Caso Claudia Repetto: el drama de dejar de buscar a su madre desaparecida para cumplir con la cuarentena
MAR DE PLATA. Llegaron a armar casi un escuadrón entre los cuatro hermanos y varios amigos para cubrir puntos con pistas que parecían auspiciosas. Horas de vigilancia, incluso de madrugada, abarcando varias cuadras y manzanas. Pero nada. Hoy la cuarentena los retiene. Ya no todos en la misma casa, porque les resulta imposible ante la histórica contingencia. Pero sí unidos las 24 horas en la búsqueda de su madre, Claudia Repetto. Tres semanas se cumplen este domingo sin escuchar su voz, sin recibir un mensaje suyo ni saber qué fue de ella.
"Nos pidieron no intervenir más; ahora sí que estamos atados de pies y manos", dice Daniel González, uno de los cuatro hijos de esta mujer de 53 años que desapareció la noche del domingo 1°, casi al mismo tiempo que Ricardo Rodríguez, su vecino inmediato, que fue su pareja durante un tiempo y luego la acosó con celos y persecuciones durante varios meses.
Previo a las restricciones impuestas por el Gobierno para evitar contagios de coronavirus, ya desde el Ministerio Público Fiscal y desde la policía habían llamado la atención a los hijos de Repetto por aquel su despliegue, Es que, por propios medios, con datos que les llegaban y asumiendo riesgos extremos, hacían inteligencia y se acercaban cuanto podían a domicilios donde creían que podía estar su madre.
"Nos han sacado a escopetazos", reconoce González a LA NACION, mientras aprieta fuerte la cruz de un rosario de madera que lleva enrollado en la mano izquierda y ve brillar otro plateado que lleva sobre el pecho. "Esto es desesperante, no podemos más de impotencia", reconoce, junto a otros familiares y amigos que acompañan esta vigilia.
Frente a la fachada de la casa que ocupaba Rodríguez, en Don Orione al 1500, distribuyeron sillas, algunas mantas, termos, mates y algunas bolsas con galletitas. Sobre la calle tienen estacionado un colectivo que les prestó un amigo, donde Daniel, Matías, Lucas y Cristian, los cuatro hermanos, se alternan para dormir unas pocas horas por día.
La investigación, a cargo del fiscal Fernando Castro, acumula muy pocas evidencias. La novedad más relevante se dio a mitad de esta semana, cuando decidió cambiar la carátula de averiguación de paradero por la de femicidio y, subsidiariamente, privación ilegítima de la libertad. Todo en las horas previas a una audiencia en la que se evaluaría el pedido de recusación del fiscal presentado por los familiares de Repetto, disconformes con el rumbo y con las escasas respuestas que les daba la causa.
La mujer desapareció aquella noche del 1°, cuando la tenía que pasar a buscar un amigo. Poco antes envió un audio a una amiga en el que aludía a Rodríguez y advertía que la molestaba. "Necesito plata, ir a un lugar mejor allá, cerca del centro y que este hijo de p... no me moleste más", le comentó.
A Rodríguez se lo vio unas horas después, en una moto que ese mismo día le había comprado a su hijo y luego le dejó. En rastrillajes posteriores la policía encontró la cédula verde de ese vehículo en la zona del puerto. También, una credencial de Repetto en Punta Mogotes. Y en Acantilados apareció una pala que le había prestado a Rodríguez quien alquilaba los departamentos a ambos: a él, en el frente; a ella, en el fondo.
Desde entonces continúan los rastrillajes policiales, casi todos en el frente sur de la ciudad. "Estamos seguros de que siguen buscando y de que la cuarentena no afectó la búsqueda y la investigación", remarca Daniel. Lo que sí lamenta es que por el tema del coronavirus se complicó la difusión del caso. Esta semana habían previsto hacer una movilización en el centro y, por las restricciones, la convirtieron en una caravana con autos. Fueron hasta el municipio. "Salió bien, fue positivo", reconoce.
Debieron confiar sí o sí en la fuerza de seguridad porque ya no se les permite andar en la calle siguiendo los datos que les llegan a sus teléfonos. "Hacíamos lo que hacíamos, con amigos y en autos y motos, porque el fiscal no nos daba bola", remarca Daniel González. Castro le pidió a la abogada de los hermanos que desistieran de esas actitudes, que eran riesgosas para ellos y para la investigación.
Apoyo sostenido
En la puerta de la casa de Repetto hay carteles y fotos de su rostro. "Te queremos", está escrito varias veces, en letras grandes. Allí se reúnen y comparten una espera que se hace eterna. También hay varios mates, para la cuarentena. Quienes allí conviven tantas horas sienten que están en idéntica condición y riesgo. "Entre nosotros compartimos, no nos movemos de acá", explica.
Pero también llegan otros familiares, también amistades e incluso vecinos anónimos que pasan para apoyar. "Por momentos llegamos a ser 30 o 40 todo el día", cuentan. Ahora son menos, por efectos de la cuarentena, que implicó cambios. Entre ellos, que sus hijos ya no estén por aquí. "Hace días que no los vemos", dicen los padres. Los diez nietos de Claudia Repetto (unos de sangre y otros, del "corazón") están bien cuidados, cada uno en su casa.
Yamila, una de las nueras de Repetto, reconoce que hay que hacer la cuarentena, pero ellos sienten que deben estar por lo menos ahí, frente al domicilio de su suegra y de su supuesto captor. Allí comen, duermen y, por sobre todo, esperan. "Pasan los días y cada vez es peor, es terrible", dice a LA NACION la pareja de Cristian.
Lejos de lo que se vive en la comunidad local, aquí la prioridad no es conseguir alcohol en gel o llenar la heladera a tope. La expectativa es que suene el teléfono y aparezca aunque sea un dato firme para el caso. Si es alentador, mejor.
Creen en el despliegue policial para encontrar a su madre y hace fuerza para confiar en esa misión que ya no pueden compartir. "Para mí está viva, la tiene secuestrada", insiste Daniel. Pero no solo los golpea la impotencia de no poder salir a caminar junto a los efectivos sino que la gente esté ahora encerrada en sus casas, con menos chances de ver posibles movimientos de Rodríguez. "Se lo tragó la tierra", reconoció un jefe policial a LA NACION, sorprendido porque casi no dejó evidencias. Apenas se lo pudo ver en un par de cámaras de seguridad, pero con muy poca definición.
Los cuatro hermanos González y toda su familia avivan por estas horas el reclamo de recordar esta causa y continuar con la búsqueda de Repetto. "Necesitamos de toda la gente, que no se olviden de mamá, que avisen todo lo que vean", remarcan, ya sin mayor margen para andar ellos mismos patrullando calles y revisando propiedades donde creen que podría estar secuestrada.
Daniel González siente que con lo que buscaron ellos ya dieron una vuelta a toda la ciudad. Y que aun así no alcanzó para dar con Claudia Repetto. "De día y de noche, horas tirados en pastizales, escondidos para ver si se veía algo", dice, y muestra sus pies, que después de varios días siguen marcados por espinas y abrojos. Todo sea por encontrar a su madre. Ojalá, dicen, sea con vida.
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