Caso Dessio: Las nuevas evidencias que complican a la imputada por el asesinato de la abogada
La investigación por el asesinato de la abogada y activista por los derechos LGTBIQ Verónica Dessio avanza y cada vez deja menos cabos sueltos. Mientras el expolicía bonaerense Jorge Álvez continúa detenido como autor material del hecho, la Cámara de Apelaciones de La Plata debe decidir en los próximos días si hace lugar a un pedido de excarcelación presentado por el abogado de la otra detenida, Ivana Mapis. La mujer está imputada como instigadora del hecho, bajo la sospecha de fue quien encargó a Álvez la ejecución del homicidio, ocurrido el 23 de diciembre en Villa Elvira, La Plata.
En paralelo a la apelación, amigos de Mapis organizaron un grupo en Facebook con más de 500 miembros en el que piden su liberación. En sus publicaciones, el grupo pide “Justicia para Verónica, libertad para Ivana”. Para la fiscal Ana Medina, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°1 de La Plata, que dirige Ana Medina, ambos pedidos son contradictorios: fuentes judiciales dijeron que se esperan los resultados de nuevas peritajes que terminarían de “hundir” la defensa de Mapis y de conectarla con el asesinato de Dessio, que era la exesposa de su expareja, Carolina Pérez.
Según la hipótesis de los investigadores, el móvil del asesinato habrían sido los celos que Mapis sentía por Dessio, ya que después de su separación, Carolina Pérez volvió a mudarse a la casa donde había vivido con Verónica, aunque en espacios distintos de la propiedad. El abogado de la imputada, Gastón Nicocia, dijo a LA NACION que “la evidencia es circunstancial y no alcanza para justificar su detención”. Sin embargo, la nueva evidencia en camino podría poner eso en duda.
El foco principal de los investigadores está puesto en un informe completo de los celulares de Álvez, Mapis y un tercer hombre -coimputado en la causa, aunque en libertad- que habría sido quien los presentó. Actualmente el informe solo existe en una versión preliminar, a la que pudo acceder LA NACION, y en el que se detalla que los registros telefónicos de Álvez y ese tercer sospechoso mostrarían más de treinta llamadas de WhatsApp entre octubre y diciembre con un contacto llamado ‘Rosana’, que también se encontró agendado con el nombre de ‘Rox’ en el teléfono de Mapis.
Los detalles aportan más sustento a la sospecha: la línea móvil de ‘Rosana’ se originó en un chip prepago que fue comprado a nombre de la víctima el 23 de septiembre, y se siguió utilizando hasta el 24 de diciembre, un día después de la muerte de Verónica. Para los investigadores, quien estaba detrás del seudónimo “Rosana” no era otra que Ivana Mapis, organizando los detalles del asesinato de Dessio.
Búsqueda de veneno
Además, los registros de Google del teléfono de Mapis muestran distintas búsquedas relacionadas con el envenenamiento durante el mes de diciembre como: ‘¿Qué veneno usó Yiya Murano?’, ‘¿Cuántas semillas de ricino matan?’, ‘Veneno estricnina, ¿dónde comprar?’. Por esto, los investigadores creen que la Cámara de Apelaciones mantendrá la medida dictada por los jueces Agustín Crispo y Federico Guillermo Atencio -subrogante y titular, respectivamente, del Juzgado de Garantías N°1 de La Plata- y, en consecuencia, Mapis seguirá detenida mientras espera su proceso, que podría acabar con una condena a prisión perpetua por homicidio agravado por alevosía y promesa de remuneración.
En tanto, Carolina Pérez sigue intentando rearmar las piezas de lo que fue su vida. Mientras su expareja continúa detenida por haber encargado el asesinato de su exesposa, ella sigue cuidando del hijo de 8 años que criaba junto con Dessio, con quien formó la primera pareja de mujeres que pudo casarse en la historia de la provincia de Buenos Aires, tras la sanción de la ley de matrimonio igualitario, en 2010.
Según su abogado, Matías Pietra Sanz, Pérez “está atravesando un momento increíblemente difícil. Cuando fue detenida Ivana Mapis ella creyó que era un error, pero más tarde se fue convenciendo con la evidencia y hoy simplemente no puede creer la situación en la que está”, dijo el abogado, que la representa junto a la letrada Andrea Reynoso.
El caso
La tarde del 23 de diciembre del año pasado, Jorge Álvez llegó a la casa en La Plata donde vivía Verónica Dessio. Así quedó registrado en las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona, que mostraron también cómo Verónica le abría la puerta a quien, según las pruebas recolectadas en el expediente, se convertiría en su asesino.
Para los investigadores, Álvez le habría mentido con la excusa de que iba a tomar las medidas para una escalera caracol que la abogada estaba construyendo, lo que demuestra un conocimiento de la vida de Verónica que él no podría haber obtenido por sí solo. Cuando la abogada lo dejó pasar, el expolicía sacó un cuchillo y la mató. A través de las cámaras, los investigadores pudieron verlo salir minutos después con algo envuelto en un papel de diario; sospechaban que podía ser el arma homicida. Horas más tarde, el cadáver fue hallado por Carolina Pérez y su hijo, que volvían de la casa de Ivana Mapis, a donde habían ido a tomar el té.
Álvez fue identificado por el material fílmico, y detenido el 28 de diciembre por la DDI de La Plata, pero pronto se comprobó que hasta ese momento no había tenido vinculación alguna con Dessio y que tampoco había robado nada de su casa. La teoría del asesinato por encargo se reforzaba.
Testimonios reveladores
Entonces, el yerno de Álvez, un cartonero de apellido Badía, declaró ante la DDI de La Plata que meses atrás encontró a un amigo suyo y de su suegro, al que identificó como “El Gringo” Camelli, conversando con una mujer que iba en bicicleta. Cuando la mujer se fue, el tal Camelli le ofreció lo que consideró una changa: “apretar” a una mujer. Él lo rechazó. La hipótesis de Badía fue que aquel encargo podía ser lo que finalmente culminó en el asesinato de Dessio. Más tarde, los investigadores conectaron a Camelli con Álvez, suponiendo que después de la declinación de Badía, Camelli le habría hecho la propuesta a su suegro. Este Camelli es, en definitiva, el tercer sospechoso del caso, aunque sigue en libertad.
El testimonio de Badía apuntaba, entonces, a una mujer que habría requerido los servicios de Camelli. Y había un nombre que se repetía entre los testigos que habían sido parte de la vida de Dessio hasta su final: Ivana Mapis.
Mapis era la expareja de Carolina Pérez, que recientemente había vuelto a vivir en la misma propiedad que Verónica. Distintas voces relacionadas con la vida de Dessio afirmaban que ella estaba preocupada por los celos de Mapis, aunque no por su seguridad, sino simplemente por mantener lo que consideraba una amistad entre las tres mujeres. De hecho, las tres cenaron juntas cuatro días antes del asesinato de Verónica.
Con estos indicios, Mapis fue detenida el 5 de enero, y más tarde Badía la identificó en una rueda de reconocimiento como la mujer que había hablado con el tercer sospechoso del caso. Eso, sumado a la pena en expectativa, bastó para que se decidiera su detención, que hoy está apelada, pero que podría quedar firme por el peso de las nuevas evidencias que deberían llegar al juzgado en los próximos días, según confiaron a LA NACION fuentes de la investigación.
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