Caso Paulina Lebbos: se frustró el cotejo de ADN porque las pruebas "no fueron conservadas correctamente"
Según explicó el padre de la víctima, los cabellos hallados en su cuerpo se degradaron por no seguir el protocolo; se había extraído sangre a 12 hombres para comparar, entre ellos, a un hijo de Alperovich
La investigación por el crimen de Paulina Lebbos, la joven asesinada en Tucumán en 2006, sigue enfrentando obstáculos. Los cotejos de ADN que iban a realizarse entre 12 hombres mencionados en la causa y rastros genéticos hallados en el cuerpo se frustraron porque las muestras no fueron conservadas correctamente.
Se trata de dos cabellos que habían sido encontrados en el cuerpo de la víctima. Alberto Lebbos, padre de la joven asesinada, explicó a LA NACION que, "al no ser preservados como indican los protocolos" los cabellos se fueron degradando y no se los pudo utilizar para el cotejo de ADN.
Para realizar esta pericia, el fiscal Diego López Ávila había solicitado la extracción de sangre para Gabriel Alperovich, hijo del gobernador tucumano, Sergio Kaleñuk, hijo del secretario privado del mandatario provincial, Víctor Soto, novio de la víctima y padre de la hija de Paulina, Antonio Maximiliano Gallardo y Luis Gómez, dos hombres que fueron detenidos, aunque el primero ya fue puesto en libertad, un barrabrava del Club Atlético Tucumán, un remisero y otros cinco hombres. Todos ellos están mencionados en el expediente del crimen.
Lebbos sostuvo que lo que ocurrió con las muestras de cabellos "fue hecho sin dudas a propósito para impedir la correcta investigación".
"Esto reafirma nuestra denuncia de un horrendo montaje de encubrimiento para darle protección a los asesinos de Paulina", dijo Lebbos a LA NACION.
Cómo sigue la causa
Hoy el único detenido es Gómez, que junto a Gallardo fueron los primeros apresados en la causa tras ocho años de investigación. Una pericia solicitada por López Ávila determinó que habían utilizado el celular de la víctima el mismo día de su desaparición. Sin embargo, luego se comprobó que a Gallardo le habían falsificado la firma para una de las líneas telefónicas que se utilizaron en el aparato de Paulina, por lo que recuperó su libertad.
El fiscal seguirá solicitando nuevas medidas que permitan avanzar en la causa, fundamentalmente cruces telefónicos que puedan determinar la participación de otras personas en el crimen.
Por su parte, el hijo de Alperovich sostuvo que pedirá ser sobreseído de la causa, aunque nunca estuvo imputado.
El caso
Paulina desapareció el 26 de febrero de 2006 y fue hallada muerta 14 días después. Alejandro Noguera, el primer fiscal a cargo de la investigación, fue desplazado a los dos meses luego de una polémica visita que realizó a la casa del gobernador tucumano.
Tras la salida de Noguera, asumió Carlos Albaca. Poco se supo de lo ocurrido en la investigación en los siete años que la causa estuvo en sus manos. Durante ese tiempo el expediente se mantuvo bajo secreto de sumario. Por los constantes reclamos de Alberto Lebbos, padre de la víctima, intervino el Programa Nacional de Lucha Contra la Impunidad (Pronalci), que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. En representación de Pronalci, el abogado Bernardo Lobo Bugeau solicitó el acceso al expediente. Fue autorizado a verlo recién en 2013.
Sin embargo, le prohibieron fotocopiarlo o escanearlo, por lo que tuvo que transcribirlo dentro de los horarios permitidos. Fue un trabajo arduo y lento, que duró dos meses.
Lobo Bugeau presentó luego un informe en el que cuestionó duramente el accionar de los dos primeros fiscales. Entre otras cosas, criticó que, si bien Albaca hablaba de ocho hipótesis, no profundizó en la investigación de ninguna de ellas.
"En la 'causa Lebbos' está en crisis absoluta el concepto de plazo razonable. En siete años se juntaron montañas de papeles sin un sentido muy claro de hacia dónde iba la investigación. Y con algunas cuestiones llamativas desde el punto de vista institucional del Poder Judicial. Por ejemplo, la manera en que debió ser apartado de la causa el fiscal Noguera", señalaba Lobo Bugeau, en septiembre de 2013.
Lebbos, por su parte, acusó de encubrimiento a varios funcionarios y policías y también denunció que en el crimen de su hija participaron "hijos del poder". Esta es una de las hipótesis que forman parte del expediente.
En junio del año pasado Albaca se inhibió de la investigación y la causa pasó a manos del fiscal Diego López Ávila, quien logró las primeras detenciones y otros avances, como los pedidos de cotejo de ADN, que no se habían realizado en los ocho años anteriores.
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