Cocaína rosa: un intento de coima llevó a la policía hasta la “cocina” donde se hacía la “droga de la noche”
La investigación que derivó en el descubrimiento de un laboratorio en una casa de Mataderos, comenzó cuando la Policía de la Ciudad interceptó a un vehículo que circulaba con un sospechoso certificado de discapacidad
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A las 19 del viernes pasado, al personal de la División Sumarios y Brigadas de Prevención de la Comisaría Comunal 4 de la Policía de la Ciudad que recorría la avenida Caseros, en Nueva Pompeya, le llamó la atención un VW Vento negro que circulaba por la zona. El vehículo tenía colocada una oblea de un certificado de discapacidad que parecía apócrifa y tenía rota una parte del parabrisas. Los uniformados decidieron identificar a los ocupantes. Sorprendido, el conductor, nacido en Seúl, en Corea del Sur, en 1982, espetó: “Estamos bastante complicados. ¿Lo podemos solucionar de otra manera?”. Su compañero, colombiano, observaba callado, pero nervioso. No pudieron “negociar” nada con los policías, quienes después de una rápida inspección descubrieron 1822 pastillas de drogas de diseño y anotaciones con precios y cantidades. Ambos quedaron detenidos. Ese fue el comienzo de una investigación que, tres horas después, derivó en el descubrimiento, en Mataderos, de un “laboratorio” de “cocaína rosa”, más conocida Tuci, una peligrosa droga de efectos psicodélicos muy buscada entre quienes concurren a las fiestas electrónicas.
Así lo pudo reconstruir LA NACION de fuentes policiales y judiciales. La causa, que ahora fue delegada al fiscal federal Ramiro González y que tramita el juez federal Sebastián Casanello, tiene cinco detenidos: los dos ocupantes del Vento negro interceptado en Nueva Pompeya, dos supuestos “cocineros” de la “cocaína rosa”, de nacionalidad colombiana, y otro colombiano que dijo trabajar como agente de tránsito del gobierno porteño y que se entregó después de enterarse del allanamiento en el inmueble de Mataderos, propiedad de la cual es inquilino.
“Las dosis de droga sintética y las anotaciones que fueron halladas en el auto interceptado en la avenida Caseros eran una clara evidencia de que se estaba ante dos dealers de droga”, explicó una fuente del caso.
Según fuentes policiales, las 1822 pastillas de éxtasis secuestradas en el auto tenían el logo de una medusa. Desde el Juzgado Federal N° 7 se ordenó el allanamiento en las viviendas de los dos sospechosos detenidos.
“El lugar de residencia de ambos sospechosos no coincidía con el domicilio declarado en los documentos de identidad. El colombiano, de 22 años, aportó la dirección del lugar donde decía vivir. Llamativamente, era la propiedad donde se había instalado la ‘cocina’ de ‘cocaína rosa’”, explicó una fuente judicial.
Cuando el personal policial irrumpió en la casa señalada por el colombiano detenido junto al coreano descubrieron a dos “cocineros” en plena tarea de elaboración de Tuci. Se trataba de una propiedad situada en Larraya al 2200, en Mataderos.
“En el inmueble de Mataderos se encontró un kilo de ‘cocaína rosa’, blísteres de clonazepam y otras sustancias, como ser ketamina y MDMA, más conocida como éxtasis”, sostuvo una fuente del caso.
La “cocaína rosa” es, en realidad, una droga sintética derivada de las anfetaminas, con un efecto entre el alucinógeno y psicodélico propio del ácido lisérgico (LSD) y el estimulante del MDMA. A dosis bajas, es una de las sustancias más buscadas en las fiestas electrónicas. A dosis altas, puede ser letal.
También se allanó el inmueble donde vivía el surcoreano, en Avellaneda al 500, Caballito, pero no se encontraron sustancias estupefacientes. Sí se secuestraron 50.000 pesos y se descubrieron indicios de que en el lugar funcionaba una especie de financiera.
Los cuatro primeros detenidos se negaron a declarar en sus indagatorias. Sí lo hizo el colombiano que se entregó después del allanamiento. Dijo que trabajaba como agente de tránsito porteño y que uno de los supuestos “cocineros” había ido a vivir con él por pedido de un conocido.
“Aseguró [el imputado que se entregó] que los fines de semana se iba de la casa de Mataderos a trabajar con un compañero en un emprendimiento de muebles”, explicó una fuente judicial.
Un sexto sospechoso, cuya documentación se encontró en la casa de Mataderos donde se cocinaba la droga, está prófugo, con pedido de captura vigente.
En los próximos días, el juez Casanello definirá la situación procesal de los imputados.
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