Caso García Belsunce: en una audiencia llena de sorpresas, denunciaron a la masajista de la víctima, la “testigo encapuchada”
El Ministerio Público Fiscal y Gustavo Hechem, que representa a Carlos Carrascosa, esposo de la víctima, acusaron a Beatriz Michelini por los delitos de encubrimiento agravado y sustracción de medios prueba; el fiscal Patricio Ferrari pidió que la acción penal sea extensiva al letrado defensor de Nicolás Pachelo, imputado como presunto autor material del crimen
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La vigésima audiencia del tercer juicio por el homicidio de María Marta García Belsunce, ocurrido hace casi 20 años en el country Carmel, de Pilar, comenzó a pura denuncia. Primero, el abogado Gustavo Hechem, que representa a Carlos Carrascosa, y después el Ministerio Público Fiscal, encabezado por Patricio Ferrari, acusaron a Beatriz Michelini, la masajista de la víctima que el viernes pasado declaró como testigo, de haber cometido los delitos de encubrimiento agravado y sustracción de medios de prueba. Básicamente, de mentir a favor de Nicolás Pachelo, acusado por el homicidio.
“Michelini se sentó a encubrir a Pachelo, a favorecerlo”, afirmó Ferrari al fundamentar su denuncia, que hizo extensiva a dos abogados: Roberto Ribas, defensor histórico de Pachelo, y Eduardo Ludueña, que representa a Michelini, y a quien el querellante Hechem definió como un “personaje siniestro”.
El viernes pasado, en medio de la declaración de Michelini, de 65 años, el fiscal Ferrari había pedido al Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de San Isidro, a cargo del debate, la inmediata detención de la masajista por considerar que había incurrido en el delito de falso testimonio.
“Vino a mentir para beneficiar a Pachelo”, sostuvo Ferrari. Y agregó que se trató de un “delito flagrante en la audiencia”.
Tras una deliberación con sus colegas Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, el juez Federico Ecke, que cumple las funciones de presidente del tribunal, explicó que el pedido de la Fiscalía se resolverá a la hora del veredicto, porque “ahora sería venturoso y prematuro responder al respecto”.
Tras la apertura formal de la audiencia de hoy por parte del juez Ecke, tomó la palabra Hechem, que también representa a María Laura García Belsunce, hermana de la víctima.
Afirmó el abogado: “La conducta ilícita en la que Michelini incurrió es el encubrimiento agravado, además de falso testimonio. Esto es la continuidad de una operación pergeñada por el doctor Ribas con Diego Molina Pico”, el primer fiscal que tuvo la investigación.
Para Hechem, en un primer momento Michelini fue una víctima de Molina Pico y “sufrió una imputación injusta [fue juzgada y absuelta por encubrimiento], pero después fue funcional a la defensa de Pachelo”.
El abogado de la querella les dijo a los jueces del tribunal: “Le perdonaron la vida. Les mintió en la cara”.
Después, el fiscal Ferrari adelantó que iba a denunciar a Michelini por encubrimiento agravado como consecuencia de un hecho grave y sustracción de medios de prueba.
Calificó la declaración testimonial de Michelini como “un bochorno”. Recordó cómo llegó a la sala de audiencias el viernes: encapuchada, con anteojos de sol, y se preguntó si no llevaba puesta una peluca. La definió como una “testigo encubierta”.
Afirmó que Michelini cometió un delito flagrante: el falso testimonio. “Hubo una cosa muy categórica. Dijo que no sabía si Ribas había sido su abogado [en el juicio de 2011, en el que fue absuelta]. Ribas estuvo en todas las audiencias. Todas las preguntas las hizo Ribas. La mentira fue tajante. Negó lo evidente: que Ribas fue su abogado. La señora Michelini se sentó a favorecer a Pachelo para desligarlo de la acusación”, sostuvo Ferrari.
El fiscal afirmó que, con la imputación por encubrimiento a Michelini, Molina Pico impidió que la masajista declarara como testigo en el juicio que se hizo en 2007, donde Carrascosa fue condenado por el encubrimiento del homicidio, y en el que si ella hubiese declarado “se caía la acusación” contra el viudo.
Ferrari recordó que la semana pasada, en su declaración como testigo, Michelini no pudo explicar las llamadas que hubo entre la línea telefónica de su casa y el domicilio y el celular de Pachelo.
