Caso Astudillo Castro: serán peritados los celulares de cuatro policías
Al menos cuatro policías bonaerenses quedaron bajo investigación por la desaparición de Facundo Astudillo Castro, ya que la jueza federal Gabriela Marrón ordenó el peritaje de los teléfonos celulares de esos uniformados que trabajan en la comisaría de la localidad de Mayor Buratovich, en el distrito de Villarino, que fue allanada anteayer a pedido del fiscal federal Santiago Ulpiano. También se harán pruebas en la camioneta asignada a esa seccional en busca de pistas sobre el joven de 22 años, cuyo rastro se perdió en esa zona el 30 de abril pasado.
La familia de Astudillo Castro apunta a la posible responsabilidad de policías en esa desaparición, ya que los agentes ahora investigados tuvieron contacto con ese joven poco antes de que no se supiese nada más sobre su paradero. Ese 30 de abril, los uniformados labraron un acta por infracción a la medida de aislamiento social obligatorio, en la que se consignó la presencia de Astudillo Castro en la ruta 3. El muchacho, que se dirigía a Bahía Blanca con el supuesto objetivo de restablecer una relación sentimental, se identificó ante los policías con su registro de conductor, ya que no portaba su DNI. Desde ese punto se bifurcan las versiones sobre su partida en un vehículo particular y su traslado en el móvil policial que será sometido a un peritaje.
La Justicia Federal de Bahía Blanca aceptóla hipótesis de una desaparición forzada y ordenó anteayer el allanamiento del destacamento policial que está ubicado en el sur de la provincia de Buenos Aires. Mientras se concretaba ese procedimiento judicial, otro fiscal apartaba de la investigación a la policía bonaerense, situación solicitada por la familia de Astudillo Castro. La anormalidad de que dos fueros, el federal y el provincial, trabajasen en la misma causa con dos líneas diferentes (la fiscalía provincial avanzaba solo sobre una averiguación de paradero) podría empezar a resolverse, ya que ayer planteó su incompetencia el fiscal Rodolfo de Lucía, que estuvo al frente del caso desde el momento en que la familia de Astudillo Castro presentó la primera denuncia.
El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni,aceptó que la fuerza a su cargo fuese separada de la investigación. "No hay que encapricharse en seguir adelante la investigación [con la policía bonaerense] sino pasársela a la Policía Federal, que seguramente va a poder dilucidar qué fue lo que pasó", aseguró Berni al encabezar ayer la formación policial en recuerdo por el Día de la Independencia.
"Hay que acompañar y entender el pedido de la madre", agregó Berni al señalar que la fuerza provincial fue apartada por las sospechas expresadas por Cristina Castro, que había señalado los obstáculos que, a su entender, los policías bonaerenses presentaban para realizar rastrillajes en busca de su hijo. De todas maneras, Berni aseguró que "la Justicia entiende que no hay elementos que inculpen una actuación indebida" de la policía provincial. "Nosotros sabemos que esto ocurrió hace más de 60 días, pero tomamos conocimiento de la denuncia de su madre a los 40 días de su desaparición", dijo el funcionario bonaerense.
La posición de Berni fue cuestionada por el abogado de la familia de Astudillo Castro. "No tuvo contacto presencial con la madre, sino que solo hablaron por teléfono. El primer día (Berni) dijo que le traería al chico con vida, el segundo día ya no le dijo eso; dijo que, si quería que interviniera la comisaría, la intervenía, si quería que sancionara a quienes hicieron el primer rastrillaje y la molestaron, lo hacía", aseveró Leandro Aparicio.
Y sobre la actuación de la policía bonaerense, el abogado expresó: "El primer rastrillaje se iba a hacer el 19 de junio en Mayor Buratovich, ya que habían dicho que el chico había estado ahí, pero cuando van a entrar ahí, había cinco móviles cruzados para no ingresar. Entonces, lo fueron a buscar a Teniente Origone porque alguien dijo que lo llevó allí, y se corrieron 25 kilómetros del lugar".
Para el representante legal de la familia Astudillo Castro, la policía bonaerense habría montado un plan de encubrimiento. "Eso nos impulsó a hacer la denuncia por desaparición forzada y no nos equivocamos", dijo Aparicio.
