“Cobertura mediática”: cuál fue, para la Justicia, el rol del Teto Medina en la organización La Razón de Vivir
Según la acusación, el conductor y panelista de TV era la “cara visible y pública” para simular que la asociación investigada “tenía una actividad lícita”
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Marcelo Medina, popularmente conocido como El Teto, tenía un rol claro en la Razón de Vivir, la supuesta comunidad terapéutica investigada por ser una eventual organización ilícita dedica a cometer “delitos contra la vida, la libertad, la propiedad y la administración pública”. En esa estructura, el conductor y panelista de TV tenía como función “ser la cara pública y visible de la asociación para captar más víctimas y perpetuar su impunidad a lo largo del tiempo”.
Así surge del dictamen en el que el fiscal de Berazategui Daniel Ichazo solicitó la detención del Teto Medina y de otros 16 sospechosos en una causa caratulada como “reducción a la servidumbre, trabajos forzados, asociación ilícita, abandono de persona, usurpación de título y autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Las órdenes de allanamiento y detenciones fueron firmadas por el juez de Garantías Adrián Villagra.
Medina fue detenido hoy por detectives de la División Delitos Cibernéticos contra la Niñez y la Adolescencia de la Policía Federal Argentina (PFA) en un operativo realizado en un departamento de Cabello al 3100, en el barrio porteño de Palermo.
“El rol de cobertura mediática y en redes sociales era ejercido por Medina. Consistía en ser la cara visible y pública, junto a Néstor Zelaya [acusado por la Justicia de ser el jefe y organizador] de la asociación, para simular que la misma tenía una actividad lícita, captar más víctimas y perpetuar su impunidad a lo largo del tiempo, valerse de las redes sociales propias para captar más víctimas y proveer de material multimedia para las redes sociales de la organización, mantener contacto semanal con las víctimas para fortalecer su sometimiento y reducción a la servidumbre y, en ciertas ocasiones, hacer de operador-coordinador”, explicó el fiscal Ichazo.
En mayo del año pasado, en una entrevista con el programa Silvestre en la noche (Canal 9 de Salta), Medina habló de su rol de operador socio-terapéutico especialista en adicciones.
“Trabajo en comunidades terapéuticas con chicos que tienen adicciones; contamos nuestro testimonio y, por otro lado, les contamos sobre la problemática del tema”, dijo en la citada entrevista.
Según el fiscal Ichazo, Medina, Zelaya y otros 15 imputados, mediante un acuerdo previo, “conformaron una asociación ilícita bajo el no,mbre Comunidad Terapeútica La Razón de Vivir supuestamente dedicada a la rehabilitación de personas con adicción al consumo de estupefacientes, pero en realidad destinada a cometer una pluraridad de delitos contra la vida, la propiedad, la libertad y la adimistración pública”.
Según la imputación, Zelaya, el director general de La Razón de Vivir, “coordinaba y daba directivas” a los demás integrantes de la sindicada asociación ilícita. También, para la Justicia, se encargaba de “establecer contactos y realizar apariciones en medios de comunciación para brindar para publicidad y cobertura mediática a la actividad criminal, fijar los aranceles a cobrar a las víctimas y sus familias para ingresar las denominadas quintas [de recuperación], coordinar la internación de un nuevo paciente, indicar cómo debían ser las condiciones de servidumbre y trato de las víctimas, incluso el sistema de castigos, indicar la forma, condiciones y tipo de trabajos forzosos que tenían que hacer algunas de las víctimas y detemimar cómo se ejercía la violencia física y simbólica”.
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