Respecto del delito de “sustracción de medios de prueba”, Ferrari acusó a Michelin de hacer desaparecer las fichas donde anotaba todo lo relacionado con los masajes que le brindaba a García Belsunce y a Inés Dávalos Cornejo –esposa de Pachelo en el momento del crimen–, y que podrían ser elementos importantes en el desarrollo del proceso.
“Se trata de delitos de acción pública que deben ser investigados”, afirmó Ferrari.
Tras un cuarto intermedio, el juez Ecke informó que, respecto de la denuncia hecha contra Michelini, Ludueña y Ribas, le remitieron a la Fiscalía de San Isidro la copia del acta y el audio de la audiencia para que desarrollen la investigación.
Hoy también declaró la hija de Michelini, Karina Barzaghi. Recordó que había conocido a Pachelo cuando fueron compañeros de primer año del secundario en el Instituto Verbo Divino, de Pilar. Entre risas, contó que fueron novios dos semanas, un noviazgo de adolescentes en el que no se dieron ni un beso.
Después, según, relató que lo volvió a ver en un restaurante de Pilar donde ella trabajó como moza. El dueño del local gastronómico, donde también eran clientes García Belsunce y Carrascosa, era amigo de Pachelo y de ella.
Ante una pregunta del fiscal Ferrari sobre si después había vuelto a tener contacto con Pachelo, Barzaghi recordó una llamada que le hizo él desde la cárcel cuando Michelini ya había sido imputada por el encubrimiento del crimen. “Me preguntó si mi madre necesitaba un abogado. Le dije que no”, sostuvo la testigo.
Ferrari recordó que el viernes pasado, cuando su madre declaró como testigo, le preguntó sobre una llamada hecha desde el teléfono celular a nombre de Pachelo hacia su casa y que la masajista dijo que no recordaba el motivo, pero quizás había sido el día que le ofreció un abogado.
“Creo que estamos hablando de la misma comunicación”, dijo Barzaghi.
Antes de retirarse, Barzaghi afirmó que ni Ribas ni Ludueña cobraron los servicios para defenser a su madre. Cree que Ribas lo hizo porque “le gustaba mucho la fama, lo mediático”.
Testigo clave
El juez Ecke también les notificó a los fiscales Ferrari, Andrés Quintana y Federico González que, por unanimidad, el tribunal había hecho lugar al pedido del Ministerio Público de que sea citado como testigo Francisco Pachelo, uno de los hermanos del imputado.
El pedido de citar a Francisco Pachelo como testigo había sido hecha tras una serie de testimonios que se dieron en el debate, como las declaraciones de Juan Hurtig, el hermano menor de García Belsunce, y de Michael Taylor.
“Sería muy esclarecedor su testimonio”, afirmó Ferrari al solicitar el testimonio del hermano del imputado.
La defensa de Pachelo se opuso. “No es prueba novedosa y no puede declarar contra su hermano”, explicó la abogada Raquel Pérez Iglesias.
Cuando declaró como testigo en este juicio, John Hurtig recordó un encuentro que tuvo con Francisco Pachelo en un bar de Recoleta en 2003. “Mi hermano mató a tu hermana”, fue la revelación que le escuchó.
Hurtig le propuso ir al despacho de Molina Pico. Pero recibió como respuesta: “No puedo, soy el hermano y le tengo pánico”.
Le rogó a Francisco Pachelo que le contara todo lo que supiera. “Días antes del homicidio de tu hermana, Nicolás estaba en la tosquera [que habían heredado de su padre, Roberto Pachelo, y que estaba en Villa Rosa, en Pilar] con un revólver 32 largo tirando tiros, tres o cuatro. Me lo contó el peón de la tosquera. Habían ido a la pajarera [sic] y compraron diez balas calibre 32″, le confió. A María Marta García Belsunce la mataron a balazos con un viejo revólver calibre 32.
Michael Taylor también recordó un encuentro con Francisco Pachelo, pero mucho más reciente. ”Para mí la mató Nicolás. Si lo conocieran sabrían que fue él. Casos como el de él hay uno en 40 millones. Es un psicópata”, dijo el hermano del imputado, según la declaración del testigo.
Taylor, que hoy es empresario, afirmó que, a su hermano, Francisco Pachelo lo llama Chucky, como el muñeco maldito de la serie de películas de terror.
A lo largo de su declaración, Taylor –hijo de Nora Burgués, una de las mejores amigas de García Belsunce– nombró al hermano de Pachelo por su apodo, Pancho. Explicó que lo conocía porque tienen amistades en común.
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