Caso García Belsunce: un testigo reveló las intimidantes advertencias de Pachelo y la sensación de “ver al diablo”
En el debate oral donde se juzga la presunta responsabilidad del exvecino de la víctima en el homicidio ocurrido el 27 de octubre de 2002, Mariano Maggi recordó una serie de problemas que tuvo con el imputado por unos cheques denunciados como robados; el relato del secuestro del perro de María Marta
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Cuando el testigo hablaba, Nicolás Pachelo, juzgado por el homicidio de María Marta García Belsunce, crimen ocurrido hace casi 20 años, movía su cabeza, como si quisiera gritar “No”. Mariano Maggi, dueño de una agencia de autos de Pilar, reveló las intimidantes advertencias que en 2000 le hizo el ahora imputado cuando él le reclamó por la entrega de cheques denunciados como robados que le había dado como parte pago por la compra de una camioneta 4x4: “Si tuve los huevos de matar a mi padre imaginate que matarte a vos o a tu vieja no significa nada”.
Así lo sostuvo Maggi al declarar bajo juramento de decir la verdad ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de San Isidro, a cargo del debate en el cual Pachelo y dos exvigiladores del country Carmel, de Pilar, son juzgados por el homicidio ocurrido el 27 de octubre de 2002.
Además, al recordar un inolvidable e intimidante encuentro con el acusado, Maggi sostuvo: “Vi al diablo a los ojos”.
Maggi fue un nuevo testigo propuesto por el Ministerio Público, representado por los fiscales Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Federico González.
La declaración del testigo comenzó al recordar que en 2000, Pachelo fue a su concesionaria para comprar una camioneta Jeep Grand Cherokee, valuada en 25.000 dólares, que tenía en consignación. El empresario sabía que el cliente tenía una situación económica solvente porque había heredado la tosquera de su padre Roberto Pachelo, uno de los fundadores del country Carmel.
Maggi dijo que Pachelo le entregó una seña y le adelantó que le iba a entregar “cuatro cheques de terceros”, pero que le pidió que no pusiera en el boleto de compra-venta los cheques por un problema que tenía. Por intermedio de un oficial de cuentas de un banco, Maggi averiguó que la situación financiera de Pachelo era “buena”.
Los problemas comenzaron cuando Maggi tomó conocimiento de que los cheques habían sido rebotados porque, al menos uno de ellos, había sido denunciados como robado. Intentó llamar a Pachelo, pero el cliente no lo atendió.
Los cheques pertenecían a una persona que denuncio su robo en la ciudad de Buenos Aires. La billetera sustraída había aparecido en un hotel cinco estrellas de Pilar.
Maggi, por intermedio de un amigo, ubicó a Pachelo en el country Carmel. El imputado recibió al empresario en su casa. Le prometió que le iba a pagar, pero le pidió que no dijera nada sobre los cheques.
Las amenazas, según Maggi, comenzaron cuando llevó a la Justicia a Pachelo. El ahora imputado fue inhibido y el empresario sufrió dos veces la rotura de los vidrios de su agencia de Pilar. También recordó los daños con un piedrazo que le hizo a un automóvil BMW que tenía a la venta.
“Una vez viene Nicolás [por Pachelo], se sentó en el escritorio [de la concesionaria] y me dijo: ‘Yo te rompí los vidrios y no te prendí fuego la agencia porque te considero un buen tipo’, sostuvo el testigo. Y afirmó que en ese momento vio “al diablo a los ojos”.
Según Maggi, el exvecino de Carmel le espetó en una llamada telefónica: “Si tuve los huevos de matar a mi padre, imaginate que matarte a vos o a tu vieja no significa nada”.
El fundador de Carmel murió en 1996, de un tiro en la cabeza. La causa judicial fue cerrada como suicidio.
El secuestro de Tom
En la audiencia de hoy también declaró una empleada doméstica que trabajó en el country Carmel. La testigo declaró Pachelo fue el autor del secuestro del perro de María Marta.
