El ladrón prófugo y el AK-47. Se escapó en una salida transitoria y lo detuvieron en San Isidro con una réplica de fusil
La Justicia había ordenado la captura de Rubén Eduardo Colombini por violar las salidas transitorias que había obtenido cuando cumplía una condena por el robo a un bingo de Zárate
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En enero de 2017, Rubén Eduardo Colombini, que ya tenía antecedentes por robar un banco en Martínez, protagonizó un cinematográfico asalto al bingo de Zárate, donde se alzó con un botín millonario. Por ese golpe, en septiembre de 2019 recibió una pena de diez años y medio de cárcel. Recientemente obtuvo salidas transitorias, pero mientras gozaba de ese beneficio no volvió al penal. Hace casi cuatro meses, la Justicia lo declaró prófugo y ordenó su captura. Fue atrapado por la policía bonaerense en Boulogne, San Isidro, tras una persecución que comenzó en la autopista Panamericana, a la altura de La Horqueta. En el auto en el que circulaba, fue encontrada una réplica de un AK-47, el emblemático fusil de guerra soviético; estaba escondida en un estuche de tela para guitarras.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. Colombini, de 41 años, fue imputado por los delitos de portación de arma de guerra y encubrimiento agravado. El sospechoso se negó a declarar cuando fue indagado por el fiscal Gastón Garbus y continuará detenido.
La suerte de Colombini, que durante casi cuatro meses estuvo prófugo, comenzó a cambiar el viernes pasado cuando circulaba en Peugeot 208 por la colectora este de la Panamericana. Cuando pasó por el cruce del Camino Real Morón, a la altura de La Horqueta, la chapa patente del vehículo llamó la atención de personal del Comando de Patrullas de San Isidro que recorría la zona de manera preventiva.
“La chapa patente que tenía colocada el vehículo no correspondía al Peugeot 208 que el personal policial observó pasar por la colectora de la Panamericana y el Camino Real Morón, a la altura de La Horqueta. Entonces los uniformados intentaron identificar al conductor del auto, pero se dio a la fuga”, explicaron fuentes de la Superintendencia de Seguridad Región AMBA Norte I de la policía bonaerense, a cargo del comisario mayor Lucas Borge.
Tras una persecución que se extendió por varias cuadras, Colombini fue detenido en un departamento de un edificio del barrio San Isidro, en Boulogne, donde había intentado esconderse de la policía.
“Del auto se bajó con una pistola Ballester Molina calibre 11.25 cargada. La réplica del AK-47 fue encontrada en un estuche de tela para guitarra en el Peugeot 208 que conducía. El vehículo había sido robado en julio pasado en Quilmes”, explicó a LA NACION un detective judicial.
La pistola cargada, agregaron las fuentes consultadas, fue secuestrada en el departamento donde Colombini intentó esconderse de los policías que lo perseguían. En ese lugar también fueron encontradas las llaves del Peugeot 208 robado y que manejaba el sospechoso cuando se topó con el móvil del Comando de Patrullas de San Isidro.
En las próximas horas, el fiscal Garbus también indagará a Colombini por la tenencia de la pistola secuestrada en el departamento donde fue atrapado.
“Creemos que en el momento en que fue interceptado por los policías Colombini trasladaba la réplica de fusil a un lugar para guardarlo y después poder usarlo en algún robo ya planificado″, sostuvo un detective del caso.
En un primer momento, los investigadores pensaban que el fusil era un AK-47 original y buscaban reconstruir el derrotero del arma para saber de dónde la había obtenido Colombini.
“Finalmente, determinamos que era una réplica de AK-47. No tiene marca, es una copia. Obviamente funciona igual. Tenía 44 cartuchos calibre 7.62 en dos cargadores”, sostuvieron las fuentes judiciales consultadas.
