Caso García Belsunse: recuerdos de amenazas y un fuerte cruce, qué pasó durante la audiencia
María Laura García Belsunse y su hermano Horacio apuntaron contra Nicolás Pachelo, en una jornada que finalizó con un tenso intercambio de palabras entre el principal acusado del crimen en el country Carmel y el fiscal Patricio Ferrari
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Fue el turno de la familia de la víctima. Los protagonistas centrales de la decimoprimera audiencia del tercer juicio por el homicidio de María Marta García Belsunce, crimen ocurrido hace casi 20 años, fueron María Laura y Horacio, dos de los hermanos de la víctima. Ella dijo que fue amenazada en dos oportunidades por Nicolás Pachelo, el acusado de ser el autor material del asesinato. Él, entre otras cuestiones, se refirió en duros términos hacia Diego Molina Pico, el primer fiscal que tuvo a su cargo la investigación, al que definió como un “hijo de puta”, un “estúpido” y un “sinvergüenza”.
Tras declarar como testigo ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 4 de San Isidro y cuando se retiraba en la mañana de ayer de los tribunales, Horacio García Belsunce (h.), afirmó estar convencido de que Pachelo es el asesino.
En un breve diálogo con LA NACION cuando abandonaba la sala de audiencias, después de declarar durante más de una hora y media, el hermano de la víctima dijo que fue un momento difícil. Se refería al estar a pocos metros del acusado de matar a María Marta y, si bien no lo dijo, también el haber estado en el mismo lugar donde en 2011 fue juzgado como encubridor del crimen, en momento en que su cuñado Carlos Carrascosa estaba preso por el asesinato y su familia era acusada de colaborar con quien luego vería su condena anulada por la Justicia.
Ahora la situación es diferente Es Pachelo el juzgado por el homicidio de María Marta y en su declaración como testigo, Horacio García Belsunse (h.) señaló: “No es un día cualquiera para mí. Esperé 20 años para decir todo lo que tengo que decir y que el asesinato de mi hermana no quede impune”.
Emocionado al dar su testimonio, sostuvo: “Estos 20 años de impunidad han sido muy duros para toda la familia”.
García Belsunce (h.) dijo que se enteró de que la mañana del 28 de octubre de 2002, un día después de la muerte de su hermana, Pachelo fue a una estación de servicio y le preguntó a un mozo si se sabía “quién había matado a esa vieja”.
Entonces, el testigo comentó: “Quién otro que el mismo asesino podía saber que la habían matado. Nosotros la estábamos velando pensando que había muerto en un accidente”.
En parte de su relato, García Belsunce (h.) definió a Diego Molina Pico, primer fiscal de la causa, como un “hijo de puta”, “un estúpido” y un “sinvergüenza”.
“Molina pico es el gran encubridor del asesinato”, dijo el testigo. Afirmó, además, que el primer fiscal de la causa actuó con “real malicia”.
“Me amenazó de muerte”
Por la tarde fue el turno de otro testimonio fuerte. Habló la hermana de la víctima. “Es una obviedad, pero es igual a María Marta”, espetó el fiscal Andrés Quintana cuando María Laura García Belsunce comenzaba con su declaración como testigo.
En ese momento, Pachelo, el exvecino de la víctima acusado de ser el autor material del homicidio, ya no estaba en la sala de audiencias. Patricio Ferrari, uno de los representantes del Ministerio Público, le había explicado al presidente del Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de San Isidro, Federico Ecke, que la hermana de la víctima tenía miedo y que necesitaba que el imputado no estuviese presente mientras la mujer hablara.
“Este personaje [por Pachelo] me amenazó de muerte”, sostuvo la hermana de la víctima a poco de comenzar su declaración testimonial. Y recordó dos situaciones que dijo haber vivido, una en el patio de comidas de Patio Bullrich y otra sobre la avenida Callao.
