Video: intentaron escapar y le tiraron un explosivo a la policía pero los detuvieron
Madrugada. Lima e Independencia. Personal de una brigada de la Policía de la Ciudad comienza una persecución de una moto que circulaba sin su chapa patente colocada. En ese momento parecía un hecho menor, pero inesperadamente se convirtió en un peligro mayúsculo y en un misterio aún no esclarecido. En medio de su huida en dirección a la provincia de Buenos Aires, casi al llegar a la estación Constitución, los ocupantes del vehículo arrojaron hacia atrás un bolso: contenía un artefacto explosivo casero que estalló en la calle. A pesar de eso, los delincuentes fueron atrapados en el partido de Avellaneda.
El ingenio explosivo estaba compuesto de un caño de plástico circular -del tipo usado en plomería- que tenía pólvora en los extremos y tapa. Al momento de ser arrojado y tocar el suelo se fragmentó y explotó, según explicaron fuentes de la investigación. Un típico "cazabobos". No se pudo determinar aún si el artefacto iba a ser usado, por ejemplo, para intentar abrir un cajero automático o si la intención era causar un atentado o, al menos, un acto que generara conmoción pública.
Si bien la detonación ocurrió a unos 50 metros de la Jefatura de la Policía de la Ciudad, fuentes policiales descartaron, en principio, que el ataque haya estado dirigido a la fuerza de seguridad porteña. La referencia tenía relación con que la explosión se produjo a una cuadra del edificio policial, situado en Hornos 238.
"El explosivo, creemos, no iba a estar dirigido a la sede de la Jefatura de la Policía de la Ciudad. La persecución se inició porque el personal de la brigada advirtió que la moto no tenía colocada la chapa patente", agregaron las fuentes consultadas.
Sí, agregaron las fuentes consultadas, la bomba casera "tenía cierta complejidad y se encontraron plaquetas y un elemento que podría ser un detonador a distancia".
Uno de los detenidos tras la persecución, identificado como Pablo Juárez, había sido condenado en 2014 a tres años de prisión en suspenso por tenencia de arma de fuego y robo, hecho sucedido en Quilmes.
El otro sospechoso apresado, identificado como Ezequiel Molina, no tiene antecedentes. "Ambos integran un grupo piquetero conocido como MTP 22", dijeron a LA NACION voceros de la investigación.
Según fuentes policiales, el episodio ocurrió cerca de las 2.30 del miércoles cuando, en Lima e Independencia, personal de la Policía de la Ciudad intentó identificar a dos hombres que se movilizaban en una moto y los sospechosos escaparon.
Al pasar por Hornos 75, frente a la estación de trenes de Constitución, los sospechosos arrojaron el artefacto explosivo casero.
"Sería lo que se conoce como 'cazabobos'. Esto es una bomba diseñada para explotar cuando es movida o cuando se la patea. Se las suele colocar debajo o dentro de cajas", explicó una fuente policial.
La persecución policial continuó por Hornos; la moto y los patrulleros se subieron a la autopista 9 de Julio Sur en dirección a Avellaneda, donde finalmente los sospechosos fueron detenidos, en la avenida Mitre y Centenario Uruguayo.
Expertos del Escuadrón de Explosivos de la Policía de la Ciudad arribaron al lugar y trabajaron en el peritaje sobre los restos del artefacto explosivo. Para eso hicieron un corte total en Hornos entre la avenida Brasil y Finochietto.
Como consecuencia del corte del tránsito en la zona todas las líneas de colectivos que se detienen habitualmente en la entrada de la estación de trenes fueron desviadas por Brasil o por calles adyacentes.
Al revisar el sitio de la explosión, los peritos constataron una mancha blanca en el asfalto y restos de lo que sería un bolso negro, según afirmó la agencia de noticias Télam.
"La explosión solo causó daños, pero ningún herido", sostuvo una calificada fuente del caso.
Antecedentes
El año pasado hubo dos atentados explosivos con bombas caseras contra dependencias policiales del conurbano. Los ataques tuvieron como blancos la sede de la Policía Local de Caseros, Tres de Febrero y la comisaría de la localidad de Transradio, a 13 kilómetros del centro de la ciudad de La Plata.
En el último episodio un empleado municipal, una agente policial y un suboficial resultaron aturdidos por la onda expansiva de la explosión y fueron atendidos en el hospital local. Mientras que en el segundo incidente no hubo heridos.
El hecho más grave fue el de Caseros. Ocurrió en San Martín 1666, donde funciona la base de la Policía Local de Tres de Febrero.
A partir de la reconstrucción del episodio realizada por los investigadores se determinó que la explosión ocurrió cuando uno de los policías estacionaba su Ford EcoSport roja frente a la dependencia policial.
Al realizar esa maniobra, una de las ruedas de la camioneta tocó una bolsa de polietileno negra. En ese momento, el contenido de la bolsa estalló. Los testigos vieron un fogonazo. A raíz de la onda expansiva, el caño galvanizado que debía direccionar la fuerza de la explosión se incrustó en la puerta de la dependencia policial y dejó un boquete.
La detonación se produjo en el momento del relevo del personal. Al lado de la camioneta del suboficial se había detenido una policía, que llegaba a tomar servicio junto con su novio. La mujer descendió de la moto en el momento en el que se produjo la explosión. Tanto ella como su pareja también quedaron aturdidos por los efectos de la onda expansiva de la bomba.
Los peritos que revisaron el precario artefacto indicaron que se trataba de una bomba de fabricación casera que constaba de un caño galvanizado y un temporizador. La elección del lugar en el que había sido colocado el explosivo no fue casual: los autores del atentado dejaron la bomba en un sector de la cuadra fuera del ángulo de barrido de las cámaras de seguridad instaladas en la zona.
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