Caso García Belsunce. John Hurtig: “Yo le entregué el pituto al fiscal Molina Pico y él le vendió pescado podrido a la prensa”
En entrevista con LA NACION, el medio hermano de María Marta habló sobre el giro de la causa; "La Justicia llega tarde, pero al menos llega", sostuvo
El giro que dio ayer la causa que investiga el crimen de María Marta García Belsunce tuvo un impacto directo en su familia, que durante estos 15 años fue objeto de acusaciones y condenas. Es que la hipótesis a la que ahora apuntan los nuevos fiscales es la sospecha que, desde un principio, sostuvieron el viudo y el entorno de la víctima, y que pone bajo la lupa a Nicolás Pachelo y a su ex mujer, Inés Dávalos, ex vecinos del country Carmel, en Pilar, donde ocurrió el crimen en 2002.
“Aunque la Justicia esté llegando tarde, al menos tenemos el consuelo de que por fin llega”, dijo a LA NACION John Hurtig, medio hermano de María Marta y uno de los familiares que en 2011 fueron condenados por “encubrimiento agravado”. Su sentencia, al igual que la del resto de los familiares, podría revertirse luego de este giro en la causa, sumada a la absolución de Carlos Carrascosa , viudo de la víctima.
“Yo creo que ahora sí se puede avanzar en la causa. Esta línea está fresca, porque nunca se investigó”, señaló, y agregó: “Es la primera vez que va a indagatoria a Pachelo. Hay un ADN de mujer en la causa. Si los fiscales los llaman a ellos es porque encontraron cosas en el expediente. Cosas que nosotros venimos diciendo desde hace años”.
Sobre todo este tiempo en el que la Justicia apuntó hacia la familia, Hurtig señaló: “Es triste. Son muchos años”.
“Mi hijo más chico tenía dos años cuando esto sucedió…”, añadió, entre lágrimas. “Es demasiado triste, fue duro, pero siempre digo que Dios sabe por qué nos tocó vivir esta situación”.
El “pituto”
Hurtig recordó, en diálogo con LA NACION, que fue él mismo quien le mencionó al primer fiscal de la causa, Diego Molina Pico, la existencia del famoso “pituto”, que fue uno de los elementos que el funcionario judicial utilizó para acusar a la familia de encubrimiento.
“Eso fue una mentira del fiscal. Él habló del pituto, pero lo que no dijo, y consta en la causa, es que fui yo quien le dije que creía que había tirado algo que podía ser importante. Yo mismo estuve 9 horas vaciando la cámara séptica junto a la policía. Fui yo quien lo encontró y lo puso en la mano del fiscal”, insistió el medio hermano de María Marta. Y añadió: "Él le vendió pescado podrido a la prensa".
“Si yo fuera culpable, ¿por qué le daría al fiscal algo que después se volvería en mi contra? Él nunca se hubiera enterado de esto si nosotros no se lo hubiésemos contado”, enfatizó. Sobre los motivos por los cuales habían arrojado el “pituto” (que luego se descubrió que era un "proyectil de plomo desnudo compatible con una bala calibre 32 largo"), explicó: “Lo tiramos antes de tener dudas sobre cómo había sido la muerte de María Marta. Esa fue la cagada. Si hubiéramos sabido ahí que la habían matado, jamás lo hubiéramos tirado”.
Con respecto al tema del certificado de defunción, otro de los elementos en los que el fiscal se basó para la acusación, Hurtig explicó: “No lo truchamos nosotros. El Gordo [por Guillermo Bártoli, cuñado de María Marta, quien también fue condenado y falleció en 2014 ] fue a contratar el servicio fúnebre. Pagó con un cheque personal. Si vas a cometer un crimen no pagás con un cheque tuyo”.
Sobre este punto, detalló: “[Bártoli] no se llevó el certificado ese día, quedó en la casa fúnebre”.
Hurtig apuntó contra Molina Pico por lo que la familia siempre consideró un ensañamiento contra ellos. “Nosotros llamamos a Molina Pico. Él estuvo en la casa de María Marta a horas de su muerte, a medio metro de su cuerpo. Era su obligación legal pedir la autopsia en ese momento, pero no lo hizo. ¿Y me acusan a mí de encubrimiento?”.
“Lo bueno que pude comprobar todos estos años de persecución injusta, son los buenos amigos que tengo. La familia también siempre manifestó amor, nos mantuvimos juntos todo este tiempo”, señaló Hurtig. Y concluyó: “Lo peor de todo esto es que no la tenemos más a María Marta. Pero espero que al menos haya justicia de una vez. Por nosotros y por Carlos [Carrascosa], a quien ella amaba con toda su alma”.
Un giro tras 15 años
María Marta García Belsunce, de 50 años, fue hallada muerta el 27 de octubre de 2002 en su casa del country El Carmel, de Pilar, con medio cuerpo semisumergido en la bañera.
Una autopsia practicada recién varios días después del hecho comprobó que la mujer había sido asesinada de seis balazos en la cabeza y el viudo se convirtió en el principal sospechoso para el fiscal de la causa, Diego Molina Pico. Los familiares también quedaron bajo la lupa, acusados de encubrimiento.
En 2007, Carrascosa fue absuelto del asesinato de su esposa, pero fue condenado a cinco años y seis meses de prisión por haber sido encontrado culpable de encubrirlo. Sin embargo, en 2009 el Tribunal de Casación Penal bonaerense lo condenó a prisión perpetua al considerarlo "coautor del delito de homicidio agravado por el vínculo". En diciembre del año pasado Casación finalmente absolvió a Carrascosa.
En 2011 se llevó a cabo el juicio a los familiares por supuesto "encubrimiento". El TOC 1 de San Isidro dictó las siguientes condenas: 5 años de prisión para Bártoli, cuñado de la víctima; 4 a Horacio García Belsunce (h.), hermano de María Marta; 3 y medio para Juan Hurtig; y 3 para Juan Gauvry Gordon, uno de los médicos que estuvo en el lugar y Sergio Binello, un vecino. Para todos ellos ordenó la detención inmediata, en tanto que absolvió a la masajista, Beatriz Michelini, que estuvo en Carmel el día del hallazgo del cuerpo.
Poco después, los condenados por encubrimiento recuperaron la libertad. Tras la absolución de Carrascosa, esperan novedades sobre su situación judicial por parte de la justicia bonaerense.
El viudo y toda la familia sostienen desde el principio la teoría de que en realidad María Marta fue asesinada por ladrones que ella descubrió robando dentro de su casa y que podrían estar relacionados con los vigiladores y el vecino Nicolás Pachelo, a quien siempre señalaron como sospechoso.
Uno de los principales misterios no resueltos de la causa es la presencia de tres ADN diferentes, dos de hombre y uno de mujer, que fueron cotejados con todos los familiares de la víctima sin encontrarse coincidencias. Tampoco pertenecen a Pachelo, que también fue sometido al cotejo. Sin embargo, hasta ahora no se ha cotejado con el ADN de su ex mujer, medida que también fue solicitada ayer por los nuevos fiscales.
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