Según la testigo, un día que estaba con su marido en Patio Bullrich, Pachelo se le acercó, le arrojó un plato de comida y le dijo: “Esto es para que se lo des a Carlos [por Carrascosa, esposo de la víctima] que se debe estar muriendo de hambre en la cárcel”.
En la otra situación, que según ella ocurrió en la avenida Callao, Pachelo le habría dicho que dejaran de hablar de él o los iba a matar a todos.
“Espero que se haga justicia, por favor. Después de 20 años queremos que lo metan preso. Que este tribunal haga justicia. Que Pachelo esté preso, pero por nosotros, no por los robos a los amigos”, dijo, finalmente, María Laura García Belsunce.
Pachelo, de 46 años, está acusado de robo agravado por el uso de arma en concurso real con homicidio criminis causa agravado. La misma imputación tienen los exvigiladores del country Carmel José Ortiz y Norberto Glennon. Llegó a juicio detenido con prisión preventiva, pero no por el crimen ocurrido en Carmel en 2002, sino por una serie de robos en Tortugas Country Club y en otros barrios cerrados, en 2018. Esos delitos también serán juzgados durante este debate oral.
Entre los dos testimonios de los familiares de la víctima, los jueces escucharon ayer la declaración de una perito que había realizado en 2003 un informe psicológico de Pachelo, sospechoso en ese momento de robos en viviendas de amigos. Después de hacer un relato de su trabajo como perito del Cuerpo Médico Forense, la psicóloga María Elena Chicatto definió a Pachelo como un psicópata.
“Es probable que cometiera un acto de agresión extrema y luego su forma de responder fuera de frialdad y no empatía”, sostuvo la testigo.
Y agregó que Pachelo tenía “un trastorno de personalidad de característica psicopática” y que, de acuerdo a esa definición existía “un riesgo en el contexto social en el que el pueda circular”.
El final cargado de tensión
La audiencia estaba por terminar. Se acababa de retirar de la sala de audiencias María Laura García Belsunce. Es más, el presidente del tribunal, el juez Ecke, había anunciado que el debate iba a continuar el lunes próximo con una nueva audiencia. Pero, el abogado Marcelo Rodríguez Jordán, uno de los defensores de Pachelo avisó que su cliente quería decir unas palabras. En pocos minutos se iba a producir un tenso cruce entre el imputado y Patricio Ferrari, uno de los dos fiscales generales adjuntos de San Isidro. El acusado pidió declarar para refutar unas afirmaciones que había sostenido Horacio García Belsunce (h,).
En medio de las palabras del imputado, Ferrari, con ímpetu, le preguntó a Pachelo si iba a responder preguntas. Pachelo mostró su temperamento y no se amedrentó.
“No me grite, usted es rápido, pero yo no soy lento”, respondió Pachelo, con firmeza.
Ferrari insistió y volvió a interrogar a Pachelo sobre si estaba dispuesto a contestar preguntas. Entonces, el acusado de matar a María Marta respondió: “¿Sabe cuando voy a responder preguntas? Cuando, con 72 horas de anticipación, le den a mis abogados la lista de testigos [de las audiencias]”.
Así, terminaba una audiencia que había comenzado con una denuncia de Raquel Pérez Iglesias, una de las abogadas de Pachelo. La letrada acusó al Ministerio Público Fiscal de “jugar a las escondidas” al no anunciarle con tiempo los testigos que se presentarán en cada audiencia. “Somos convidados de piedra. [los fiscales] Tienen que aprender a dialogar”, dijo Pérez Iglesias al sostener que se estaba afectando el derecho de defensa.
La queja de la abogada apuntaba a la presencia de peritos que participaron de informes oficiales que se le hicieron a Pachelo cuando fue imputado por una serie de robos ocurridos en 2003. El fiscal Ferrari tomó la palabra para responder. “La defensa no puede alegar sorpresa” y habló de la “rotura” de confianza con los representantes del imputado. Ferrari recordó que los peritajes fueron hechos en 2003, por lo que no podía argumentarse sorpresa frente a esos testimonios.
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