Cayó "el Fantasma", el barra de Boca que controlaba La Salada en un coche de lujo
Fue capturado en Parque Chacabuco junto con otros dos acólitos de La Doce; están acusados de extorsionar a puesteros
Aunque llevaba dos años prófugo, acusado de usurpar el espacio público adyacente al pestilente Riachuelo, en Ingeniero Budge, para ubicar allí puntos de venta ambulante clandestinos por los cuales les cobraba a los puesteros, bajo extorsión, muchos comerciantes informales afirmaban que, al menos hasta el mes pasado, Hernán Edgardo Ávalos, El Fantasma, recorría el Camino de la Ribera en un Audi TT blanco sin patente para alzarse con la plata de los alquileres. Hace casi un mes se escapó por un pelo de los policías que habían ido a allanar su casa para atraparlo. Alguien le había pasado el dato preciso que le permitió sacar una luz de 20 minutos de ventaja.
Pero “El Fantasma”, señalado por investigadores judiciales como uno de los recaudadores de La Salada, se entregó sin lucha ayer cuando los detectives de la Policía de la Ciudad lo fueron a buscar a un domicilio del barrio porteño de Parque Chacabuco. Allí cayó con otros dos sospechosos, miembros como él de La Doce, la barra brava de Boca.
Las capturas forman parte de la investigación por asociación ilícita y extorsión por la cual el 10 de agosto pasado –el mismo día que “El Fantasma” se les escurrió a sus perseguidores– fue detenido Enrique “Quique” Antequera, administrador de la feria Urkupiña y rival comercial de Jorge Castillo, el Rey de la Salada, que había caído el 21 de junio pasado en una causa similar, ambas instruidas en el Departamento Judicial Lomas de Zamora.
“El Fantasma”, Ezequiel Roberto “Chicho” Barraza y su primo, Emanuel Alan, saltaban de domicilio en domicilio mientras policías federales y bonaerenses les mordían los talones. El más reciente dato, obtenido por detectives de Lanús, situó a los prófugos en una vivienda de Avelino Díaz y Del Barco Centenera. Allí montaron guardia anteanoche los detectives de Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad.
Fuentes de la investigación confiaron que luego de varias horas los vigilados salieron de la casa y se subieron a un Peugeot 308 negro. Los policías les cayeron encima. “El Fantasma”, no bien escuchó la voz de alto, se tiró al piso y levantó las manos. Los Barraza, en cambio, intentaron escapar a la carrera; los atraparon 150 metros más allá.
Fuentes judiciales dijeron a la agencia de noticias Télam que los tres sospechosos, que están a disposición de la jueza de Garantías de Lomas de Zamora Laura Ninni, fueron trasladados a dependencias de la División Robos y Hurtos de la Policía de la Ciudad, acusados de amenazas agravadas por el uso de armas de fuego, extorsión y asociación ilícita, entre otros delitos.
Desde allí, los aprehendidos serán llevados hoy a los Tribunales de Lomas de Zamora, donde los indagará el fiscal general adjunto Sebastián Scalera en la causa que se le sigue a Antequera.
Además de determinar su responsabilidad en esos hechos, los investigadores del caso quieren saber quiénes protegían a los barrabravas de Boca, supuestos organizadores de una de las mafias que ganaban millones con el estacionamiento y el cobro de alquileres de puestos callejeros en La Salada. Se sospecha que ese paraguas era sostenido por policías de Ingeniero Budge,; concretamente: un ex comisario y un ex jefe de calle de la seccional.
Fuerza de choque
Para la Justicia, tanto Castillo –en el complejo Punta Mogote– como Antequera edificaron su poder usando como “fuerza de choque” a miembros de “La Doce” y a barrabravas de River, Los Andes y Dock Sud.
El administrador de la feria Urkupiña había sido aprehendido por personal de Gendarmería y de las policías bonaerense y de la Ciudad, que también realizaron operativos en Villa Centenario y en otros puntos de Lomas de Zamora donde fueron detenidos tres integrantes de la primera línea de la barra de Boca Juniors: Ruperto “Toro” Barraza, padre del “Chicho”; Marcelo Aravena, uno de los líderes de “La Doce”, y Santiago Vélez Robles, integrante de la facción capitaneada por “Marcelo de Lomas” Aravena.
En aquella serie de operativos del mes pasado también fueron detenidos Roberto Ríos y Edwin Saravia Rodríguez, que presuntamente cumplían tareas como ayudantes de Antequera en el complejo Urkupiña y “tenían una dedicación política en la zona de Lomas de Zamora”, según señaló en aquella oportunidad la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
Además, en esos procedimientos fueron aprehendidos Nelson Dávalos, un oficial retirado de la Policía Federal Argentina (PFA), y Diego Barreda, un ex oficial subinspector de la policía bonaerense que pasó varios años detenido por el atentado contra la AMIA, señalado como integrante de una mafia policial que habría hecho de “conexión local” en el ataque a la mutual judía y absuelto en el histórico y extenso juicio que concluyó en 2004 con todos absueltos al ser declarada la nulidad de parte de la causa.
La ministra Bullrich había dicho, en ocasión de la detención, que Barreda era el “jefe del control externo” de Urkupiña, como “encargado de vigilar a Antequera”.
Dos días después fueron detenidos Luis Nelson Dávalos, hijo del policía federal retirado, y Néstor López, acusado de coordinar la “agencia de admisión” de puesteros que funcionaba en la feria manejada por “Quique” Antequera. Con ellos la causa sumó 10 aprehendidos.
Negocios clandestinos
Enrique Antequera, administrador de urkupiña
Edad: 51 años
Carrera política: pasó por varios sectores del PJ bonaerense
Orígenes: Llegó a Budge en 1991, con un grupo de puesteros bolivianos desalojados de Puente 12, y compró una parte del predio de las piletas de La Salada, donde fundó Urkupiña
Final: Detenido el 10 de agosto como jefe de una asociación ilícita
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