Caso Macarena Mendizabal: en medio de insultos, condenaron al acusado a tres años de prisión
Pasaron más de cuatro años desde el día en que Macarena Mendizabal quedó en estado vegetativo tras ser embestida por Santiago Edgardo Silvoso. Hoy, finalmente, la jueza del Tribunal Oral Criminal número 24, María Cecilia Maiza, condenó al único acusado a tres años de prisión de efectivo cumplimiento por lesiones culposas leves en concurso ideal con lesiones culposas gravísimas. Además lo inhabilitó a manejar por cuatro años.
Al escuchar la sentencia, Silvoso reaccionó con un leve gesto de sorpresa, lo que indicó que no se esperaba que la pena fuera de efectivo cumplimiento. Por otro lado, la familia Mendizabal reaccionó con indignación al considerar que la condena deja "sabor a nada". La audiencia terminó en caos.
Antes de leer su decisión, la magistrada señaló que la sentencia no iba a conformar a muchos de los presentes. En los minutos previos a la lectura del fallo, la madre de Macarena, Adriana Aruj, ya intercambiaba miradas de desconfianza con sus familiares, temiendo que la pena que le impondrían a Silvoso no sería la esperada, lo que finalmente sucedió.
A Silvoso la querella lo acusaba de haber chocado contra el auto de Macarena estando alcoholizado (su test de alcoholemia dio 1.46 mg), de haber cruzado un semáforo en rojo y de manejar a alta velocidad haciendo zig zag. Mientras que la querella había pedido una pena de prisión de 10 años, la fiscalía, a cargo de Ana Helena Díaz Cano, había solicitado 3.
Caos
Mientras Maiza leía el fallo, cuyos fundamentos se podrán saber recién el viernes a partir de las 13, un familiar de Macarena expresó: "Ahora te la vas a comer, Silvoso". Eso generó el primer llamado de atención de la jueza a la sala, pidiendo que guardaran las formas. Sin embargo, la lectura de la sentencia desató en la planta baja de la calle Paraguay una situación difícil de controlar. Una vez que Maiza terminó su lectura, los allegados a los Mendizabal comenzaron a aplaudir y a expresar a viva voz que se había hecho justicia.
Mientras la madre de Macarena lloraba y se abrazaba con sus sobrinas, también desconsoladas, se desató una ola de insultos entre ambas partes. La situación se transformó en un verdadero caos. "'Tomatela porque te mato', me dijo", gritó un primo de Macarena, en alusión a lo que le había proferido un allegado de Silvoso. Eso despertó la bronca del padre de Macarena, José Luis Mendizabal, que hasta ese entonces se había mantenido inmóvil.
El desmadre fue tal que debieron apagar las luces para que se evacúe la sala y así evitar que la situación se fuera realmente de las manos. "¡Sos un asesino, Silvoso! ¡Mataste a Macarena!", se escuchó, entre los gritos hacia el condenado en un clima de extrema tensión. Mientras tanto, los amigos del condenado se pusieron delante de él y de espaldas a la familia de Macarena para intentar protegerlo de posibles agresiones.
A Adriana la indignó que la madre de Silvoso se le acercara y le dijera que ella "también es una madre del dolor". En medio de la caótica situación se colaban llantos y frases desconsoladas. La pena no había terminado de contentar a los Mendizabal, que sumamente conmovidos por la situación, dijeron que apelarán el fallo.
"Traté de mantenerme en línea durante todo el juicio, no solamente hoy", dijo José Luis Mendizabal a LA NACION, en alusión a la desolación que sintió el día de los alegatos, cuando decidió irse de la sala en silencio. Esta vez, reaccionó al escuchar lo que le decían a su sobrino. Sobre la sentencia, expresó: "Sabía que no iba a ser muy distinta a lo que fue pero teníamos la esperanza de que fuera con inmediata detención. Ahora hay que esperar hasta la sentencia definitiva y eso puede tomar dos años".
Por su parte, Adriana Aruj dijo: "Tres años de prisión deja sabor a nada. Quiero verlo al menos un mes preso". El abogado de los Mendizabal, Roberto Schlagel, opinó: "La jueza se queda a mitad de camino, no tuvo la valentía de aplicar una pena más severa, pero para nosotros es un primer gran paso. Ahora pelearemos desde lo jurídico la calificación, la responsabilidad quedó clarísima que es de él".
