“No voy a entrar en esa casa”: a casi 20 años del crimen, Nicolás Pachelo regresó al country Carmel para una inspección
El exvecino de la víctima, que es juzgado por ser el presunto autor material del homicidio ocurrido el 27 de octubre de 2002, participa de una diligencia encabeza por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 4 de San Isidro
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Habían pasado pocos minutos de las 10 cuando la camioneta del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) ingresó en el country Carmel, de Pilar. El vehículo oficial trasladaba a Nicolás Pachelo, el exresidente del barrio cerrado acusado de haber matado a balazos a su vecina María Marta García Belsunce, crimen ocurrido el 27 de octubre de 2002, hace casi 20 años. El imputado participó de una inspección encabezada por los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, los magistrados que lo juzgan desde el 13 de julio pasado.
“No voy a entrar en esa casa”, dijo Pachelo cuando la comitiva de jueces, fiscales y abogados ingresó en la vivienda donde vivían García Belsunce y su marido, Carlos Carrascosa.
Ahora, en el inmueble vive Gustavo Hechem, el abogado que representa a Carrascosa y a María Laura García Belsunce, hermana de la víctima, en el juicio.
Fue la primera vez que Pachelo volvió a Carmel, el country fundado por su padre, Roberto Pachelo, desde diciembre de 2002, cuando vendió la casa donde vivía con su por entonces esposa, Inés Dávalos Cornejo y sus hijos.
“Me invitaron a un par de cumpleaños, pero no vine”, dijo Pachelo en medio de la recorrida por el country.
La inspección y recorrida por el country Carmel duró una hora y media. Pachelo participó custodiado por tres agentes de la División Operaciones Especiales (DOE) del SPB, que caminaban sin perderlo de vista. El exvecino de García Belsunce está con prisión preventiva desde abril de 2018 por una serie de robos en countries de zona norte y sur del conurbano.
La diligencia el barrio privado comenzó pasadas las 11 por el club house y las canchas donde el 27 de octubre de 2002 María Marta jugó al tenis hasta que la lluvia interrumpió el partido.
Además de los jueces Ecke, Rossi y Andrejin, participaron Matías Aprile, secretario del tribunal, los fiscales Patricio Ferrari, Federico González y Andrés Quintana; Pachelo, Carracosa, Hechem, y los abogados del imputado, Raquel Pérez Iglesias y Marcelo Rodríguez Jordán, entre otras personas.
Todos los presentes recorrieron la escena del crimen y tomaron vista de los lugares mencionados como “clave” desde que comenzó el juicio, el 13 de julio pasado.
Entre los lugares “clave” que se “inspeccionaron” estuvo el sitio donde tres jóvenes, adolescentes en el momento del homicidio, afirmaron haber visto correr a Pachelo la tarde del crimen. Los testigos, Pedro Azpiroz de Achaval, Marco Cristiani y Santiago Asorey sostuvieron que el imputado se dirigía en dirección a la casa de la víctima.
Pachelo había saludado estrechando su mano derecha a cada una de las personas que estuvieron en la inspección.
A la agencia de noticias Télam llegó a decirle: “El country está igual que hace 20 años”.
“Estos son capaces de cualquier cosa”, espetó cuando bromeó e ironizó sobre la posibilidad de que se haya preparado una escena del barrio que podría perjudicarlo.
Ecke, que cumple las funciones de presidente del tribunal que juzga a Pachelo y a los exvigiladores de Carmel José Ortiz y Norberto Glennon, caminaba con un plano del country en sus manos. Hizo muchas preguntas.
El juez Ecke quiso realizar el recorrido que los entonces adolescentes Azpiroz de Achával, Cristiani y Asorey dijeron haber hecho el día del crimen, cuando aseguraron haber visto a Pachelo trotar en dirección a la casa de María Marta, quien iba en bicicleta unos metros más atrás.
”Luego de ver a Pachelo escuché una bicicleta playera, era María Marta que pasó rápido. Ambos transitaron por la misma cuadra, en la misma dirección”, sostuvo Aspiroz de Achával cuando declaró como testigo en el juicio.
Pachelo dijo que ese día fue desde su casa hasta el estacionamiento cercana al club house para buscar el auto que había dejado estacionado su por entonces esposa.
“Fui de mi casa al club house y volví en auto. No recuerdo por dónde fui, pero corriendo por acá, no”, dijo el acusado ante los presentes, y agregó que “no recuerda a los chicos [por los tres testigos]” que afirmaron haberlo visto la tarde homicidio.
La inspección continuó en la casa donde vivieron García Belsunce y Carrascosa, en especial en la habitación principal y en el baño donde fue hallado el cuerpo de la socióloga de 50 años. El esposo de la víctima la encontró semisumergida en la bañera. Le habían disparado seis balazos.
