Condenaron a uno de los fundadores de la feria de La Salada y a ocho barrabravas de Boca
Para la Justicia quedó probado que Enrique “Quique” Antequera, formó una alianza con Marcelo Aravena y otros barras para frenar el avance del grupo comandado por Jorge Castillo
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Enrique “Quique” Antequera uno de los dueños de las tres ferias que funcionan en el predio de La Salada fue condenado a cuatro años de prisión por asociación ilícita. Según quedó expuesto en la investigación encarada el fiscal de Lomas de Zamora, Sebastián Scalera, Antequera había formado una alianza con un grupo de barrabravas de Boca para frenar el avance de Jorge Castillo, conocido como el “Rey de La Salada”, que se había apoderado del espacio público adyacente al predio.
Además de Antequera, otros quince imputados fueron condenados a penas de entre tres años de cárcel y ocho años y seis meses de prisión, en la denominada causa “La Salada II”. Entre ellos figuran ocho integrantes de la barra brava de Boca que fueron identificados como Marcelo Aravena, alias “Marcelo de Lomas” y exaliado estratégico de Rafael Di Zeo; Hernán Edgardo Ávalos, alias “Fantasma”; Santiago Osvaldo García, alias “Cara Manchada”, Roberto Ezequiel Barraza, alias “Chicho”, Alan Barraza, Santiago Alejandro Vélez Robles y Héctor Esteban Agüero, alias “Pato”.
En el mismo juicio abreviado, el Tribunal Oral N° 9, de Lomas de Zamora también condenó a Daniel López, Juan Manuel Arturo Louzan, Élida Ramona Ledesma, Juan Claudio Ramírez Fuentes, Walter Morales Dávalos, Cristian Omar Scilingo, Luis Nelson Dávalos y Néstor José Robles.
Según consta en la sentencia, de 489 páginas, a la que tuvo acceso LA NACION, las condenas más duras, de ocho años y seis meses de cárcel recayeron sobre los barras de Boca García, Chicho Barraza, Ávalos y Robles, debido a que se los consideró responsables de “asociación ilícita, estorbar e impedir el transporte terrestre, coacciones agravadas por el empleo de armas y por cometerse con el propósito de compeler a las víctimas a hacer abandono de su lugar de trabajo”.
Los delitos por los que fueron condenados los barras de Boca y Antequera ocurrieron en el contexto de una guerra entre el dueño de Urkupiña y el “Rey de La Salada”, debido a que Castillo había ocupado las calles y las veredas aledañas al predio con pequeños puestos, de apenas un metro cuadrado. Comerciantes le pagaban a Castillo para poder vender allí sus mercaderías.
La fuerza de de choque que Jorge y Adrián Castillo armaron para cobrar los alquileres de los puesteros estaba conformada por integrantes de las barras bravas de River y de Los Andes, que se identificaban como “Los Chaqueños” y “Los Cucos”. Debido a que los puestos regenteados por el clan Castillo impedían la llegada de los compradores que intentaban acceder a la feria Urkupiña, Antequera decidió contratar a la facción de la barra brava de Boca que comandaba su amigo Aravena, también conocido como “Marcelo de Lomas”.
Debido a que la cantidad de puestos impedía que los colectivos con tours de compras llegasen hasta el predio donde funcionaba Urkupiña, Antequera le pidió a Castillo que los sacara porque perjudicaba el negocio. Antequera se reunió con Castillo y le transmitió el reclamo. “No los voy a sacar porque si no los instalo yo, ese lugar lo va a ocupar otro y ese otro avanzará sobre mis negocios”, expresó Castillo, según expresó Antequera ante la Justicia, en una declaración como imputado colaborador que quedó firme con sentencia y podrá ser utilizada como prueba en el futuro juicio oral contra Jorge Castillo.
“Entre 2011 y 2014, Jorge Castillo comenzó a tomar las calles Tilcara, Virgilio, Azamor, Euskadi y Ribera Sur, mediante la instalación de puestos callejeros a través de un grupo de personas que trabajaba con él y al que todos conocíamos como Los Chaqueños”, expresó Antequera en su declaración como arrepentido.
Antequera, autodenominado fundador de La Salada, fue detenido en agosto de 2017 y acusado, como su viejo rival, de integrar una asociación ilícita que manejaba la venta clandestina en el enclave lindero al Riachuelo. “Después de la reunión con Jorge Castillo, al ver su respuesta y que este no iba a ceder en la instalación de puestos callejeros, le pedí a Marcelo Aravena, con quien tengo una relación de amistad, que me dé una mano para controlar el avance de la gente de Castillo y de los otros grupos en la calle, es decir de quienes estaban perjudicando el negocio de Urkupiña”, manifestó Antequera.
En abril pasado, por la denominada causa “La Salada I”, la Justicia había condenado a penas similares a 38 acusados del clan Castillo. Entre los sentenciados en un juicio abreviado, lo que implica el reconocimiento de los cargos, se encuentra Adrián Castillo, todos ellos llegaron a juicio luego de una investigación encarada por el fiscal Scalera de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio especializada en Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Fiscalía General de Lomas de Zamora,
En el caso de Jorge Castillo, conocido como “El Rey de la Salada”, decidió esperar el juicio oral. Acusado de ser el presunto jefe de la asociación ilícita que extorsionaba a vendedores ambulantes para dejarlos instalar sus puestos en el espacio público adyacente al gigantesco predio de la feria de gangas, está libre. Fue beneficiado por una excarcelación dictada por una sala de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Lomas de Zamora. Pero en caso de que lo condenen, podría recibir una pena mayor.
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