Cocaína letal. La Justicia acusó a los narcos de Puerta 8 de “matar mediante el uso de veneno como método insidioso”
Se acreditó que al menos 11 de las 24 víctimas fatales habían comprado la droga en el asentamiento de Tres de Febrero y en las villas , La 18 y el Gaucho, de San Martín
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La Justicia procesó con prisión preventiva a cinco narcos de Puerta 8, La 18 y El Gaucho por matar mediante el “uso de veneno como método insidioso” a por lo menos once personas y los intentos de homicidio de otros veinte consumidores que compraron en los búnkeres de esos asentamientos de San Martín y Tres de Febrero la cocaína mezclada con carfentanilo, un poderoso opiáceo usado para dormir elefantes.
Si bien hubo 24 fallecidos por el consumo de la droga envenenada, la Justicia acreditó, hasta el momento, que 11 víctimas adquirieron la sustancia letal en aquellos enclaves entre la noche del 1° de febrero y la madrugada del 2. Durante el desarrollo del proceso se intentará determinar dónde compraron el estupefaciente contaminado los otros 13 consumidores fallecidos por la intoxicación.
Lo que sí surge de la investigación es que la droga que se vendió en aquellos asentamientos había provocado, al menos nueve días antes de la crisis del 2 de febrero, intoxicaciones en dos dealers que la probaron. Eran miembros de la banda de Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, uno de los capos narcos de la zona de San Martín -que, aunque está preso, seguiría controlando el negocio desde la cárcel-, que habían “probado” una droga recién traída desde Bolivia, que les costó un poco más de la mitad de lo que usualmente pagan las organizaciones por el kilo de cocaína en el mercado del tráfico ilegal.
El hecho demostraría que sabían que era una sustancia no solo de baja calidad o muy “cortada” -así se presumía por el precio pagado por ella- sino potencialmente letal -por la intoxicación casi instantánea que causó a quienes la tomaron-, lo que funda la acusación de que poner a la venta esa droga significó el “uso de veneno como método insidioso”.
Los cinco procesados fueron identificados por fuentes judiciales como Iván Ávalos, Nicolás Campos, Luis Alberto Rodríguez, Mauricio Balcarce y Héctor Fernández. Dos de ellos fueron señalados como los vendedores del búnker de Puerta 8, a otros dos se los acusó de actuar como “soldados” que debían alertar sobre la presencia policial y el restante sería el encargado de guardar la droga en una casa de la villa El Gaucho.
La resolución fue dictada en las últimas horas por el juez de Garantías de San Martín Mariano Gramático Mazzari, quien avaló la investigación realizada por el fiscal Germán Martínez, que luego de escuchar a los sobrevivientes y a los familiares de las víctimas ordenó los allanamientos en los búnkeres donde habían comprado la droga envenenada.
Los peritajes determinaron que la droga fue cortada con carfentanilo, un opiáceo “que cuenta con una potencia 10.000 veces mayor que la morfina y entre 30 y 50 veces más que el fentanilo, requiriendo mínimas dosis para ser letal”.
A la hora de fundar los procesamientos resultaron clave los peritajes sobre los envoltorios con droga aportados por los familiares de las víctimas y por las personas que fueron internadas en cinco hospitales del noroeste del conurbano, y las dosis halladas en tres lugares de venta. Esos elementos pudieron ser secuestrados porque pasó poco tiempo entre el momento en que los pacientes llegaron a los centros médicos y los allanamientos. Esto hizo que los vendedores de droga no tuvieran oportunidad de descartar los envoltorios con droga que los incriminaba.
Según fuentes judiciales, a los cinco imputados se les atribuyó su presunta responsabilidad en el “tráfico ilegal de estupefacientes, agravada por la pluralidad de intervinientes en forma organizada, en concurso real con homicidio agravado por el uso de veneno como método insidioso reiterado en al menos once hechos y homicidio agravado por el uso de veneno como método insidioso en grado de tentativa en, al menos, veinte hechos”.
Al incluir el concepto de “método insidioso”, que refiere a mantener algo oculto, por engaño, a sabiendas de que puede causar un perjuicio, el representante del Ministerio Público y el juez consideraron que el carfentanilo estaba enmascarado en la cocaína que las víctimas compraron. Esto significa que los consumidores fueron a comprar droga y les dieron dosis con un potente veneno.
Durante la investigación se concluyó que el carfentanilo fue hallado en los envoltorios que se secuestraron en el búnker donde se vendía la droga, en la casa pintada de blanco situada en Miramar y El Parque, de Puerta 8; en el lugar de guarda, la vivienda de paredes verdes, ubicada en El Gaucho y Río Cuarto, a 12 cuadras del puesto de venta y en las muestras aportadas por familiares de víctimas y sobrevivientes.
Esta circunstancia, según consideró el magistrado, “no deja lugar a dudas que todo provino de la misma partida. Al revisar las pruebas incorporadas en el expediente, a los investigadores judiciales no les quedó dudas de que los imputados forman parte de una organización dedicada al tráfico de drogas que posee búnkeres en diversos asentamientos de la zona noroeste del conurbano”.
Esta presunción se fundó en el hecho de que algunos sobrevivientes indicaron que habrían comprado cocaína en las inmediaciones de la esquina de calles 5 y B, de José León Suárez, y en el interior del asentamiento conocido como La 18, de Billinghurst.
“Se deduce que estamos frente a una gran organización delictiva dedicada a la venta de estupefacientes que abarca, en principio, al menos tres puntos de venta situados estratégicamente en barrios humildes, mal denominados villas, distribuidos entre localidades distintas”, se indicó en la resolución.
A partir de los peritajes se determinó que los envoltorios en los que se fraccionó la droga fueron cerrados de la misma forma. Este elemento avalaría la presunción de que hubo un solo dueño que habría llevado la cocaína fraccionada y cortada a los mencionados puestos de venta.
Si bien en la resolución no se hizo referencia a Miguel Ángel Villalba, alias Mameluco, fuentes policiales indicaron que la banda comandada por el jefe narco, actualmente detenido, que dominó la venta de drogas durante los últimos años en la zona de San Martín y que fue precandidato a intendente de ese municipio, sería la dueña de la partida de cocaína.
Esa partida de droga contaminada habría sido comprada por uno de los secuaces de Mameluco, que habría pagado 2800 dólares el kilo, droga que ningún otro narco de la zona quiso adquirir. Pero para probar esta hipótesis falta avanzar más en la investigación.
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