Tras la detención de Colombini, el intendente de San Isidro, Ramón Lanús, sostuvo en su cuenta de la red social X: “Un ladrón menos en San Isidro. En trabajo preventivo coordinado con la Policía de la Provincia, el Comando Patrullas de San Isidro detuvo en Boulogne a un criminal que tenía un botín de guerra en el auto, con un fusil de asalto soviético AK-47. Nuestra prioridad es y será mejorar la seguridad. Eso lleva tiempo y trabajo, pero este es el camino correcto para enfrentar a todos los delincuentes”.
El antecedente del robo en el bingo de Zárate no es la única condena que recibió el experimentado ladrón. Según fuentes policiales, Colombini también había purgado una pena por un asalto a la sucursal Martínez el Banco Patagonia, atraco ocurrido en 2006.
UN LADRÓN MENOS EN SAN ISIDRO
— Ramón Lanús (@RamonLanus) February 10, 2024
En trabajo preventivo coordinado con la Policía de la Provincia, el Comando Patrulla de San Isidro detuvo en Boulogne a un criminal que tenía un botín de guerra en el auto, con un fusil de asalto soviético AK-47. Nuestra prioridad es y será mejorar… pic.twitter.com/twyzEZoyDX
La causa quedó radicada en la Unidad Funcional de Instrucción y de Juicio (UFIyJ) de Boulogne, conducida por la fiscal Paula Hertig, pero en estos momentos subrogada por su colega Garbus.
Golpe millonario en Zárate
Hace siete años y un mes, en tres minutos, una banda de ladrones robó unos 3.000.000 de pesos (186.000 dólares al cambio oficial de esa época) del Bingo Zárate. En octubre de 2019, Colombini fue condenado a la pena de diez años y seis meses de cárcel al ser encontrado culpable del delito de robo calificado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no fue acreditada, por la utilización de arma impropia y por su comisión en lugar poblado y en banda. El debate estuvo a cargo del juez Daniel Rópolo, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 2 de Zárate-Campana. El Ministerio Público estuvo representado por el fiscal Martín Zocca.
El plan criminal por el que terminó condenado Colombini ocurrió el 16 de enero de 2017 a las 7 en el bingo situado en Lavalle al 1400. El sala de juegos había cerrado al público a las 6. Volvía a abrir a las 10.
El golpe estuvo planificado al mínimo detalle. Colombini se hizo pasar por empleado. Tenía una vestimenta similar a la que utilizaban los trabajadores en ese momento.
El ladrón, una vez dentro del bingo, con un arma de fuego, redujo al encargado de seguridad e hizo entrar a dos cómplices.
“Los ladrones fueron a la oficina donde, después del cierre del bingo, se hace el arqueo. Se trata de un lugar independiente de las salas de juego”, explicó, en su momento, a LA NACION una calificada fuente judicial.
El botín fue cargado en un carrito y fue llevado hasta un BMW, auto que estaba estacionado en la puerta del bingo. El vehículo no tenía colocada la chapa patente.
“Hay imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del bingo”, habían dicho las fuentes consultadas tras el robo. Las filmaciones fueron claves para la fiscal Andrea Palacios y los detectives de la policía bonaerense que participaron de la investigación.
Colombini fue el único de los tres ladrones que tenía el rostro descubierto. Sus cómplices usaron pasamontañas.
En los inicios de esa pesquisa, la hipótesis principal de los investigadores fue que hubo un entregador que aportó la información necesaria para concretar el robo, ya que en el momento en que irrumpieron los delincuentes la recaudación estaba en una oficina y todavía no había sido guardada en una caja fuerte.
Finalmente, Colombini fue detenido el 6 de octubre de 2017, casi nueve meses después del robo, en su casa de Villa Adelina, San Isidro. Al ladrón no le sirvió de nada tener una radio con la frecuencia policial. No tuvo tiempo de escapar.
En el allanamiento fue secuestrado un reloj, que terminó siendo clave en el juicio, según informó el sitio de noticias Primera Plana.
Ese reloj secuestrado por la policía bonaerense coincidía con el que llevaba puesto el delincuente que se hizo pasar por empleado e irrumpió en el bingo de Zárate para dar comienzo al plan criminal que terminó con el golpe millonario.
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