“Pachelo, meses antes de la muerte de García Belsunce, le sustrajo a ella su mascota, su perro Tom, el hijo que con Carlos Carrascosa [el esposo] no habían podido tener para exigir un rescate. El perro nunca apareció. Y, desde ese episodio, la víctima le tuvo miedo a su vecino y abogó para que lo echaran del country”, había sostenido el fiscal Ferrari cuando presentó los lineamientos de la acusación durante la primera audiencia del juicio.
Hoy, la testigo Cristina Barrientos explicó que en aquel año 2002 trabajaba como empleada en la casa de la familia Pfister y que a María Marta la conocía porque la socióloga tenía una relación “de amistad” con su empleadora
Barrientos sostuvo ante los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, los jueces del tribunal, que una de las noches en las que salió a caminar por Carmel con otras empleadas de casas de familia del country, la joven que trabajaba en la vivienda de Pachelo -cuyo nombre dijo no recordar-, le contó que el acusado había secuestrado al perro de la víctima.
”Comentó que este señor tenía secuestrado el perro de María Marta y quería rescate”, afirmó la testigo. Pachelo, sentado detrás de sus abogados, miraba con atención a Barrientos.
Barrientos recordó que esta situación sobre el secuestro de perro se la comentó a su “patrona” [sic], la señora Pfister, y que ella quedó “sorprendida”.
Nuevos abogados
Pachelo incorporó a dos nuevos abogados a su defensa. Para el juicio, al histórico defensor Roberto Ribas, se había sumado el exdefensor oficial oficial de San Isidro Marcelo Rodríguez Jordán. Ahora también se integraron Raquel Pérez Iglesias y Daniel Dinuchi, según adelantó la agencia de noticias Télam.
Pérez Iglesias arrancó su presentación con un planteo ante el tribunal. Protestó porque los fiscales del juicio no le adelantan a la defensa cuáles son los testigos que declararán en cada audiencia, y argumentó que esto afecta el derecho de defensa en juicio.
Ferrari, uno de los dos fiscales adjuntos de San Isidro, respondió el planteo y le dijo a la defensa que no existe en el Código Procesal Penal bonaerense ninguna norma que obligue a anunciar a los testigos de cada jornada y que “no hay sorpresas” porque los testigos de la fiscalía “son los 80″ que ya depuraron de la lista inicial y que serán convocarán al juicio.
Cofre de seguridad
La jornada terminó con la declaración testimonial de María de las Mercedes Pieres. La testigo ratificó que después de la muerte de María Marta descubrieron que había desaparecido un cofre de seguridad de la asociación Damas del Pilar, una caja metálica que tenía García Belsunce.
En el cofre de seguridad, había cheques, dinero y una llave de una caja de seguridad que la asociación tenía en un banco de Pilar.
La testigo recordó que la caja había estado en su poder hasta septiembre de 2002, pero aseguró que en ese momento, como falleció un sobrino, se la dio a García Belsunce.
Explicó que el 12 de noviembre de 2002 pidieron el “forzamiento” de la caja de seguridad de la entidad bancaria. Las llaves, poco después, fueron encontradas en una cartera de la víctima
El 5 de diciembre de 2002, tres días después de que se conociera la autopsia que determinó que García Belsunce había sido asesinada a balazos, Pieres se presentó en la fiscalía de Diego Molina Pico para denunciar el hurto del cofre de seguridad.
Pero Molina Pico investigó el hurto en un expediente separado de la causa por el homicidio de María Marta y fue archivada en 2004.
“Humildemente, opino que se tendría que haber ventilado en la misma causa que el homicidio. Si ese tratamiento lo hubiese hecho la policía, sin temor a equivocarme, puedo decir que un magistrado o un fiscal hubiese cuestionado [la decisión]”, había dicho sobre ese tema la semana pasada el comisario mayor retirado de la policía bonaerense Alejandro Elorz cuando declaró como testigo.
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