Caso Chocobar: un nuevo peritaje balístico favorecería al policía
Un proyectil extraído del cuerpo determinó que la bala habría impactado en el piso antes de alcanzar al delincuente.
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La defensa de Luis Chocobar, el policía bonaerense que es juzgado por el delito de homicidio por exceso en el cumplimiento del deber tras matar a un ladrón que durante un robo había apuñalado a un turista norteamericano, recibió una buena noticia en medio del debate: un peritaje balístico hecho sobre un proyectil extraído del cuerpo del delincuente muerto determinó que el disparo podría haberse hecho a una distancia de siete metros y que la bala, antes de impactar en el muslo de la pierna izquierda del joven fallecido, habría “dado contra una una superficie rugosa e irregular”.
Así se desprende del peritaje balístico del que participaron expertos de la Policía Federal Argentina (PFA) y peritos de parte. ”Demostramos que las pericias estaban mal hechas. Ahora las pruebas demuestran que Chocobar dijo la verdad: disparó para abajo para defenderse”, sostuvo a LA NACION el abogado Fernando Soto, uno de los defensores del policía bonaerense.
En cambio, representantes de la querella, encabeza por Ivonne Kukoc, la madre del delincuente muerto, afirmaron: “El peritaje sobre el segundo proyectil no afirma que haya existido un rebote, sino que esa es una posibilidad que no podría descartarse. Otras varias pruebas, incluido el testimonio de un experto del Cuerpo Médico Forense descartan un rebote y hablan de una trayectoria del disparo de arriba hacia abajo. Al margen de eso, lo importante es que está fuera de duda que Chocobar disparó alrededor de diez veces contra una persona que se escapa corriendo , sin llevar un arma ni ser ya un peligro para nadie, y de espaldas al policía. Dos de esos tiros , recibidos por la espalda, le costaron la vida. Cualquier policía sabe que con esa conducta puede matar y sabe que está terminantemente prohibido disparar en esas circunstancias, como dijeron nada menos que las policías que fueron compañeras de Chocobar en la formación de la policía bonaerense”.
El proyectil peritado durante el juicio no había sido analizado en la etapa de instrucción. El pedido del nuevo peritaje fue hecho por la defensa en una audiencia celebrada el 3 de febrero pasado. “Queremos probar que Chocobar siempre dijo la verdad de lo que había sucedido y que disparó cuando el delincuente [Juan Pablo Kukoc, de 18 años] se dio vuelta y lo enfrentó a corta distancia. Los disparos fueron hechos hacia abajo. Por omisión o negligencia nunca se peritó un segundo proyectil porque nunca advirtieron que estaba en el juzgado”, había explicado Soto a LA NACION.
El debate, que se realiza de forma semipresencial, está a cargo del Tribunal Oral de Menores N° 2, integrado por los jueces Fernando Pisano, Jorge Ariel Apolo y Adolfo Calvete. El Ministerio Público está representado por la fiscal Susana Pernas.
El juicio tiene “carácter reservado” porque, en el banquillo de los acusados, además del uniformado, está el supuesto cómplice del ladrón muerto, quien en el momento de los hechos era menor de edad.
Deformaciones
“En cuanto al estudio de las deformaciones de un proyectil y el análisis del mismo para determinar la mecánica de producción de las mismas, se informa que es muy difícil la determinación de la resistencia ósea, ya que es independiente de cada individuo, dependiendo de la etnia del mismo, su estado de nutrición, sexo, edad, contextura física y posibles enfermedades preexistentes, entre otros. Se infiere que no es posible establecer categóricamente si una determinada deformación presente en un proyectil disparado por arma de fuego que ha impactado en un hueso de las características del fémur es por causa del propio impacto o por una alteración ajena al mismo, pero teniendo en cuenta la deformación que presenta el proyectil en cuestión, el mismo presenta características compatibles con un impacto previo al ingreso del cuerpo sobre una superficie dura y rugosa. No se trata de una deformación atribuible al pleno impacto directo contra el fémur, sino como producto de un rebote previo contra una superficie rugosa e irregular”, se sostuvo en el peritaje, firmado por especialistas de la Superintendencia Federal de Policía Científica y los peritos de parte Cristina Vázquez y Daniel Fernández.
Los hechos
Todo ocurrió el 8 de diciembre de 2017 cuando Frank Wolek paseaba por La Boca, donde fue interceptado por Juan Pablo Kukoc, de 18 años, y un cómplice. Los delincuentes le robaron una cámara de fotos al turista, quien en la actualidad tiene 56 años. La víctima se resistió, sufrió varias puñaladas, uno de ellas en el corazón, situación que lo dejó al borde de la muerte.
La situación fue advertida por tres vecinos que corrieron tras los asaltantes. A esa persecución se sumó Chocobar, que había salido de su casa y se dirigía a tomar el colectivo 24 para incorporarse al servicio en la Policía Local de Avellaneda.
Antes de llegar a Irala y Suárez, según declaró, Chocobar volvió a dar la voz de alto y disparó dos tiros que hirieron al sospechoso en la parte posterior del muslo izquierdo, seis centímetros por encima de la cresta ilíaca. En su indagatoria el policía dijo que había disparado porque en un momento de la persecución el sospechoso se dio vuelta, se puso de frente a él y amenazó con atacarlo. También expresó que había apuntado de tal forma que los disparos dieran de la cintura para abajo de su objetivo, con el fin de evitar lesiones en partes vitales.
En su momento, la causa estuvo a cargo del juez de Menores Enrique Velázquez, que procesó a Chocobar. “En punto a la falta de recaudos al momento de efectuar los disparos, cabe destacar que el propio Chocobar expuso que al disparar lo hizo blandiendo su pistola con una sola mano, ya que con la otra se cubría el rostro para defenderse ante una posible agresión de Kukoc, situación que lo coloca en un obrar, cuanto menos, alejado de una actitud profesional exigible a cualquier personal policial”, sostuvo el juez en el procesamiento.
Por su parte, el fiscal Marcelo Martínez Burgos, afirmó en su dictamen que Chocobar “nunca tuvo la intención de matar”. Y agregó: “La presencia del exceso se traduce en la desproporción del medio utilizado porque, si bien se extralimitó, quedó más que probado que su fin en modo alguno era quitarle la vida a Kukoc”.
Chocobar llegó a juicio acusado de homicidio por exceso en el cumplimiento del deber.
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