Conmoción en Córdoba. Familiares y amigos de Santiago Aguilera marcharon en Traslasierra para pedir justicia por su asesinato

CÓRDOBA. “Encendamos la luz de la justicia”. Bajo ese lema hubo una marcha esta tarde en Villa Las Rosas por Santiago Aguilera Allende, el joven torturado y asesinado después de haber sido secuestrado en Traslasierra. Participaron sus compañeros de sexto años –quienes habían convocado a la manifestación–, su familia y los integrantes de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Traslasierra. En paralelo, sigue la investigación de la Justicia Federal para esclarecer lo que pasó en la localidad de Las Tapias, cerca de Villa Dolores.

Este martes, Walter Gil, el hombre de 23 años detenido por el secuestro y asesinato de Aguilera Allende, se negó a declarar ante la Justicia. Trabajaba para el padre de la víctima, Carlos Aguilera, en el corralón de materiales que tiene en Las Tapias. La causa está en manos del fiscal federal Enrique Senestrari.

El padre y la madre de Aguilera Allende marcharon a la cabeza junto a los excompañeros de sus hijos, quienes llevaban carteles y velas encendidas. “Traslasierra está de luto”; “Justicia por Santiago”; “Una Sara por este Saro”, “De camino a casa queremos ser libres, no valientes”, fueron algunas de las leyendas. Fueron desde la escuela hasta la plaza San Martín. Mucha gente se sumó a la movilización, que transcurrió con tranquilidad, pero con un ánimo conmovedor, según manifestaron a LA NACION participantes del acto.

La convicción de la Justicia es que Gil no actuó solo. De hecho, la probable fecha de muerte de Aguilera Allende es el sábado 20, cuando el hombre ya llevaba 24 horas detenido. El cuerpo fue hallado el domingo a unos 200 metros del Arroyo Seco, en el camino Boca del Río, del Departamento San Javier, a unos seis kilómetros de Villa Dolores, donde la víctima estudiaba y realizaba la mayoría de sus actividades.

El padre de Santiago, Carlos Aguilera, pidió en las últimas horas que se encuentre a los demás responsables del crimen de su hijo. “Los que lo mataron están libres”, afirmó, al tiempo que dijo que vive una situación de “desconcierto y preocupación total”.

“Hay más involucrados porque la muerte de Santiago se origina cuando el detenido ya estaba preso, o sea que sí han sido varios”, manifestó a El Doce TV. La causa de la muerte de Santiago fueron múltiples heridas punzantes en el cuello y cabeza. Tenía quemaduras de cigarrillo en el cuerpo.

El joven estaba medicado por problemas crónicos de salud –era trasplantado de riñón– y vivía con su familia en el paraje Chuchiras, en Las Tapias. Fue visto con vida por última vez el martes 16, cuando salió de su casa para encontrarse con un amigo para tomar una gaseosa a unos 500 metros de su hogar.

El miércoles a las 6.49 su madre recibió un mensaje desde el celular del joven, en el que le exigieron 7 millones de pesos para su liberación. No hubo más comunicaciones. Según el padre, ese texto decía: “Lamentablemente, tenemos a Santiago secuestrado. Te tenemos observado, te estamos siguiendo. Estuviste haciendo un trámite en una aseguradora. No avises a la policía”. Prometía un nuevo contacto a las 9 de la mañana del miércoles, que nunca ocurrió.

La familia hizo la denuncia y a partir de entonces se montó un operativo de búsqueda, al tiempo que la Justicia federal se hizo cargo de la causa a partir de la hipótesis de un “secuestro extorsivo”. El Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de $3 millones para quien aportara datos sobre el paradero de Santiago. Eso fue el viernes, casi al mismo tiempo en que Walter Gil era detenido en el barrio Cura Brochero, de Villa Dolores. Dos días después, a las 10.30 del domingo, se conoció la peor noticia.

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