Con el miedo latente, Rosario intenta recuperar su normalidad: “No nos queda otra que salir”
Las escuelas vuelven de a poco a la actividad; los colectivos levantaron la medida de fuerza y los taxistas quieren salir de la crisis: “Levantamos la medida de fuerza porque vivimos al día”, dijeron de la Cámara que los nuclea
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ROSARIO.- “Por segunda vez, tenemos que recuperar la vida de la ciudad. Ya nos pasó con la salida de la pandemia, ahora es con la última ola de violencia que vivimos. Tenemos que recuperar la vida cotidiana, la vuelta a clases, el transporte”, dice a LA NACION Pablo Javkin, el intendente de Rosario que tuvo unos días agitados. Después de recibir a los ministros nacionales, Patricia Bullrich y Luis Petri, para reforzar la seguridad en la ciudad, y mantener un comando unificado con el gobernador Maximiliano Pullaro, ahora llega una tarea compleja: recuperar la paz perdida tras la ola de cuatro crímenes que sacudieron a todos los rosarinos y que los llevó a recluirse en sus casas. Un virtual toque de queda.
Las autoridades tienen un objetivo para los próximos días: empezar a ganar la calle y recomponer el tejido social. Claro que la tarea será muy complicada. Los rosarinos todavía no salen de su estado de shock. Pese a que no hubo nuevas balaceras en las últimas horas, nadie se siente seguro. Aunque desde Nación y provincia anunciaron mayor presencia policial, LA NACION pudo comprobar que en muchas zonas de la ciudad los vecinos siguen desguarnecidos.
“Ya sabemos que no vamos a tener más seguridad, ni controles policiales. No nos queda otra que levantar la medida de fuerza porque vivimos al día. Desde ahora, será a riesgo de cada uno”. La cruda descripción de lo que puede pasar a partir de mañana en Rosario está en boca de José Iantosca, de la Cámara de Taxis.
Por segundo día consecutivo, la ciudad estuvo casi paralizada. La huelga de transporte que llevan adelante los colectiveros, que ayer despidieron a su compañero Marcos Daloia, atacado a balazos la semana pasada y que falleció el domingo, resintió la actividad. A partir de las 3 de la tarde de este martes comenzaron a circular las primeras unidades, aunque desde la UTA local advirtieron que ante cualquier hecho violento volverán a parar por tiempo indeterminado.
La situación de los choferes de taxis (dos de ellos fueron asesinados la semana pasada en días consecutivos) sigue siendo dramática. “La remuneración es muy baja y el riesgo, muy alto”, grafica Horacio Yanotti, titular del sindicato de Peones de Taxi de Rosario. Cree que el asesinato de Diego Celentano y Héctor Figueroa, ambos baleados con menos de 24 horas de diferencia, no fue un mensaje contra la actividad, sino que buscaron expandir el terror: “Cuando pararon los taxistas, atacaron un colectivero, cuando pararon los colectiveros, fueron por el playero”. Yanotti dice que la actividad ya venía golpeada por las aplicaciones como Uber, pero que nunca podían prepararse para esto. Este miércoles habrá una nueva reunión con las autoridades y seguramente volverán a circular a partir de las 10 de la noche. “Será a riesgo de cada uno”, dice el sindicalista.
Hoy, una taxista denunció que fue amenazada de muerte. El hecho ocurrió por la tarde, cuando un Renault Clio color azul se le puso a la par y le dijeron: “Te vamos a matar”. Pese a todo, las autoridades creen que existe un clima de paranoia producto de los últimos hechos que conmocionaron. Y que algunos grupos aprovechan para generar mayor confusión.
Las escuelas públicas siguieron cerradas este martes. El gremio Amsafé extendió por 48 horas el cese total de actividades en repudio a la escalada de violencia. En tanto, desde Sadop, que nuclea a los docentes de escuelas particulares, definieron volver a poco a la actividad. Sin embargo, el paro de transporte complica la llegada de los chicos y también de los docentes a los establecimientos educativos.
Los recolectores de residuos seguirán extremando las medidas. En la noche del lunes, el chofer de un camión recolector fue amenazado por dos personas en moto que les hicieron señas mostrando que portaban un arma. El hecho ocurrió en la zona oeste y enseguida alertaron a un móvil policial que circulaba cerca.
Las estaciones de servicio seguirán con el esquema que pusieron en marcha desde el fin de semana, tras el asesinato de playero Bruno Bussanich. Estarán cerradas de 22 a 6. Sin embargo, según pudo constatar este medio, ya cerca de las 9 de la noche los estacioneros comienzan a colgar las mangueras. Y están analizando en mantener esta medida por tiempo indeterminado y trabajar con un esquema de turnos nocturnos, como lo hacen las farmacias.
En cuanto a los centros de salud, mañana podría restablecerse el servicio normal. En las últimas 48 horas, los hospitales solo atendieron urgencias y suspendieron los turnos programados.
En medio de tantas urgencias, las autoridades del Ministerio de Seguridad nacional anunciaron que el jueves comenzará el operativo de saturación en las calles por parte de las fuerzas federales. Los rosarinos esperan que se prolongue en el tiempo para empezar a recuperar una senda de normalidad.
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