tuvo un crecimiento de 10 %, con respecto a 2021, en la cantidad de hechos delictivos denunciados. En el departamento judicial Quilmes, integrado por Berazategui, Quilmes y Florencio Varela, las denuncias aumentaron 9% en comparación con 2021. Mientras que en La Matanza, la cifra de hechos denunciados aumentó 5%, según indican las cifras oficiales.
Si bien las estadísticas indicaron un aumento en la cantidad absoluta de denuncias por hechos delictivos ocurridos en esos distritos, en Lomas de Zamora, los homicidios ocurridos en los primeros seis meses de 2021, bajaron de 90 a 88, en el mismo período de este año. Los homicidios registrados en los primeros nueve meses de este año también bajaron en los departamentos judiciales San Martín; La Matanza y Quilmes. El descenso también se registró en las cifras de los robos agravados, según estadísticas oficiales.
Entre los delitos que aumentaron en esos distritos figuran los robos de automóviles y los abusos sexuales.
Si bien la cantidad de homicidios descendió en los cuatro departamentos judiciales mencionados, en San Martín hubo 18 menores de entre 17 y 16 años, que fueron detenidos por la policía, acusados de asesinatos. En los primeros nueve meses de 2021, los efectivos de la policía bonaerense habían apresado a once menores punibles por haber cometido homicidios.
La zona del conurbano con mayor cantidad de menores apresados por asesinatos coincide con el área donde se instalaron bandas de narcotraficantes que reclutan a adolescentes como sicarios; en Puerta 8, El Gaucho, Sarmiento, La 18, 9 de Julio, Cárcova, La Rana y Loyola.
Los departamentos judiciales de Moreno - General Rodríguez y Avellaneda -Lanús, tuvieron un descenso de hasta el 1% en la cantidad total de hechos delictivos denunciados. El Ministerio de Seguridad bonaerense, en tanto, aseguró que según sus propios datos, los homicidios bajaron 21% en toda la provincia y los robos cayeron 18% con relación a los primeros nueve meses de 2021.
Sin embargo, la recorrida realizada por LA NACION en las zonas más peligrosas del conurbano expusieron que el miedo de los vecinos aumenta en mayor nivel que el delito reflejado en las estadísticas.
Tierra de nadie
En el barrio Nueva Esperanza, de Lomas de Zamora, los vecinos que trabajan o estudian de noche deben caminar veinte cuadras hasta el Camino de Cintura para tomar un colectivo. Debido a los robos, la única línea de transporte circula allí solo de 6 a 20.
Durante dos reuniones realizadas esta semana, los vecinos de ese barrio pidieron que la Gendarmería se haga cargo de la seguridad en la zona y que saquen a los vendedores de droga. Después de una marcha en reclamo de seguridad, el jefe de la comisaría 10a. de Lomas de Zamora, le respondió a los vecinos que no podía allanar ninguna casa en la que se vendiera droga y que solamente estaba para prevención.
Para visualizar sus reclamos y los delitos que sufren, los vecinos se expresan a través del perfil de Facebook LDZ alerta. Dicha página tiene como administradores a quince vecinos. Dos de ellos hablaron con la nacion pero solicitaron mantener sus nombres en reserva por temor a las represalias.
“En Lomas de Zamora existen dos realidades distintas. Los habitantes de la zona de Cuartel Noveno formada por Ingeniero Budge, Fiorito y Centenario, están abandonados. No hay policías. Mientras que, la gente que viven entre el Camino Negro y la avenida Alsina, puede tener algo más de seguridad, pero los móviles que hay no alcanzan para cubrir toda la jurisdicción”, expresó una vecina en una charla realizada en el cruce de Ejército de los Andes y Camino Negro.
Esa esquina marca uno de los extremos del barrio Tongui. La barricada armada por los delincuentes que se dedican a robar automóviles y desarmarlos en el interior de las cien manzanas, tiene un espacio que solo conocen los asaltantes para que solamente puedan pasar ellos cuando son perseguidos.
En treinta kilómetros de recorrida por Lomas de Zamora, LA NACION se cruzó solo con cinco móviles, cuatro de esas patrullas corresponden a vehículos municipales con un civil al mando, sin uniformados. Esos cinco móviles recorrían Colombres, Larroque y Las Heras.
Sobre las colectoras del Camino Negro, el municipio instaló dispositivos lectores de patentes. Durante la recorrida realizada el jueves, entre las 18 y las 22, se advirtió que ninguno funcionaba. El único lector en condiciones estaba en un arco instalado en Colombres, cerca del centro de Lomas de Zamora.
