Cómo funcionaba la red de coimas que llevó a la cárcel a un fiscal en Rosario
ROSARIO.-El entramado de coimas que llevó a la cárcel al fiscal de Rosario Gustavo Ponce Asahad abarcaba una estructura de corrupción amplia, que iba desde la banda de Los Monos, a un capitalista de juego clandestino, excomisarios, dos funcionarios de la fiscalía de Rosario, entre ellos el jefe de esa dependencia judicial, y vinculaciones –según la investigación- con un exdiputado y un senador peronista.
La causa que investigan los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra seguirá con la imputación y pedido de detención del jefe de los fiscales de Rosario Patricio Serjal, que junto con Ponce Asahad están acusados de cobrar US$ 5000 en coimas que desde diciembre de 2018 pagaba el empresario Leonardo Peiti como forma de protección.
Este empresario se movía, según la investigación, en el plano legal e ilegal del juego, y era extorsionado por la banda de Los Monos desde el 1º de julio de 2019, cuando esa organización baleó un edificio de Peiti en Servando Bayo al 1100, donde dos jóvenes en moto dispararon once veces y dejaron un mensaje pintado en la pared: "Leo pagá".
Ariel Cantero, a través de Maximiliano Díaz, alias Cachete, le exigió a ese supuesto capitalista del juego el pago de US$ 400.000 a cambio de proteger su vida. Peiti decidió ceder y asociarse con Los Monos, a los que les cedió el manejo de casinos ilegales de máquinas tragamonedas, algo que durante la cuarentena creció de manera vertiginosa por el cierre del Casino City Center.
Peiti se asoció con esta banda narcocriminal y le pagaba desde diciembre de 2018 una coima mensual de 5000 dólares a los fiscales Ponce Asahad y a su jefe Patricio Serjal a cambio de que le pasaran información sobre posibles investigaciones en su contra y para que desviaran esas pesquisas.
Ese empresario maneja la concesión –según su abogado Angelo Rossini- del hotel Sasso en Mar del Plata, que es propiedad del sindicato Gastronómico de Luis Barrionuevo, y en otras provincias, como Formosa, Misiones y también en Paraguay.
Su padre Roberto fue un histórico capitalista del juego clandestino, según contaron los fiscales en la audiencia. Peiti posee varias empresas con las que se dedica a este rubro, como detectó LANACION, entre las que se encuentran Discovery SRL, Wildar Gaming, EstaciónNorte y Southgame, entre otras.
El hecho que reúne a todos los protagonistas es el ataque al casino City Center en enero pasado, perpetrado por Los Monos, donde fue asesinado el gerente del Banco Nación de Las Parejas Enrique Encino.
Aunque el "arreglo" con los fiscales se había iniciado en diciembre de 2018, ese pago de coimas fue detectado este año por el Organismo de Investigaciones, que seguía la trama del ataque al casino. Los Monos le habían pedido al empresario que reclamase a sus contactos en la fiscalía un apoyo efectivo para lograr la liberación de dos soldaditos de la banda que habían sido detenidos antes de concretar el plan de incendiar varios autos en el estacionamiento del casino Citi Center.
Nelson Ugolini, el secretario de Ponce Asahad le envió una captura de pantalla al lugarteniente de Guille Cantero. En ese mensaje, el ahora cuestionado fiscal señaló que no tenía la causa, pero que podía "meter un comentario".
A partir de ese hallazgo la investigación se logró desentrañar un sistema de coimas que funcionaba de manera aceitada. El empresario Peiti se presentó como arrepentido y detalló cada uno de los pagos que hacía a los fiscales.
La "pata" política y la irrupción de Los Monos en el negocio
Peiti pagaba coimas a los funcionarios del MPA, con quienes mantuvo alrededor de 30 encuentros en distintos lugares de Rosario y de la ciudad de Buenos Aires. Según explicó Edery, Ponce se acercó al empresario para advertirle que "estaba siendo investigado en Melincué", por el fiscal Matías Merlo.
En la causa figura el registro de las cámaras de seguridad que expone uno de esos encuentros cuando en la cochera del restaurante Ceviche, en Jujuy y Oroño. También en el pasaje Rosales, a pocos metros del edificio de los tribunales.
En la audiencia se reveló que en julio pasado, Serjal y Ponce se dirigieron a las oficinas del Organismo de Investigaciones para interiorizarse sobre la investigación que los fiscales Edery y Schiappa Pietra llevaban adelante sobre Peiti. En ese momento estaba intervenido el teléfono celular del empresario. Después de la visita de los fiscales, Peiti destruyó el teléfono y los investigadores ya no pudo seguir sus conversaciones.
Además Serjal, le pidió a Peiti US$ 100.000 para evitar que prospere la investigación en su contra. Ponce y Serjal se contactaron con Peiti a través de su secretaria.
El 10 de julio pasado la secretaria de Peiti recibió un llamado del exdiputado peronista Darío Scataglini, quien le dijo que "Traferri" se quería reunir con el empresario. Este apellido correspondería al del senador peronista Armando Traferri.
La "tranquilidad" del negocio del juego clandestino en Rosario se rompió hace más de un año, cuando Ariel "Guille" Cantero, líder de Los Monos, junto a su lugarteniente Maximiliano Díaz, alias Cachete, descubrieron que podían meterse en ese rubro, que durante los últimos cuatro meses, con el cierre del casino City Center por la pandemia, duplicó su facturación.
Según la investigación de los fiscales Edery y Schiappa Pietra, Peiti ya pagaba sobornos a la policía para que dejara funcionar sus casinos clandestinos; lo hacía, dijo, a través de Alejandro Torrisi, exjefe de la Unidad Regional VI, de Villa Constitución. Se detectó en la causa que este oficial retirado había visitado en varias oportunidades la jefatura de Policía de Rosario, eventualmente, para definir los alcances del acuerdo.
Pero aparecieron nuevos actores, además de la policía, como destinatarios de las coimas: Los Monos y los fiscales Ponce Asahad y Serjal, según se desprende de la investigación judicial y de acuerdo a lo que reveló el fiscal general Jorge Baclini.
A Guille Cantero, tal como surge de la causa, le abonaba con salas de juego ilegales.
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