Caso García Belsunce: “Lo que a mí me mantiene vivo es saber quién la mató, si no yo ya estaría muerto”, la emoción de Carlos Carrascosa
El esposo de la víctima es el primer testigo de la decimonovena audiencia del tercer juicio por el crimen ocurrido en el country Carmel el 27 de octubre de 2002
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Carlos Carrascosa ingresó en la misma sala de audiencias donde, el 12 de julio de 2007, había sido condenado por el encubrimiento del homicidio de su esposa, María Marta García Belsunce, a las 10.59. “Buenos días”, dijo antes de sentarse y comenzar a declarar como testigo en el juicio está acusado por ese crimen Nicolás Pachelo.
“Hace 20 años que espero este momento, de ser particular damnificado y de estar frente al asesino de mi mujer”, fueron las primeras palabras de Carrascosa antes de responder las preguntas de los representantes del Ministerio Público Fiscal. Lo dijo mientras señalaba a Pachelo.
Por primera vez desde que comenzó el juicio, el 13 de julio pasado, la sala del primer entrepiso de los Tribunales de San Isidro está colmada. Familiares, amigos y público no se quisieron perder las declaraciones del esposo de la víctima.
Carrrascosa llegó para declarar a las 10.15. Estaba acompañado de María Luján Falsetti y Jorgelina Fernández, las dos mujeres que en 2012, cuando el esposo de García Belsunce estaba preso, publicaron un blog para contar “la verdad del caso”.
Mientras Carrascosa hablaba, Pachelo escuchaba con atención. Por momentos, como es su costumbre desde que comenzó el juicio, hacía anotaciones en un cuaderno.
Carrascosa estaba vestido de pantalón y campera azules y camisa celeste. Calzaba zapatillas deportivas negras. La declaración del esposo de la socióloga asesinada en el country Carmel el 27 de octubre de 2002 comenzó con el recuerdo de la historia de amor entre él y María Marta.
“Era una mujer [María Marta] de unos principios impresionantes”, sostuvo Carrascosa. Lo escuchaba con atención su cuñado Horacio García Belsunce (h.), que estaba entre el público presente. En primera fila también estaba el abogado Fernando Díaz Cantón, que defendió al testigo hasta que el Tribunal de Casación Penal bonaerense, en un fallo unánime, lo absolvió por el homicidio y encubrimiento del crimen de su esposa.
Además de Pachelo, en el banquillo de los acusados están los exvigiladores de Carmel Norberto Glennon y José Ortiz. Los tres están imputados de robo agravado por el uso de arma en concurso real con homicidio criminis causa agravado.
Definió a Diego Molina Pico, el primer fiscal de la causa, que lo acusó a él y a la familia de la víctima por el homicidio y el encubrimiento del crimen, como un “irresponsable” y un “inútil”.
“Molina Pico es el responsable de todo esto. Es un inútil. Tendría que haber ordenado la autopsia. Lamentable la actuación de ese chico, hombre grande ya”, sostuvo.
El día del crimen
Ante una pregunta del fiscal Patricio Ferrari, Carrascosa comenzó a recordar todo lo que hizo el 27 de octubre de 2002, el día del crimen.
“Pensé que [María Marta] se había golpeado y se había ahogado”, respondió Carrascosa cuando el fiscal Ferrari le preguntó que pensaba que había pasado con su mujer.
Carrascosa reveló que tuvo que hacer tratamiento psicológico para “caer” que María Marta había muerto.
“Yo no caía, es muy difícil explicar lo que a uno le pasa. Tuve que hacer tratamiento psicológico para caer. Llegué al juicio [en 2007] sin mirar la causa. Tuve una negación total, para mí [María Marta] se había ido de viaje. Nunca más volví a dormir en nuestra casa [de Carmel]”, sostuvo Carrascosa. El público presente estaba expectante.
El esposo de García Belsunce recordó que su madre había tenido un accidente en el baño de su casa. Falleció seis meses después. “”Esa imagen [su madre golpeada en el baño] sensorialmente no la vi [cuando se encontró con María Marta en el baño], pero mi subconsciente trabajó [para pensar que había sido un accidente]”.
“¿La extraña?”, le preguntó el fiscal Ferrari. “Por supuesto que la extraño, y cada vez más”, respondió sin dudas.
También, Carrascosa recordó que, a tres semanas de casarse, María Marta le dijo que no quería. “Me dijo que el matrimonio era un desastre [sus padres se separaron cuando ella tenía seis años]. Le dije: ´Bajo mi responsabilidad, te voy a hacer feliz. Estoy convencido de que la hice feliz”.
Un millón de dólares
En medio de su relato y ante otra pregunta de Ferrari, Carrascosa recordó una reunión que su primer abogado, José Scelzi, tuvo con Roberto Ribas, el histórico abogado de Pachelo. En ese encuentro, según dijo hoy el esposo de la víctima bajo juramento de decir la verdad, Ribas le habría dicho a Scelzi: ”Por un millón de dólares arreglo todo. Inculpamos a Pachelo o a alguno de los vigiladores”.
En ese momento, la respuesta de Carrascosa ante la propuesta que habría recibido Scelzi de Ribas fue la siguiente: “Soy inocente y lo voy a demostrar”.
Carrascosa también recordó un encuentro casual que tuvo con el abogado de Juan Gauvry Gordón [no lo nombró, pero se trata de Gabriel Becker], el primer médico que llegó y revisó a María Marta el día del crimen y que, junto con algunos familiares de la víctima, fue condenado en 2011 por encubrimiento. “El abogado me dijo ´qué gran persona Gauvry Gordón, Ribas le ofreció lo mismo que a Michelini, pero él no aceptó´”.
Tras un cuarto intermedio, Carrascosa respondió preguntas de Marcelo Rodríguez Jordán, uno de los abogados defensores de Pachelo. El letrado aportó una supuesta copia del volante que García Belsunce distribuyó por Pilar cuando le secuestraron a Tom, el cachorro de labrador que habían secuestrado.
La intención de Rodríguez Jordán fue demostrar que el volante tenía impreso el número teléfono particular de la casa del matrimonio. Varios testigos que declararon en el juicio aseguraron que el número que se había difundido era el del móvil de María Marta, pero el rescate se pidió en llamadas hechas al domicilio, como dando a entender que el secuestrador sabía donde vivía la dueña del labrador.
Carrascosa afirmó hoy que él atendió una de las llamadas extorsivas donde le exigieron 5000 dólares para devolverle a Tom, pero él se negó y María Marta se enojó. “Le dije que si pagábamos, después la podían secuestrar a ella”, recordó.
El fiscal Ferrari pidió que se rubricara con firmas la fotografía presentada por Rodríguez Jordán y adelantó que, seguramente, pedirán que el papel sea “auditado” o “peritado”. “Lo pudo haber hecho Pachelo ayer”, dijo irónicamente Ferrari.
Rodríguez Jordán también hizo preguntas sobre afirmaciones que Carrascosa hizo en su libro, Diario de un inocente: Un amor, una causa, una vida. Le preguntó si era todas verdaderas las afirmaciones que había hecho. Carrascosa dijo que sí, aunque el texto donde decía que la perra Paca había sido la única que había visto al asesino fue una licencia literaria.
Carrascosa aprovechó el momento, para decir que en el libro, por momentos, hablaba o se dirigía a María Marta. Entonces, aprovechó la situación y explicó, con emoción: “Lo que a mí me mantiene vivo es saber quién la mató, si no yo ya estaría muerto, no tengo nada qué hacer en la vida”.
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