Ante la ausencia de móviles policiales, los vecinos que viven en la zona de Cuartel Noveno, deben poner dinero de sus bolsillos para comprar alarmas sonoras. Dichos dispositivos cuentan con botón que, al activarlo, hace sonar una bocina instalada en la cuadra. No tiene ninguna conexión con la central del número de emergencias 911.
“El municipio creó una aplicación para los teléfonos celulares, denominada ‘Alarma Lomas’, pero al presionar el botón, nunca hay respuestas”, explicó una vecina.
El desamparo se repite en Laferrere, partido de La Matanza. “Si cualquier vecino va a hacer la denuncia a la comisaría solo, no se la quieren tomar”, afirmó Liliana Andrada, quien junto con su esposo, Darío Ortigoza, fundó la ONG “Un amanecer distinto” para acompañar a las víctimas de los robos que sufren en el barrio La Juanita.
“Después de un robo, la gente queda inmovilizada y no hace la denuncia. En la comisaría los tienen seis o siete horas esperando. Uno va a la comisaría con un problema y sale con otro. Acá los robos son constantes. Asaltan a los vecinos cuando salen o regresan de trabajar. Se vive con miedo. No se puede salir a la calle porque te matan”, expresó Darío.
Tanto Liliana como Darío se involucraron en la lucha contra la inseguridad, a partir del momento en que uno de sus hijos fue víctima de un asalto. Uno de los asaltantes que le robó la ropa le gatilló un arma en la cabeza y el proyectil no salió.
Igual que en el barrio Nueva Esperanza de Lomas de Zamora, los vecinos de La Juanita deben caminar varias cuadras hasta la ruta para poder tomar un colectivo, porque durante la noche y la madrugada las unidades de la línea 621 y 620 no ingresan debido a la cantidad de robos que se registran en la zona.
Jorge Carballo de la ONG Niños por Siempre, gastó sus ahorros para colaborar con la construcción de algunas instalaciones de los Comandos de Patrullas. “Pero la inseguridad es constante. No hay móviles y los pocos que andan, no se ven”.
Carballo sufrió en carne propia la inseguridad. En 2014 asesinaron a su hermano durante un asalto en el barrio. “Lo mataron para robarle las herramientas del taller. Fue una tragedia que cambió la vida de mi familia. Detuvieron a los asesinos, pero uno era menor y el fiscal me dijo que está a punto de salir de la cárcel”, concluyó el vecino.
Este cronista comenzó la recorrida por La Matanza en Díaz Vélez y Pizurno. Allí, un grupo de efectivos de Infantería de la policía bonaerense, armados con escopetas realizaban controles vehiculares. Dichos policías cumplían la “Orden de servicio Especial 1861/2022″ que asignó seis móviles para prevenir el robo de automóviles debido al incremento de ese delito”.
Ante la inmensidad de La Matanza, con una superficie de 327 kilómetros cuadrados, esa cantidad de móviles parece escasa. Según cifras oficiales, en los primeros nueve meses de este, se denunciaron 2100 robos de autos.
El jefe de la Estación de Policía de La Matanza también dispuso la instalación de un remolque que cuenta con cámaras de seguridad en el kilómetro 24,700 de la ruta 3, para prevenir el robo de vehículos. Estacionado en una de las colectoras, el contenedor cuenta con una antena con un domo que permite visualizar un radio de 200 metros. Nada más. El operador del sistema de monitoreo está solo, es un policía retirado, sin armas y tiene como misión alertar a la central de emergencias 911 si advierte algún robo.
El remolque fue instalado en el límite entre Isidro Casanova y González Catán, cerca del Hospital Néstor Kirchner que, a pesar de haber sido inaugurado en varias oportunidades, todavía no funciona.
También está en penumbras el playón del Comando de Patrullas Sur de La Matanza que, el miércoles destinó 35 móviles para recorrer 56 zonas de patrullaje en Laferrere, González Catán, Virrey del Pino y el barrio 20 de Junio. Las zonas de patrullaje reemplazaron a las cuadrículas que se crearon en 2002 durante la gestión de Juan José Álvarez como ministro de Seguridad bonaerense. Dicho plan de seguridad asignaba un móvil por cuadrícula. En la actualidad esa disposición, no se cumple.
En el Comando de Patrullas Centro, también faltan los móviles. Aunque el miércoles pasado, a diferencia de lo observado en la recorrida realizada hace tres meses, había solamente tres vehículos estacionados en el playón.
