Caso García Belsunce. El ADN y el fin de otro mito: “No se sabe si las manchas y la huella pueden estar vinculadas al hecho”
Al declarar como testigo, la coordinadora del Banco Provincial de Datos Genéticos, María Mercedes Lojo, explicó que las muestras recogidas en la casa de la víctima podían ser anteriores o posteriores al crimen ocurrido el 27 de octubre de 2002 en el country Carmel
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A casi 20 años del homicidio de María Marta García Belsunce, ocurrido el 27 de octubre de 2002 en el country Carmel, de Pilar, se derribó otro mito sobre la importancia de las evidencias genéticas halladas en la casa de la víctima: “No se sabe si las manchas y las huellas pueden estar vinculadas al hecho”.
Así lo sostuvo la coordinadora del Banco Provincial de Datos Genéticos, María Mercedes Lojo, al declarar como testigo ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°4 durante la audiencia 32 del tercer juicio por el homicidio de García Belsunce con Nicolás Pachelo, un exvecino de la víctima, y exvigiladores de Carmel Norberto Glennon y José Ortiz como acusados.
Tras el homicidio de García Belsunce se levantaron manchas de sangre y una huella dactilar que permitieron establecer la existencia de dos perfiles genéticos masculinos y uno femenino, pero a la fecha no se pudo determinar las identidades de dichos rastros.
“Hoy se derribó otro mito: la escasa relevancia que tiene el ADN. Hasta Pachelo lo reconoció”, sostuvo el fiscal Patricio Ferrari tras la declaración de Lojo.
En la audiencia de ayer se había derribado el primero: el supuesto pedido de la familia García Belsunce de que le “sacaran la policía de encima” el día de la muerte de María Marta.
El pedido nunca habría existido. Así lo afirmó el comisario mayor en retiro activo Norberto Aníbal Degastaldi al declarar como testigo: “Surgió mediáticamente [la frase ‘sacame la policía de encima’]. Realicé una investigación, recabé datos. Hice llamar a todas las comisarías y comandos de patrulla para saber si habían recibido alguna comunicación de Casafús o de alguien influyente, y eso nunca ocurrió”.
Cuando Ferrari recordó que Pachelo reconoció la poca relevancia de los perfiles genéticos hallados en la casa de la víctima, se refería a la difusión de una escucha telefónica donde el imputado dijo: “Esa sangre que hay ahí no sé de quién carajo va a ser. Va a ser de alguien que se la pusieron, o yo, o Belsunce o no sé quién carajo. O sangre del mismo Carrascosa, pero no porque su mujer lo haya herido cuando la estaba matando, sino porque el tipo se debe haber cortado afeitándose, o la perra en celo, o la concha de la lora”.
Antes de que comenzara la declaración testimonial de Lojo, que se hizo de manera remota, Raquel Pérez Iglesias difundió un video que Fernando Díaz Cantón, exabogado de Carlos Carrascosa, el esposo de la víctima, publicó en un canal de Youtube, donde se mostraban los lugares de donde se levantaron las manchas de sangre y la huella de una palma de una mano.
El video publicado por Díaz Cantón termina con la imagen de tres siluetas identificadas como “Hombre 1″, “Mujer”, y “Hombre 2″ y la leyenda “Basta de Injusticia”.
Lojo hizo los peritajes genéticos a partir de las muestras recogidas en la casa de la víctima. “Entre enero y febrero de 2003 estábamos en condiciones de hacer el cotejo, pero se demoró”, sostuvo la testigo. En ese momento era la jefa del laboratorio de ADN de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte bonaerense.
“Los perfiles [genéticos] nunca pudimos identificarlos porque nunca mostraron coincidencia con ninguna de las muestras de referencia [las muestras de sangre extraídas a distintas personas]”, explicó Lojo.
La muestra de sangre de Pachelo para hacer la comparación con la evidencia levantada en la casa de la víctima fue obtenida en diciembre de 2003. Lo mismo que la de un grupo de vigiladores de Carmel. La de Carrascosa en 2006, antes del juicio que se hizo en 2007 por el que fue condenado.
Ni el ADN de Pachelo, ni el de Carrascosa ni el de las otras personas que entregaron su muestra de sangre [vigiladores y familiares de la víctima] mostraron coincidencia con los perfiles genéticos hallados en la casa de la víctima.
“Los rastros no fueron levantados en la escena del crimen, sino en el lugar de los hechos. Se limpió, circuló gente, ¿las manchas y la huella están vinculadas al hecho? Yo no lo puedo saber. En 2003 no se tomaban los cuidados extremos que se toman ahora [en la escena del crimen y en el protocolo para levantar rastros]”, sostuvo Lojo. Se refería a que después de la muerte de María Marta hubo más de 100 personas en el velatorio que se hizo en la casa.
La especialista agregó: “El rastro biológico no necesariamente está vinculado con el delito. Lo importante es encontrar aquel rastro que nos lleva al autor del hecho o esclarecer el hecho. Pero los rastros pueden ser previos o posteriores al hecho [investigado]”.
Ante una pregunta del fiscal Ferrari, Lojo no descartó que los perfiles genéticos levantadas en la casa de la víctimas hayan sido de los que tomaron las muestras, “Con los años se han tomado luego las medidas para evitar la contaminación del rastro, pero siempre puede haber contaminación o transferencia involuntaria. Por eso, ahora se usa lo que se llama la base de datos de eliminación: los perfiles de la gente que levanta rastros”, explicó la especialista.
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