Condenaron a un ex comisario por "crucificar" a un preso

SANTA FE.- El ex comisario de la ciudad santafecina de Frontera Carlos Alberto Flores, quien, durante la madrugada del 22 de mayo de 2014, ató a una cruz a un delincuente, que luego apareció "crucificado" en la esquina de 25 de Mayo y Sabattini, de la localidad cordobesa de San Francisco (colindante con Frontera), fue condenado ayer, en un juicio abreviado, a seis años de prisión. Esto se dio en el marco de una causa por lesiones gravísimas calificadas por abuso de cargo, privación abusiva de la libertad, severidades, vejaciones y apremios ilegales, todo en concurso real.

La decisión fue adoptada por un tribunal de la ciudad de Rafaela, que actuó por jurisdicción.

El hecho sucedió en la madrugada del 22 de mayo de 2014, cuando en la esquina de 25 de Mayo y Sabattini, de la localidad cordobesa de San Francisco, aledaña a Frontera, Robledo fue encontrado crucificado, atado con cintas de embalar a unas maderas dispuestas en forma de cruz.

El comisario Flores aceptó un juicio abreviado tras meses de insistir con un proceso oral y público, para sostener su inocencia. El hecho de que el policía aceptara el juicio oral y su culpabilidad se relacionaría con la particular situación de salud que vive una hija menor de edad.

El jefe policial aceptó una pena de al menos tres años en la alcaidía de Frontera, ya que debe cumplir con ese plazo para poder obtener la libertad condicional, que le permitiría tener contacto con la menor.

Aquel 22 de mayo de 2014, Robledo, de 27 años, fue encontrado amarrado con cinta de embalar a dos palos dispuestos en forma de cruz. Tenía el rostro totalmente cubierto, pocas ropas para soportar el frío de la madrugada -se le diagnosticó luego hipotermia- y un cartel que rezaba: "No robarás".

Robledo tenía antecedentes por delitos contra la propiedad y había estado detenido en la comisaría 6a de Rafaela la jornada anterior por averiguación de antecedentes.

Cabe recordar que luego de conocidos los hechos, la fiscalía resolvió ampliar la imputación contra tres de los seis policías detenidos por la "crucifixión" de Robledo, por los delitos de omisión de hacer cesar la detención, vejaciones, severidades y apremios ilegales, que pesaban sobre ellos, además de los de privación ilegítima de la libertad con abuso de sus funciones y falsedad ideológica de documento público.

También se supo que uno de los hechos denunciados ante la Justicia por este caso revelaba la forma despreciable en que habrían actuado los policías cuando tuvieron privadas de la libertad a dos personas en la comisaría de Frontera.

Uno de los detenidos, en el momento de ser encontrado en los calabozos de la dependencia policial, estaba desnudo y esposado; con sus manos fue obligado a comer su propia materia fecal y luego a beber la orina de dos personas que se hallaban en el lugar, y tras haber vomitado fue forzado a esparcirse el vómito por todo el cuerpo.

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