La falta de móviles también quedó expuesta en el Comando de Patrullas Norte, situado en Almirante Brown y Bartolomé Mitre. Entre medio de las lonjas de una lona verde, se podían observar cinco vehículos policiales nuevos estacionados, con patente AE. Según uno de los vecinos, “para recorrer 62 zonas de patrullaje, que incluyen el centro de Ramos Mejía, donde hace casi dos años mataron al kiosquero Roberto Sabo, el miércoles pasado había 46 móviles”.
Barricadas del delito
Las cifras indican la desprotección de algunos sectores de La Matanza y por qué los vecinos afirman que no se ven los móviles. Tampoco había patrullaje en la zona de la calle Entre Ríos, en San Justo, cerca de la Universidad de La Matanza, donde el fin de semana pasado asaltaron a un vecino frente a su hijo, cuando que salía de su casa y cargaba los bolsos en su automóvil para llevar al niño a una jornada de campamento.
Durante cincuenta kilómetros recorridos por distintas localidades de La Matanza, entre las 18 y las 23, LA NACION se cruzó con nueve móviles. Llamó la atención el deterioro de algunos vehículos que tenían las lámparas de las ópticas quemadas y circulaban sin las luces reglamentarias.
Ninguna actitud adoptan los policías ni los responsables del municipio sobre la barricada armada en el cruce de Cristianía y Jorge Newbery, en uno de los accesos a la denominada Villa San Alberto. Esa montaña de basura y escombros cumple una doble función, que los automovilistas detengan la marcha para asaltarlos y sirve como contención para evitar que los móviles policiales que persiguen a los asaltantes puedan ingresar en el barrio.
Por la noche la situación de desamparo aumenta en la zona. Los vecinos deben caminar en la oscuridad varias cuadras hasta poder tomar un colectivo en Maciel y Cristianía. Cerca de allí, en la esquina de Las Calas y Cristiania, un móvil de la policía bonaerense recorre lentamente la zona, sin ingresar en el barrio 22 de Enero, cruzado por calles de tierra y con una superficie de más de 20 manzanas, dominadas por los soldaditos del narcotraficante conocido como Chaki Chan.
En el cruce de Rucci y Gaboto, permanece el contenedor del programa “Barrios Seguros”, del Ministerio de Seguridad de la Nación. Igual que hace tres meses, está vacío. Esto significa que nadie custodia uno de los ingresos de la Villa San Petesburgo. Allí, durante un robo ocurrido en julio pasado, asesinaron al futbolista de Berazategui, Federico Potarski. En una modalidad común en la zona, los asaltantes se hicieron pasar por pasajeros y llevaron a Potarski, que conducía su vehículo para una de las aplicaciones de viajes, para robarle su Fiat Uno.
Con respecto a los contenedores instalados en tres cruces de la avenida General Paz, las organizaciones de vecinos de La Matanza denunciaron el incumplimiento del convenio firmado con el Gobierno porteño para reforzar la vigilancia en esa área.
Según los vecinos, los contenedores instalados en los cruces de Juan B Justo, Mosconi y Juan Manuel de Rosas, estaban abandonados, mientras los de la Policía de la Ciudad contaban con los efectivos correspondientes.
Las agrupaciones de vecinos también realizaron un pedido de informes sobre las cinco camionetas con torres de monitoreo que el municipio anunció para vigilar la esquina de Alsina y Avenida de Mayo, en Ramos Mejía, Laferrere y Villa Luzuriaga. Pero, según la denuncia de los vecinos, el municipio solamente sacó a la calle una de las cinco camionetas anunciadas y la cambió de lugar según los reclamos.
La situación de indefensión de los vecinos se repite en la zona de Merlo, uno de los tres partidos que forman parte del departamento judicial Morón, que también incluye a Ituzaingó.
Aunque las estadísticas oficiales no lo incluyen entre los distritos más violentos del conurbano, distintos vecinos consultados por La Nación indicaron el crecimiento de los asaltos cometidos por motochorros y los robos de automotores.
Anteayer, un delincuente armado ingresó en el local de venta de ropa deportiva situado en la calle Ayacucho y se apoderó del dinero y los celulares de tres empleadas y cuatro clientes. Este asalto quedó grabado en la cámara de seguridad del local y se difundió a través de las redes sociales de los vecinos. Igual que en otras oportunidades, no había presencia policial y los asaltantes, todavía no fueron detenidos.
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