Maiza también impuso a Silvoso como medida cautelar la prohibición de salir del país y la obligación de comparecer ante el tribunal para hacer un seguimiento de su conducta.
Uno de los abogados de Silvoso, Víctor Varone, se mostró sorprendido por la sentencia. "El viernes próximo conoceremos los fundamentos de una sentencia que desde ya apelamos, porque no entendemos la lógica de la condena que sin dudas es violatoria de las más básicas garantías constitucionales", señaló.
Y añadió: "Claramente se obviaron principios básicos y pasaron por alto las condiciones de nuestro defendido, centrándose solo en la empatía con la condena y reclamo social que hasta la propia fiscal hizo notar en su alegato". Varone calificó a la etapa de instrucción como "pésima", y también "a la prueba allí recolectada". Por último, marcó: "Si los elementos objetivos y los testimonios se hubiesen aplicado conforme a la lógica jurídica y no para no evitar el 'reproche social' indefectiblemente seria otro resultado".
Últimas palabras
El 5 de abril de 2015, Macarena, que hoy tiene 25 años, viajaba en el asiento de acompañante del auto que conducía Ramiro Sala Giménez cuando se encontró con un destino que le cambiaría la vida. Ella y Sala Giménez fueron embestidos por Silvoso, hoy de 40 años, el único acusado en el caso. Para la familia de Macarena ella está "muerta en vida".
La audiencia estaba prevista para las 9.30, pero comenzó a las 10. Silvoso tenía la posibilidad de tomar la palabra por última vez antes de escuchar la sentencia. Y eso hizo: "Siempre estuve a derecho y vengo a buscar una correcta administración de justicia", comenzó. Luego, y como ya hizo otras veces, señaló que Sala Gimenez también debería estar sentado en el banquillo de los acusados. El día del accidente el joven que conducía el Gol blanco en el que viajaba Mendizabal se negó a hacerse el test de alcoholemia y, más tarde, dijo no recordar nada de lo sucedido. En la etapa de instrucción fue sobreseido.
"Lamentablemente fuimos dos partícipes en el accidente que dejó a Macarena en el estado en el que está y esa otra persona no está acá y tendría que estarlo. Fuimos dos las personas que colisionaron y la persona que se mandó la maniobra equivocada fue él. Lamento mucho toda esta situación, lo que estamos viviendo todos, somos dos familias las que estamos destruidas", continuó. Mientras escuchaba sus palabras, la madre de Macarena sostenía una foto de su hija apoyada en su falda.
"Yo me levanto todos los días pensando en este hecho y no puedo creer cómo esta persona [por Sala Giménez] duerme tan tranquilo en su casa y no tiene la valentía de venir y decir lo que pasó. Ojalá que pueda dormir tranquilo alguna vez esta persona que me está echando a mí todo el tema", cerró el acusado. Tras sus palabras la jueza dictó un cuarto intermedio para luego leer su sentencia.
Macarena era estudiante de Psicología de la Universidad Católica Argentina, campeona de patín artístico y también colaboraba en un hogar de niños donde había amadrinado a un chico llamado Javier, quien todavía la visita con frecuencia. Desde 2015 se encuentra en estado vegetativo. Nunca más pudo volver a conectar con la realidad y cada tanto presenta complicaciones en diferentes órganos de su cuerpo, por lo cual la intervinieron quirúrgicamente en reiteradas oportunidades. Desde hace dos años realiza su seguimiento el jefe de neumonología del hospital Santoiani, Fernando Saldarini, lo que mejoró su calidad de vida. A raíz del accidente, la familia se mudó a una casa especialmente adaptada para ella. La joven pasa sus días en una silla postural desde donde participa de la vida familiar, aunque nadie sabe si ella está realmente presente.
Temas
Otras noticias de Inseguridad vial
Más leídas de Seguridad
Drama en Mendoza. Murió un hombre que fue baleado por su madre anciana porque “no podía cuidarlo más”
Tragedia familiar. Un padre y su hija murieron tras caer a un arroyo en medio de una pelea
40 segundos de horror. El violento ataque a cuchillazos de un hombre a una mujer en una pizzería de Núñez
Boedo. Incendio y evacuación en la fábrica de alfajores Jorgito