Cayeron en Portugal dos prófugos por la desaparición de Schaerer
Lorhmann y Maidana están acusados del secuestro del joven correntino en 2003; fueron arrestados por un robo en noviembre y ahora identificados por sus huellas
Estuvieron en la clandestinidad desde 2003. Los detectives de la Policía Federal que los investigaron durante años los definieron como los secuestradores más peligrosos, líderes de una banda que operó en la Argentina y en Paraguay. Pero Rodolfo Lohrmann, conocido como "el Ruso", y su socio en la empresa criminal, José Maidana, alias "el Potrillo", estaban lejos del país, en Portugal, donde fueron detenidos después de protagonizar, armados, un robo.
A pesar de la recompensa de $ 370.000 que ofreció el gobierno argentino para quien aportara datos que permitieran las capturas de los prófugos, durante años nada se supo de ellos. Detectives del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) los buscaron por Alemania, España y Brasil.
Es más, detectives policiales que los persiguieron muchos años especularon, en algún momento, con la posibilidad de que a Lohrmann lo hubiesen matado en circunstancias extrañas en territorio extranjero.
A "el Ruso" se le contó media decena de identidades falsas, tantas como mitos alrededor de las veces que logró escapar de sus perseguidores. A Lohrmann y a Maidana los acusan de haber participado del secuestro del estudiante universitario Cristian Schaerer. El joven, de 21 años, fue tomado cautivo el 21 de septiembre de 2003 en Corrientes. Aunque su familia pagó un rescate de casi 275.000 dólares, nunca apareció.
"Hace muchos años que esperaba que pudieran capturar a Lorhmann para saber qué paso con mi hijo. Es mucho tiempo de angustia e incertidumbre. Toda la familia esperando alguna novedad, una llamada con una noticia. Hasta que por fin ocurrió. A partir de ahora comienza otra etapa para que digan qué hicieron con mi hijo", sostuvo a LA NACION desde Paraguay, Juan Pedro Schaerer, el padre del joven secuestrado.
Tras sus pasos estaban las fiscalías federales de Corrientes, Campana y la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese), a cargo de Santiago Marquevich.
"El Ruso" y Maidana, considerados los jefes de la organización, nunca pudieron ser enjuiciados. Otras cinco personas sí fueron condenadas a penas de entre 11 y 18 años de prisión por ese caso.
Se sospecha que la banda a la que se atribuye el liderazgo de Lohrmann también protagonizó, en 2005, el secuestro y homicidio de Cecilia Cubas, hija del ex presidente paraguayo Raúl Cubas.
Ambos fueron detenidos en la ciudad de Aveiro, en noviembre pasado. Según explicó el Ministerio de Seguridad de la Nación en un comunicado de prensa, la Policía Federal Argentina (PFA) trabajó junto con las fuerzas de Alemania, Brasil y Portugal, en el marco de la cooperación internacional que promueve Interpol. Con la información recopilada durante la pesquisa, se libraron las alertas rojas en 2005 y se descubrió que Maidana residía en Portugal, apelando al falso nombre de Jorge Miguel Tavares da Costa.
Con esa falsa identidad, según las fuentes oficiales, "el Potrillo" Maidana "había efectuado envíos de dinero a su hermana a través de la empresa Western Union. Desde entonces se inició un intenso intercambio de datos con la policía portuguesa".
Pero todo se precipitó cuando cayeron presos por un robo en Aveiro. "Los sospechosos se habían identificado como un ciudadano guatemalteco de nombre José Luis Guevara Martínez y otro de origen búlgaro, Nikola Petkov", agregó el Ministerio de Seguridad.
La verdadera identidad de Maidana fue confirmada por las huellas dactilares que figuraban en la circular roja de Interpol. En cambio para identificar a su cómplice tuvieron que actuar las Divisiones Dactiloscopia e Individualización Criminal de la Policía Federal.
Las historias sobre el eventual paradero de Lohrmann casi se transformaron en leyenda. Una de las últimas versiones que había llegado a oídos de detectives de la División Antisecuestros de la Policía Federal era que a "el Ruso" lo habían visto en la cancha de San Lorenzo alentando a su amado Ciclón. Pero, como tantas otras, fue una pista falsa. Para evitar ser detenido, Lohrmann usaba documentos con tres nombres distintos.
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