Condena al pediatra. "La decisión tuvo algo de pedagógico para mostrar otra Justicia"
El magistrado Gonzalo Rúa, que determinó la pena a diez años de prisión al médico Ricardo Russo, fundamentó su posición en favor de emitir fallos comprensibles para toda la sociedad
El juez Gonzalo Rúa miró al pediatra Ricardo Russo y expuso los testimonios escuchados en las audiencias, explicó las pruebas en contra del médico y argumentó sus conclusiones para definir la pena de diez años de prisión por la tenencia, producción y distribución de imágenes de abusos sexuales de menores. El caso tuvo desde su inicio una fuerte repercusión social, ya que se acusaba a Russo por vulnerar, incluso, la intimidad de algunas de sus pequeñas pacientes en el Hospital Garrahan. La sentencia fue transmitida en directo por todos los canales de noticias y en ese momento sorprendió el juez Rúa, que fundamentó la condena con un lenguaje claro y sin apelar a la lectura de un escrito técnico. Su intención fue quitar las trabas burocráticas que parecen alejar a la Justicia de la sociedad.
"A partir de este caso, la sociedad empieza a tomar conciencia de que no se trata de pornografía infantil, ya que eso minimiza los hechos en las imágenes y videos secuestrados. Durante el juicio observamos fotografías de violaciones, de explotación de menores, de un negocio que tiene una ganancia económica y de un delito transnacional. Hoy sabemos que todo el que participa en la distribución está afectando la integridad de los menores, que es un bien altamente defendido y protegido por el Código Penal. Este caso repercute al reconocerse que es un delito muy grave y que el Estado se encuentra investigando para que disminuya la cantidad de hechos de esta naturaleza", dijo Rúa en una entrevista con LA NACION.
Luego de 16 años como juez en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires, Rúa se encuentra enfocado en transmitir los beneficios de una Justicia cercana a la sociedad. Comunicativo, accesible y tranquilo, el magistrado sabe que los años de experiencia le juegan a favor en sus procesos de decisión y al momento de compartir conocimientos con otros colegas en busca de transformar los procesos judiciales en todo el país. No le faltan términos para describir la efectividad del proceso judicial acusatorio: "rápido", "funcional" y "moderno".
La amplia difusión que tuvo el caso del pediatra Russo, exjefe de Inmunología y Reumatología del Hospital de Niños Juan P. Garrahan, representó para el juez Rúa una interesante oportunidad para exhibir que la Justicia puede ser a la vez técnica para asegurar un fallo de acuerdo a derecho y comprensible para toda la sociedad.
La jerga tecnológica fue sumamente importante durante el juicio y una de las cuestiones que generaron más interés dentro y fuera de la sala. La presencia de peritos que explicaron un lenguaje relativamente nuevo para la mayoría de los que siguieron el caso fue crítica para comprender el modus operandi que utilizaba Russo para descargar, ver y distribuir el material. El pediatra había usado el programa eMule para acceder al material y términos específicos y explícitos para encontrar lo que quería ver. Durante el juicio, Rúa debió aprender en pocos días el funcionamiento de una compleja red tecnológica a la que no estaba acostumbrado, pero aseguró que finalmente "había adquirido un amplio conocimiento de toda la terminología que usaron los testigos y peritos".
El juicio oral en este caso fue sumamente expeditivo, con un veredicto en solo cinco días. Pero para el magistrado no es algo inusual, sino común entre sus colegas de la ciudad, ya que tratan de mantener un sistema diligente, que en poco tiempo puede darles respuesta a las víctimas. "Lamentablemente, nos acostumbramos a tener como bandera una Justicia Federal que genera una desconfianza total en el sistema, ya que nadie entiende la razón de los jueces para resolver lo que resuelven. Además, se encuentra apoyada en plazos que nunca se cumplen, es lenta y burocrática. Pero más que nada, la falta de celeridad lleva a las víctimas a sentir cómo sus derechos son pisados, con una falta de respuesta a sus reclamos, y eso genera la sospecha de la comunidad que no comprende por qué se demora tanto", señaló el magistrado.
Y agregó: "La ciudad se volcó desde el inicio en un sistema acusatorio, oral y veloz. En el caso de Russo todos pudieron presenciar cómo un juez resuelve en un lenguaje llano una decisión hacia el imputado y sus víctimas. Un juez que resuelve explicando por qué se tomó la decisión de condenar a 10 años de prisión y el motivo de no conceder la prisión domiciliaria, optando por detenerlo en el momento".
Pautas para una sentencia
El juez Rúa cree en explicar el veredicto, en la Justicia oral y en una sentencia que se toma de inmediato, "porque las palabras escritas que rebalsan de un lenguaje técnico jurídico muy pocos las entienden y menos las leen". Más aún justifica el sistema acusatorio, que hace más de 15 años se usa en el ámbito porteño, considerando que otorga la "transparencia necesaria para mantener como norte los principios constitucionales y valores republicanos".
Durante los últimos minutos de libertad que le quedaban a Russo, el magistrado lo miró fijamente y se dirigió a él mientras explicaba por qué no iba a tomar en cuenta cada uno de los puntos que había planteado la defensa y dando a conocer luego las razones que lo llevan a su decisión final, delimitando un proceso claro y fácil de seguir en todo momento.
"La decisión tuvo algo de pedagógico para mostrar otra Justicia. Abre una gran pregunta: ¿qué tipo de Justicia queremos para la Argentina?", comentó el magistrado.
Para Rúa, los nuevos paradigmas demandan otras herramientas para los operadores judiciales. Y más aún, aseguró que se necesita avanzar en juicios por jurados: "En este afán de democratizar el Poder Judicial, nada es mejor que el hecho de que la sociedad sea la que juzgue".
En tanto, Rúa considera que las fiscalías especializadas son esenciales para acelerar los procesos judiciales. La concentración de causas de un mismo delito les da mayor conocimiento a los fiscales y eso se notó en el caso seguido contra el pediatra Russo, en el cual la titular de la fiscalía especializada en delitos informáticos, Daniela Dupuy, no titubeó cuando se trataba de explicar las terminologías más complejas relacionadas con el accionar del imputado.
Con inminente traspaso de nuevas competencias a la Justicia de la ciudad, el juez Rúa apunta la importancia de contar con unidades de investigación judicial altamente especializadas.
"Es una política saludable que los ministerios públicos tengan fiscalías especializadas para atender conflictos sociales como violencia de género, criminalidad de tecnologías y problemáticas de drogas", indicó Rúa.
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