Cocaína en el avión: en la camioneta de un sospechoso había restos de droga
Los investigadores del hallazgo de los 87,5 kilos de cocaína en un avión de carga de KLM tendrían definido que el cargamento de estupefacientes habría sido ingresado en el aeropuerto internacional de Ezeiza en la camioneta 4X4 de uno de los ocho sospechosos detenidos.
Así se desprende después de que fueran hallados vestigios de cocaína, marihuana y éxtasis en la camioneta Dogde Ram de uno de los empleados de la empresa Martinair, firma que operaba el vuelo de carga de KLM, según pudo saber LA NACION de fuentes policiales.
La otra novedad del día es que el juez en lo penal económico Javier López Biscayart, magistrado a cargo de la causa, citó a prestar declaración indagatoria a la empresa Martinair por su presunta responsabilidad. A la audiencia deberá presentarse el apoderado legal de la compañía.
La camioneta, agregaron los informantes, pertenece a un empleado de operaciones de Martinair de apellido Álvarez. "Se trata de una las personas filmadas por las cámaras de seguridad subiendo las cajas con cocaína en el avión de KLM. Al encontrar vestigio de cocaína, éxtasis y marihuana confirmaría la hipótesis de que la droga habría sido ingresada en ese vehículo", explicaron a LA NACION los voceros consultados.
El hallazgo de los vestigios de cocaína, marihuana y éxtasis se dio por medio de un peritaje denominado de "trazabilidad" hecho por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
Según fuentes del caso, el octavo detenido, de apellido Gil y también empleado de Martinair no contestó preguntas pero culpó a Álvarez por la droga hallada en la bodega del avión.
Durante su indagatoria ante el juez López Biscayart y el fiscal Emilio Guerberoff, el empleado de operaciones dueño de la camioneta 4x4 se negó a declarar.
López Biscayart y Guerneroff tienen la colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), conducida por el fiscal federal Diego Iglesias y de la PSA.
Cinco de los detenidos son empleados de Martinair y los tres restantes son los tripulantes del avión de KLM. El valor en destino (Países Bajos) de la cocaína secuestrada es de 6 millones de euros.
El avión de KLM, operado por Martinair, había aterrizado en Ezeiza desde San Pablo a las 10.45 del martes pasado. Debía despegar antes que se vencieran los permisos de la tripulación y después de subir la carga legal: 49 caballos de polo y de carrera que tenían destino final en Tailandia y Singapur.
"Fue puro olfato de los agentes de Aduana", dijo a la agencia Télam un investigador del caso. Se refería a que al personal aduanero le llamó la atención lo que sucedía en la pista en medio de un alerta meterológico.
Las filmaciones de las cámaras de seguridad de la terminal aérea mostraban que dos camionetas pertenecientes a la empresa Martinair se acercaron al avión y de allí comenzaron a bajar cajas de cartón que introducían a la bodega.
Cuando hay alerta meterológico no se pueden hacer operaciones de carga en la pista y, además, los empleados de Martinair no están autorizados para hacer ese trabajo, función que cumple Intercargo.
Entonces los agentes de la Aduana decidieron hacer una requisa en el avión y descubrieron los 87,5 kilos de cocaína en la bodega.
"La droga estaba en pallets, dentro de las cajas. En ningún momento hubo intención de disimularlas, porque en realidad se trataba de contaminar un carga legal [como los caballos]", agregó la fuente consultada.
La sospecha de los detectives judiciales es que se trata de una modalidad conocida como rip off, que significa que la mercadería que debe transportar el avión es lícita y cuenta con toda la documentación en regla, pero que en algún momento del proceso de carga se contamina con la droga.
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