Caso Candela Rodríguez: absolvieron a “Mameluco” Villalba por el secuestro y muerte de niña de 11 años
La decisión la tomó el Tribunal Oral N° 6 de Morón en el marco del segundo juicio por el crimen, luego de que en el primero fueron condenados a prisión perpetua los dos autores materiales del crimen
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La justicia bonaerense le dio un nuevo golpe a la familia de Candela Sol Rodríguez, la niña de 11 años secuestrada y asesinada en el 2011, al resolver la absolución de Miguel Ángel “Mameluco” Villalba y otros tres acusados de ser los autores intelectuales del hecho.
La decisión la tomó el Tribunal Oral N° 6 de Morón en el marco del segundo juicio por el crimen, luego de que en el primero fueron condenados a prisión perpetua los dos autores materiales del crimen y una tercera personas recibió una pena de cuatro años al ser considerada partícipe secundaria en el secuestro.
En 2022, el fiscal de Morón, Mario Alberto Ferrario, había solicitado que Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, Sergio Chazarreta, Héctor “Topo” Moreyra y Miguel Altamirano, fueran sometidos a juicio oral al considerarlos presuntos responsables del secuestro y asesinato de la niña. El mismo ocurrió el 22 de agosto de 2011, en la esquina de la casa en la que vivía, en Villa Tesei, partido bonaerense de Hurlingham, cuando iba a reunirse con un grupo de amiguitas.
Villalba recibió la noticia tras las rejas, ya que cumple una condena de 22 años de cárcel por narcotráfico y, además, fue procesado por la Justicia Federal de San Martín, acusado de liderar la banda que, en febrero de 2022, vendió cocaína envenenada que causó las muertes de 24 consumidores.
El primer juicio y la pista de Mameluco
En 2017, el Tribunal Oral N° 3, de Morón, condenó a prisión perpetua a Hugo Elbio Bermúdez, de 63 años, y Leonardo Jara, de 43. Mientras que Gabriel Fabián Gómez, de 49, fue sentenciado a cuatro años de cárcel por ser considerado partícipe secundario del hecho. A mediados de 2020, la Sala IV de la Cámara de Casación penal bonaerense, integrada por los jueces Fernando Mancini, Ricardo Maidana y Ricardo Borinsky confirmó las condenas por la “privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte” de la menor.
Para los jueces Mariela Moralejo, Raquel Lafourcade y Diego Bonanno el móvil del crimen fue un “ajuste de cuentas contra el padre de Candela, por algún ilícito que este cometiera”, en referencia a Alfredo “Juancho” Rodríguez, quien en el momento del secuestro de su hija cumplía una condena por piratería del asfalto.
“Dicen que estuve marcando ranchos de los narcos de San Martín para la policía. Todo falso. Sin embargo, me lo cargaron a mí”, declaró el padre de Candela, a fines de agosto de 2011, en la Unidad Penal de José León Suárez. En ese momento no aportó nombres.
Pero se sabía que Mameluco Villalba, por entonces, el narcotraficante más importante de San Martín había sido apresado el 11 de agosto de ese año, durante una serie de operativos realizados por efectivos de la Policía Federal.
Moreyra, reconocido informante policial, habría sido el supuesto entregador de las localizaciones de los búnkeres de la banda de Mameluco Villalba que permitieron a los investigadores de la Policía Federal desbaratar la organización criminal comandada por excandidato a intendente de San Martín en las PASO de 2011.
Cuando los subordinados de Villalba comenzaron a investigar quién aportó el dato sobre la ubicación de los puestos de venta de droga y el lugar en el que se refugiaba Mameluco, el mencionado Moreyra, para cubrirse, habría señalado a “Juancho” Rodríguez.
Once días después de la detención de Villalba, la hija, de 11 años, de Rodríguez fue secuestrada cuando salía de su casa, en Coraceros y Bustamante, en Villa Tesei.
Un crimen con la connivencia policial
Candela fue vista con vida por última vez el 22 de agosto de 2011 cuando se dirigía a la reunión del grupo de scouts al que pertenecía. Seis días más tarde, la tía de la niña recibió la llamada extorsiva atribuida a Jara.
“Ahora sí que no la vas a encontrar nunca a tu hija. Jamás la vas a encontrar”, expresó una voz masculina del otro lado de la línea.
“Vos, como. Hola. No!”, exclamó la tía de Candela, al responder la comunicación realizada 28 de agosto de 2011 a las 22.42
“Te lo aseguro hasta que no devuelva la guita no la va a ver nunca más. Que le pregunten al marido dónde dejó la guita”, sentenció el delincuente. Entre esa noche y el día siguiente, Candela fue asesinada.
Al realizar los estudios de planos de voz, los técnicos de la Gendarmería concluyeron que el autor de dicha amenaza habría sido Jara, condenado a prisión perpetua en el primer juicio.
Mientras que tres días después de esa comunicación, una mujer que juntaba cartones al costado de la colectora de la Autopista del Oeste encontró el cuerpo de la niña. El cadáver estaba parcialmente tapado con una bolsa y fue encontrado a treinta cuadras de su casa, muy cerca del comando operativo que los responsables de la fuerza de seguridad provincial instalaron para coordinar las tareas de búsqueda de la niña.
Un hecho ocurrido ese día confirmó la presunción de que los autores del secuestro de Candela tenían la colaboración de algunos efectivos de la policía bonaerense. El 31 de agosto a las 12.30, uno de los responsables de dicho comando operativo recibió un llamado en el que se alertó del hallazgo de un cuerpo en el arroyo Morón. Ante la posibilidad de que se tratara de la niña desaparecida, los responsables de la búsqueda dispusieron la movilización de todos los medios humanos y materiales a esa zona.
Ese despliegue fue aprovechado por los delincuentes que tenían cautiva a Candela y que, después, la mataron, para mover el cuerpo y abandonarla en el lugar donde lo encontró la mujer que juntaba cartones.
Aunque los testigos se acercaban a los policías y aportaban pistas sobre las circunstancias que rodearon el secuestro de Candela, esos uniformados se encargaron de desviar la búsqueda.
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