Caso Dalmasso. “Todavía tengo esperanzas de saber quién mató a Nora”, dijo el viudo tras conocer los fundamentos de su absolución
Marcelo Macarrón habló con la prensa un mes después de quedar libre de todo cargo en el juicio en su contra; calificó a los fiscales como “ineptos” y dijo que aún tiene esperanzas de que se encuentre al asesino de Nora, que fue reconocida como “víctima de violencia de género”
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CÓRDOBA.- “Todavía tengo esperanzas de saber quién mató a Nora”, dijo Marcelo Macarrón, el viudo de Nora Dalmasso, que hace un mes fue absuelto por el jurado popular en el proceso que lo tuvo como supuesto autor intelectual del crimen. Afirmó que está más tranquilo y que hace dos semanas retomó su trabajo. Se recuperó tras haberse contagiado de Covid-19, y dejó atrás sus problemas cardíacos y, sobre todo, la tensión del juicio.
Macarrón habló con Cadena 3 después que se conocieran las 2300 páginas con los fundamentos de la Cámara en lo Criminal, Correccional y de Acusación de 1° Nominación de Río Cuarto relativos al final del caso con respecto al viudo. En un tramo del fallo reconoce que Dalmasso fue “víctima de violencia de género” por la exposición que sufrió su “intimidad” y que “impactó indebidamente sobre su honra, sobre sus intereses y sobre su memoria”.
“La señora Nora Raquel Dalmasso fue víctima de una vulneración indebida en su intimidad; las características con que se construyó el personaje que llevó su nombre respondieron a una visión sesgada y estereotipada de un tipo de mujer a la que era posible invadir y asignar malas consecuencias. Su situación debe ser visibilizada (en el contexto de la presente causa) y reconocida. Es importante destacar que la reconocemos y no la declaramos. Es un acto de justicia que podría independizarse de la solución que se dio a la imputación del señor Marcelo Macarrón”, señala el texto.
“En el curso del debate emergió otra Nora Raquel Dalmasso, distinta y real. Conocimos a una mujer que gustaba de la soledad, de la lectura y de las plantas; generosa con su tiempo, atenta a las necesidades de los demás; una mujer que confiaba a San Antonio sus deseos auténticos: la salud de su padre y la relación con su marido, los proyectos de sus hijos y algunas ventajas para la economía familiar”, describen los fundamentos, en los que también se avala la actuación del fiscal Julio Rivero, quien no acusó al viudo, huérfano de pruebas concretas para atribuirle la supuesta instigación del crimen, tal la imputación con la que Macarrón llegó al juicio por el crimen cometido el último fin de semana de noviembre de 2006 en el country Villa Golf, de Río Cuarto.
En sus declaraciones, el viudo contó que vivió todo el juicio junto a sus hijos “siendo positivo”. “Cuando sucedió, mi hija Valentina tenía 14 años y mi hijo Facundo, 18. Me cargué la familia al hombro y traté de salir adelante. Me refugié en el trabajo, en la medicina, que es lo que sabía hacer”, indicó. Reiteró que “los fiscales de la causa nunca buscaron la verdad”.
Indicó que la “gente” le “sigue respondiendo”. Precisó: “Me paran por la calle y me dan fuerzas. Esto ha sido una locura porque no hay nada contra mí que me pueda culpar. No hay ninguna prueba. Al caso se lo usó políticamente, pero yo no tengo que ver con la política. No era conocido de [José Manuel] De la Sota, ni nada por el estilo. No tuve ninguna vinculación política con el gobierno de esa época”.
Los fundamentos disponen derivar las actuaciones del juicio al Ministerio Público Fiscal, a los fines de la “prosecución de la investigación penal preparatoria” para encontrar a los asesinos. “Como familia, con mi hijo y mi cuñado, y la familia Dalmasso, tenemos sensaciones encontradas porque nos queda ese sabor amargo de no saber quién fue el asesino”, indicó Macarrón.
La madrugada del 25 de noviembre de 2006, mientras Macarrón participaba de un campeonato de golf en Punta del Este, Dalmasso fue asesinada en el dormitorio de su hija. Estaba desnuda, solo cubierta con una bata cuyo cinto estaba en torno de su cuello. Murió por asfixia.
El último de los cinco fiscales que pasaron por el caso elevó la causa a juicio con el viudo acusado de homicidio calificado por el vínculo y por precio o promesa remuneratoria; su predecesor lo había imputado como autor material del crimen, basado en las pruebas de ADN halladas en el cuerpo de Dalmasso.
Otra vez, Macarrón cuestionó que “nunca se haya investigado” al empresario Miguel Rohrer, alias “el Francés”. “Hay muchas cosas que no sé por qué no han sido investigadas; tiene que haber habido jueces pagados, fiscales pagados. En 15 años no encontraron un asesino. Nunca quisieron investigar, siempre se la agarraron con la familia Macarrón”, planteó.
Facundo y Valentina, los hijos de Dalmasso y Macarrón, durante el juicio apuntaron contra El Francés. La joven dijo que él miraba mucho a su madre, a la que ya conocía. Su hermano fue más directo: lo nombró con nombre y apellido como “sospechoso”, señaló que, por comentarios de terceros, sabía que había sido amante de su madre e incluso sostuvo que “tendría que estar en el banquillo de los acusados” en lugar de su padre. El viudo aseguró en la entrevista con Cadena 3 que “desconocía” esa relación y que se enteró en Tribunales por su hijo.
”Esto es como una espina que nos queda clavada, tengo una gran satisfacción por haber sido absuelto, pero me queda esa espina clavada de no saber quién mató a mi mujer”, agregó.
El juicio por el femicidio de Dalmasso comenzó el 14 de marzo último y demandó 39 audiencias orales, por las que desfilaron 71 testigos, apenas un cuarto de los más de 300 que se había previsto. El último fiscal que instruyó el caso, Luis Pizarro, al elevar el caso a juicio, consideró que la madrugada del 25 de noviembre del 2006 el viudo “planificó dar muerte a su esposa por desavenencias matrimoniales y con la intención por parte de su/s adláter/es de obtener una ventaja, probablemente política y/o económica”.
“No puedo sostener que la mató un sicario, no porque no haya prueba, sino porque hay prueba de que hubo un acto sexual consentido. El acto sexual consentido echa por tierra un acuerdo criminal”, sostuvo el fiscal de Cámara Rivero en la última audiencia del juicio, a la hora de los alegatos. “Como soy un fiscal íntegro, y no dañino, voy a pedir la absolución. Sería irresponsable, oportunista y cobarde si acusara”, señaló.
A casi 16 años del crimen, el veredicto absolutorio decretó el cierre definitivo del caso, con un punto final de impunidad. La causa prescribió, y si el autor material del crimen decidiera dar la cara, la Justicia ya no podría condenarlo.
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