Conmoción en Santa Fe. Un trabajador rural tomó un pesticida para suicidarse y 15 médicos que quisieron salvarlo se intoxicaron
Ocurrió el lunes a la noche en Coronda y los profesionales de la salud debieron ser trasladados al hospital de la capital provincial
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SANTA FE.- Horas críticas en Coronda, ciudad situada 45 kilómetros al sur de esta capital, después que quince profesionales de la salud, entre médicos, paramédicos y enfermeros del hospital de esa ciudad, resultaron intoxicados con un potente pesticida fosforado que utilizó para suicidarse un trabajador frutillero.
Los inconvenientes, que adquirieron seriedad con el correr de los minutos, comenzaron poco antes de las 22 de este lunes, cuando un hombre de 32 años fue trasladado en ambulancia hasta ese centro de salud, con síntomas evidentes de estar intoxicado por la ingesta de alguna sustancia. Según advirtieron algunos familiares a los profesionales de la salud, fue por haber bebido un pesticida, que luego se comprobó era un “acaricida organofosforado”, de la marca Lupara. La sustancia en cuestión “actúa por contacto e ingestión” y es, según quienes lo utilizan, excelente para el control de plagas en cultivos de alfalfa, algodón, citrus y frutales.
“Todo ocurrió en el momento en que se realizaba el recambio de la guardia de profesionales, cuando se atendía un caso muy complicado de un hombre que ingresó con evidentes síntomas de intoxicación. Luego de adoptarse las normas de rigor para estos casos, aparecieron profesionales intoxicados por ‘los vapores que emanó la persona durante el proceso de reanimación’, y fue lo que afectó a los médicos y asistentes. El olor presente en todo el showroom era muy importante, por lo cual, la situación no solo fue por contacto con el paciente, sino por la volatilidad del principio activo del veneno”, destacó la directora de la Región de Salud que incluye a aquel municipio, Natalia Soria.
Cuando el paciente era trasladado hacia Santa Fe, una médica que viajaba en la ambulancia comenzó a descomponerse con vómitos y fuertes dolores de cabeza y vientre. De inmediato, la unidad retornó al hospital para los auxilios pertinentes, pero fue a partir de ese momento que el resto de los profesionales de guardia evidenció idénticos síntomas, lo cual provocó un traslado masivo hacia el Hospital Provincial José María Cullen de esta capital, donde se dispuso un operativo de emergencia, que incluyó la labor de médicos y bioquímicos.
Recién avanzada la madrugada del martes, se logró determinar el alto impacto de la intoxicación. Todos los profesionales de la salud llegados desde Coronda permanecieron internados hasta cerca de ayer al mediodía, cuando luego de conocerse los resultados de los estudios practicados se ordenó el alta médica correspondiente.
No obstante, se adoptaron medidas preventivas de rigor para estos casos y se anunció que por 48 horas la guardia del hospital corondino no atenderá al público. “El personal que fue protagonista de esta situación tendrá que reforzar sus medidas de cuidado, incluyendo la de familiares”, agregó un vocero de Salud Pública de la provincia.
El director del Hospital Cullen, Bruno Moroni, amplió la información señalando: “La contaminación provino del contacto con un paciente que había ingerido organofosforado en la ciudad de Coronda por lo que se realizaron las medidas para la derivación de estos pacientes en un área aislada del nosocomio y con los elementos de protección necesarios para los profesionales de salud”.
Por su parte, Aranza Martínez, toxicóloga de ese hospital, explicó: “Los pacientes ingresaron hemodinámicamente estables, conscientes y no presentaron al momento de su ingreso ningún síntoma que los profesionales denominamos síndrome colinérgico. A todos se les realizó un control de laboratorio específico y presentaron parámetros habituales. Luego de permanecer en observación durante toda la noche, durante la mañana fueron dados de alta con los controles y recomendaciones necesarias del caso”.
Una carta del suicida
Según el informe policial al que accedió LA NACION, fueron los Bomberos Voluntarios de Coronda los encargados de asegurar el domicilio del joven fallecido. Allí se procedió a aislar el producto para ponerlo en consideración de las autoridades judiciales para la investigación.
También se supo que el difunto dejó una carta en la que explicaba el por qué de la drástica decisión. A pesar de la insistencia de este medio, ninguna autoridad cercana a la investigación quiso revelar su contenido. En tanto, varios profesionales consultados coincidieron en señalar que el producto forma parte de los insecticidas denominados “de contacto”, que absorbe el caparazón de los insectos.
Es, además, de gran uso en la agricultura debido a su escasa persistencia en el medio ambiente y a su gran actividad. Está compuesto por mercaptotion. Obviamente, a pesar de ser de “banda amarilla” (riesgo intermedio) al ser ingerido por vía oral, puede ser mortal.
El líquido posee un amplio espectro de control y moderada acción residual. Su estabilidad a la luz y su resistencia al lavado por lluvias permiten controlar reinfestaciones posteriores al tratamiento.
En la zona de Coronda se utiliza el producto en el trabajo en las quintas de frutilla, para combatir plagas focalizadas, incluso en cultivos de alfalfa, algodón; cítricos; duraznero; florales, forestales, frutales de pepita (pera y manzana); granos almacenados y hortalizas, entre otros.
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