Pachelo no quiso ingresar. “No quiero entrar en esa casa”. Afirmó que no estuvo en el inmueble. Lo dijo hoy y en cada oportunidad que pudo.
La casa mantiene las mismas divisiones que tenía hace 20 años y se accede a la planta alta por una escalera angosta.
”El techo es bastante bajo”, resaltó Ecke al ingresar en el baño donde mataron a García Belsunce. Hechem describió las reformas que realizó en el inmueble, entre ellas la colocación de un jacuzzi más grande.
Durante la recorrida los jueces vieron también la ventana a través de la cual Carrascosa le avisó a la masajista Beatriz Michelini que su esposa había tenido lo que en ese momento creyó que había sido un accidente y los accesos a la casa, entre ellos un balcón terraza por donde los jueces observaron si el asesino pudo haber huido.
Antes de finalizar la inspección, Hechem mostró la puerta de acceso al baño que quedó fuera de cuadro porque cree que el atacante la frenó con su pie mientras María Marta intentó defenderse.
La diligencia continuó con una recorrida entre el fondo de la casa y la vivienda de Pachelo, ya que en el juicio se debatió sobre la posibilidad de que él haya escapado por allí, lo que el imputado siempre dijo que era imposible debido a que existía un puesto de vigilancia exclusivo para controlarlo a él e inevitablemente lo habrían visto pasar.El recorrido finalizó luego de que el juez Ecke le pidiera a Pachelo que realizara el trayecto que hubiera hecho aquel día para utilizar el vehículo, lo que generó algunas repreguntas de los magistrados y explicaciones del acusado.
Pachelo tuvo una participación activa en la inspección. Hasta le explicó a los jueces sobre los vecinos que estaban pegados a su vivienda 20 años atrás.
Después de la inspección y la recorrida por el country, las partes se dirigieron a los tribunales de San Isidro para continuar con el debate. La audiencia siguió con la declaración, vía Zoom, de Susan Murray, que fue presidenta de la ONG Missing Children cuando García Belsunce fue vicepresidenta.
“En un momento dado María Marta me cuenta que había desaparecido su perro Tom. Me dijo que estaba segura que Pachelo se lo había robado y que estaba en la tosquera”, afirmó la testigo.
La desaparición de Tom, un labrador negro, estuvo presente en varias audiencias del juicio. Es más, cuando presentó los lineamientos de la acusación, el fiscal Ferrari afirmó: “Pachelo, meses antes de la muerte de María Marta García Belsunce, le sustrajo a ella su mascota, su perro Tom, el hijo que con Carlos Carrascosa [el esposo] no habían podido tener para exigir un rescate. El perro nunca apareció. Y, desde ese episodio, la víctima le tuvo miedo a su vecino y abogó para que lo echaran del country Carmel”.
Murray sostuvo hoy que María Marta quería ir a la tosquera de la familia de Pachelo, situada en Villa Rosa, a buscar a Tom. “Le dije que no vaya sola, que yo la acompañaba. Ella tenía mucho coraje, mucha valentía”, recordó y dijo que ese diálogo ocurrió “entre julio y agosto de 2001, mucho antes de la muerte”.
Cartas
En la audiencia, la defensa de Pachelo exhibió dos documentos extraídos de un diskette que era propiedad de María Marta donde la socióloga hizo referencia al robo de Tom, sus sospechas de personas con acceso a Carmel y su temor a denunciar el hecho ante una posible “venganza”.
Pérez Iglesias, insistió durante varias audiencias para que el tribunal exhibiera las pruebas que estaban dentro de uno de los nueve diskettes aportados en febrero de 2003 por Murray.
Los documentos que eran de importancia para la defensa estaban escritos en Word y titulados “Busco labrador negro”, “Carta a Raúl Portal”, “Carta Tom” y “Carta Tom 1″.
El primer documento que se observó era un cartel que decía “Gratificaré” y los números telefónicos del celular y uno fijo, aparentemente de la casa de María Marta.
”Acá hubo testigos que dijeron que no estaba el teléfono fijo”, recordó Rodríguez Jordán. Luego, Pérez Iglesias leyó el contenido del archivo titulado “Carta Tom”, en el cual María Marta realizó un punteo de lo ocurrido entre el 23 y 28 de julio de 2021, desde la noche en que no encontró a su perro hasta las comunicaciones que mantuvo con la seguridad de Carmel y con un hombre que se contactó con ella para pedirle una gratificación a cambio de de devolver a Tom, que supuestamente había hallado perdido.
“Doctora, esto lo vamos a utilizar en el alegato”, le respondió el fiscal Patricio Ferrari a Pérez Iglesias.
Para la defensa de Pachelo, todos estos elementos de prueba sirven para demostrar que la socióloga asesinada no apuntaba sus sospechas hacia su cliente sino que más bien pareciera que dudaba de los vigiladores de Carmel.
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