Familia condenada: La caída final del hombre que buscó imitar al “señor de los cielos” y arrastró a prisión a su esposa y tres hijos
Además de la sentencia a Gustavo Sancho, el tribunal emitió penas para la esposa de ese narco y tres de sus hijos
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El traficante de drogas Gustavo Sancho, tres de sus hijos, su esposa y otras tres personas fueron condenadas a penas de entre 13 años y 1 año y 9 meses de prisión por integrar una banda que traía cocaína desde Bolivia y, en vuelos clandestinos, la llevaban a distintas localidades de la provincia de Buenos Aires, para luego enviarla a Europa a través de los puertos de Rosario y Mar del Plata. Fuentes judiciales informaron hoy a Télam que las penas más altas impuestas por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de San Martín, por las cuales permanecerán presos, recayeron sobre Pablo Calandria (13 años), Sancho (11 años y medio) y su hijo Alan Sancho (9 años y medio). A esos tres condenados se les atribuyó el delito de “organización del tráfico ilícito de estupefacientes y lavado de activos”.
En tanto, otros dos hijos de Sancho, Ayrton y Franco, recibieron penas de 1 año y 9 meses y 2 años, respectivamente, por el delito de “tenencia simple de estupefacientes”. Juan Manuel Casolati, uno de los abogados defensores de la familia Sancho, explicó hoy Télam que en ambos casos las penas se dieron por cumplidas ya que los dos permanecieron detenidos más tiempo que el monto de las mismas.
Mientras que Gustavo Rodríguez fue condenado a 4 años de cárcel y Sergio Sanzetenea Dimoff y Claudia Espíndola (esposa de Gustavo Sancho) a 3; aunque esta última en suspenso. Por último, los jueces Walter Venditti, Silvina Mayorga y Daniel Gutiérrez absolvieron a los acusados Zulema Retamar y Rodolfo Tamborini, y darán a conocer los fundamentos de la sentencia el 4 de julio próximo.
Las avionetas de esta organización criminal cruzaban grandes distancias en territorio argentino sin ser detectadas. No se trató aquí de embarques de cocaína “bombardeados” apenas el vuelo ilegal cruza la frontera, sino que las pistas clandestinas operaban en el corazón del territorio bonaerense. La investigación de la Gendarmería detectó zonas de aterrizajes de esos vuelos narcos en Azul, General Belgrano, General Rodríguez y Mar del Plata. La pesquisa se focalizó especialmente en el movimiento aéreo en la zona bonaerense de General Belgrano, donde los agentes pudieron visualizar incluso al personal de custodia del grupo narco, quienes en riguroso traje protegían los cargamentos con fusiles en sus manos.
Casolati recordó que el juicio comenzó en agosto de 2021, por lo que estima que el fallo del tribunal tendrá más de mil páginas, las cuales deberá analizar para presentar luego la apelación. En su alegato, el letrado cuestionó que hubo “una de conspiración policial”, pero el tribunal no hizo lugar a sus denuncias.
Gustavo Sancho está detenido desde noviembre de 2017, cuando lo apresaron en su vivienda del barrio porteño de Villa Urquiza, en una causa por narcotráfico a cargo de la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado. Sin embargo, su nombre ya se había hecho conocido años antes cuando lo mencionaron en el expediente por el crimen de la niña Candela Sol Rodríguez, asesinada en 2011, como un posible enemigo del padre de la víctima.
Mientras que, en 2009, su hijo Alan, corredor de autos, fue secuestrado en el Gran Buenos Aires por delincuentes que exigieron 200 mil euros de rescate y lo liberaron tras 30 horas de cautiverio.
Por otro lado, Calandria, presunta mano derecha del empresario, fue apresado en noviembre de 2018 en el shopping Alto Palermo ya que desde la detención de Sancho pesaba sobre él una orden de captura nacional e internacional.
De acuerdo a la acusación de la jueza Arroyo Salgado, Gustavo Sancho lideraba una banda narco que traía droga desde Bolivia y en vuelos clandestinos la llevaban a ciudades bonaerenses para luego enviarla a Europa a través de los puertos de Rosario y Mar del Plata. La investigación iniciada en 2014, los vuelos clandestinos expuso que esa banda realizaba vuelos generalmente de noche y bajo malas condiciones climáticas; al tiempo que una vez que arribaban a destino, integrantes de la organización criminal vestidos de traje y portando armas largas recibían la droga y la acondicionaban en vehículos ligeros.
Finalmente, escondían las sustancias entre mercaderías y la enviaban hacia España a través de los puertos de Rosario y Mar del Plata. De acuerdo con la pesquisa, la banda tenía conexiones en Paraguay, Brasil, Ecuador, Canadá, España y el norte del continente africano, pero el destino principal de las sustancias era Europa.
En la investigación, la Justicia realizó más de 40 allanamientos que culminaron con el secuestro de 57 vehículos de alta gama de su propiedad.
Sancho es investigado, además. como presunto instigador de amenazas a la jueza federal Arroyo Salgado. La mañana del 3 de abril de 2018, un hombre llamó al juzgado federal de San Isidro. Quería hablar de inmediato con Sandra Arroyo Salgado “por el tema de Gustavo Sancho”, pero le pidieron que marcara el número de la otra secretaría. Y así lo hizo: dijo tener “un recado de parte de Sancho”. Pero cuando lo transfirieron, la comunicación se cortó. Harto, y en el octavo intento, la voz misteriosa le advirtió a otra secretaria: “Es un mensaje de la familia y de Gustavo Sancho. Esto no da para más. O liberan a todos o a la jueza le va a pasar como a Nisman y a sus hijas, como a Candela”.
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