Comando Vermelho: los carteles brasileños están en una etapa de expansión
ROSARIO.– La frontera entre Brasil y Paraguay es una línea delgada por la que se mueven desde hace más de una décadalas organizaciones criminales más poderosas, como el Primer Comando Capital y el Comando Vermelho, que controlan desde ese país las rutas de abastecimiento de estupefacientes hacia gran parte de América del Sur. Y la Argentina empieza a estar en el radar de esas bandas.
En un principio la zona de Pedro Juan Caballero fue un imán para estas bandas por ser una de las principales zonas de producción de marihuana en Paraguay, pero ahora esa región se transformó también en una ruta logística de cocaína que proviene de Bolivia y Perú.
Nunca se pudo revelar el misterio sobre cómo y por qué uno de los jefes de PCC apareció muerto flotando en el río Paraná, atado con alambre y envuelto en una frazada. Maciel Amantino Wagner estaba prófugo desde 2014 en Ciudad del Este, Paraguay, donde planeó el robo espectacular a la bóveda de la empresa Prosegur en esa ciudad. En su momento, fuentes del Ministerio de Seguridad señalaron que Wagner buscaba un terreno en la zona portuaria del Gran Rosario para montar una empresa y lavar dinero.
Una ruta de armas lleva a los grandes carteles brasileños hacia la Argentina
El crimen de Wagner nunca se investigó. Llegaron familiares desde Brasil para reclamar el cadáver. En Paraguay fuentes de inteligencia criminal del gobierno señalaron a LA NACIÓN que ese hombre estaba vinculado Jarvis Pavao, quien dominó la frontera entre Paraguay y Brasil durante décadas. El jueves pasado fueron detenidos varios familiares de Jarvis, que está preso en Brasil, acusados de lavado de dinero. Agentes policiales desplegaron un operativo para cumplir 21 órdenes de prisión y 67 registros en diversos domicilios de los estados brasileños de Rondonia, Mato Grosso do Sul, Sao Paulo, Santa Catarina y el Distrito Federal de Brasilia.
Pavao tenía una abogada argentina, que fue ejecutada de 15 tiros el 12 de noviembre de 2018. La policía paraguaya cree que Laura Casuso, oriunda de Chaco, había cruzado los límites de su profesión y se movía en un complejo equilibrio entre los grupos mafiosos que defendía.
Los investigadores creen que su ejecución se debió a que Casuso ya no era una simple defensora de narcos, sino que, según se sospecha, "administraba" las fortunas de Pavao, quien fue extraditado a Brasil en diciembre de 2017.
"Ella pagaba los rescates de droga en la Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay cuando había operativos de las fuerzas de seguridad", confiaron investigadores paraguayos. Remarcaron que la abogada argentina había alcanzado relevancia dentro de esa organización criminal.
La caída de Jarvis en 2009, uno de los traficantes más poderosos de Pedro Juan Caballero, llevó a que la geografía local del poder narco se reacomodara. No pasó mucho tiempo hasta el surgimiento de un nuevo jefe.
Como si fuera el efecto de una hidra, como señalan los especialistas en crimen organizado, el lugar de Jarvis fue ocupado por otro peso pesado, Thiago Ximenes, alias Matrix, quien se fugó el 20 de agosto de 2013 de la cárcel de Ezeiza junto con 12 internos que construyeron un túnel. Fue capturado por Interpol el 14 de junio de 2014 en Ciudad del Este, cuando intentó robar un camión de caudales.
Matrix, uno de los jefes máximos del Primer Comando Capital (PCC), se volvió a fugar de un cuartel paraguayo y fue recapturado cerca de Villa Ygatymí, en el departamento de Canindeyú, frontera con Brasil. Según la Justicia paraguaya, la Argentina desistió de pedir la extradición de Matrix por "cuestiones de seguridad".
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