Cayó una banda que mató a un empresario y con el botín compró un pub
Cuatro sospechosos fueron detenidos en las últimas horas, acusados de haber participado del homicidio del empresario Abel Leonardo Espósito, quien el 7 de enero último fue torturado y asesinado por delincuentes durante una entradera en su casa de Bernal, cuando regresaba de pasar unos días de vacaciones en Punta del Este.
Según informaron fuentes policiales, para detener a los nuevos sospechosos, que se suman a otros tres que ya habían sido apresados días después del hecho, los investigadores allanaron un pub situado en la avenida Córdoba al 4000, en el barrio porteño de Palermo; se presume que los delincuentes habrían montado ese boliche con el dinero conseguido en asaltos anteriores.
Fuentes policiales informaron a Télam que la banda fue desbaratada luego de varios procedimientos que efectivos de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes realizaron en Avellaneda, La Matanza y la Capital.
Los detectives de la DDI efectuaron diferentes tareas de investigación, entre ellas escuchas telefónicas y análisis de distintas cámaras de seguridad, con los que se advirtió que una de las integrantes de la organización tenía un tatuaje del Gauchito Gil en uno de sus hombros. Los pesquisas comenzaron a examinar cuentas de redes sociales hasta que ubicaron la foto de una usuaria con un marca similar en esa zona del cuerpo, que, luego se comprobó, había tapado con otro tatuaje.
Según las fuentes, los investigadores establecieron también la identidad del resto de los integrantes del grupo delictivo, por lo que el fiscal Leonardo Sarra, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 del Departamento Judicial Quilmes, dispuso una serie de allanamientos.
Uno de los operativos se realizó en el pub "Baires After Hour" y en un departamento ubicado en Avenida del Libertador al 7700, frente al Club Ciudad de Buenos Aires, en Núñez.
Las fuentes añadieron que también se allanó una vivienda situada en Ricardo Gutiérrez al 1600, Avellaneda, y una clínica de Ramos Mejía donde uno de los sospechosos estaba internado con un cuadro de pancreatitis.
En los procedimientos fueron apresados la joven de 20 años conocida como "Chiky", dos jóvenes de 21, uno de ellos apodado "Barraco", y el delincuente enfermo, que tiene 24.
Además, los policías se incautaron de una camioneta Land Rover en la que se movilizaba la banda y también demoraron a un quinto hombre, de 30 años, que se intenta determinar si tiene algún tipo de relación con la organización criminal.
En tanto, se estableció que los integrantes de la banda -tres de los cuales habían sido detenidos días después del crimen de Espósito- tienen antecedentes penales y se cree que también estarían involucrados en al menos otros cuatro asaltos ocurridos en Quilmes y Bernal entre octubre y diciembre de 2018.
El crimen de Espósito ocurrió entre las 23 del 6 de enero y la 1 del 7, cuando el hombre fue sorprendido al entrar por el garaje a su chalet de Avellaneda al 100, Bernal, tras regresar de pasar unos días de vacaciones en Punta del Este con su familia, que se quedó en el balneario uruguayo y regresaron al enterarse del suceso.
Al momento del hecho se encontraba en la casa la empleada doméstica, que tiene su habitación en la parte posterior del inmueble y también fue sorprendida por dos de los asaltantes, que la condujeron al sector delantero y la introdujeron en la habitación de Espósito cuando este ya estaba atado con precintos plásticos.
Según la empleada, los ladrones le exigían al empresario un maletín, que él negaba tener. La banda contaba con información previa, dado que cuando la empleada, Dilma Yolanda Casco, les dijo que la familia estaba de vacaciones en la Costa Atlántica, les respondieron que no mintiera porque sabían que estaban en Uruguay.
Los voceros indicaron que tras recorrer la casa en su búsqueda, los delincuentes le dieron una paliza a Espósito y lo llevaron hasta un baño. Allí lo torturaron. Le pusieron una toalla en la cara y le tiraron agua en la cara para intimidarlo. Según la autopsia, Espósito falleció por la asfixia que le produjo la serie de castigos que sufrió. El agua le ingresó por las vías respiratorias y lo ahogó, causándole la muerte.
Tras torturar y asfixiar a la víctima, la banda huyó sin robar lo que había en la casa: dinero, joyas y computadoras.
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