Los querellantes esperan informes de las compañías telefónicas para conocer a los destinatarios de los últimos mensajes de texto enviados por Astudillo Castro el 30 de abril pasado. También aguardarán los peritajes que serán realizados sobre los celulares de cuatro policías, pruebas que podrían establecer si en esos aparatos fue borrada información relevante para la causa.
El camino de la causa
El fiscal Rodolfo De Lucía, que inició un primer expediente por averiguación de paradero a partir de una denuncia de la madre del joven oriundo de Pedro Luro, presentó su planteo de incompetencia a la jueza de Garantías Susana Calcinelli y consideró necesario poner todo lo actuado a disposición de sus pares de la justicia federal.
Entre los elementos recabados dentro de esa investigación penal preparatoria se encuentran, por ejemplo, teléfonos secuestrados a policías de localidades de la zona y también a la ex novia de Astudillo Castro y familiares de ella, estos últimos residentes en Bahía Blanca.
No hay que encapricharse en seguir adelante la investigación [con la policía bonaerense] sino pasársela a la Policía Federal, que seguramente va a poder dilucidar qué fue lo que pasó
El jueza federal María Gabriela Marrón ya había autorizado los primeros allanamientos en la comisaría del paraje Mayor Buratovich, a 90 kilómetros al sur de Bahía Blanca. Los primeros pasos del caso en ese fuero se dieron sobre la hipótesis de una posible desaparición del joven con intervención de efectivos policiales provinciales. Hay testimonios que confirman que, mientras intentaba llegar hasta Bahía Blanca, a Astudillo Castro se le labró un acta por violación de cuarentena y que una oficial lo trasladó algunos kilómetros en su vehículo particular.
Estas sospechas llevaron a una intervención de la Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense, que solicitó y logró que la justicia apartase a la Policía de la Provincia de Buenos Aires de la investigación del caso. Esa decisión la había tomado De Lucía este miércoles.
La otra hipótesis, sostenida en tribunales ordinarios, considera que Astudillo Castro pudo llegar hasta Bahía Blanca e incluso merodear el domicilio de su exnovia, a la que –según le dijo a la madre en medio de una discusión- quería ver para recomponer la relación. Y no le importó romper la cuarentena ni las posibles sanciones que esta situación le pudieran acarrear.
Cuestiones de competencia
La cuestión de competencia se había planteado pronto frente a dos ejes investigativos ante un único hecho. El primero se inclinó sobre la simple búsqueda del joven de 22 años, sin evidencias de un ilícito confirmado. El otro, tomado por la justicia federal, presumía un delito de privación de la libertad.
Aquella postura en la que se recostó De Lucía se afirmaba en el testimonio de una joven bahiense que conocía a Astudillo Castro. En dos declaraciones ratificó que lo vio en inmediaciones de la casa de la exnovia.
Las mayores expectativas para el avance del caso estaban puestos en los resultados que surjan del análisis de los teléfonos celulares incautados en la pesquisa. Hay equipos a peritar que corresponden a la exnovia de Astudillo Castro y su entorno.
También se esperaba ampliación de informes de la compañía de teléfono que brindaba servicio al celular que llevaba Astudillo Castro. Se busca saber qué antenas se activaron, como para confirmar el recorrido que hizo por Ruta 3. También con quién se comunicó y, de ser posible, de qué hablaron.
La reconstrucción de los últimos pasos conocidos del joven desaparecido destacan que tuvo un entredicho con su madre, que se molestó cuando él le dijo que a pesar del aislamiento obligatorio se iba a ir a Bahía Blanca a visitar a su exnovia.
Luego hay constancias de un primer contacto con la policía, que en un retén de la ruta 3 le labró un acta por incumplir la cuarentena. El efectivo que la hizo tomó una imagen del registro de conducir de Astudillo Castro, ya que no llevaba el DNI en su poder.
La siguiente escala es con una policía que en su auto particular lo lleva unos kilómetros, hasta Teniente Origoni, otra pequeña localidad, a 70 kilómetros de Bahía Blanca. En ese recorrido también hay un testimonio de un funcionario municipal que lo ve caminar por la ruta. El detalle final es que –según testigos- Astudillo Castro se subió a una camioneta Renault Oroch, siempre con el mismo rumbo.
Por el caso, y las sospechas sobre un posible delito con participación policial, desde el interbloque de Juntos por el Cambio presentó un pedido de informes al Ejecutivo para que detalle qué se está haciendo y cuál es el plan dispuesto para buscar y encontrar al joven.
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