Cargamento millonario: secuestraron 947 kilos de cocaína que iban a ser transportados por la hidrovía
El supuesto responsable de la operación narco, que fue detenido tras el decomiso de la droga, es el hijo de un exdiputado de Paraguay; el valor de los estupefacientes incautado asciende a 60 millones de dólares
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ROSARIO.- Los 947 kilos de cocaína estaban preparados para ser transportados por la hidrovía hacia Europa. Se embarcarían en el puerto de Asunción, en Paraguay y luego navegarían en un barco por el río Paraná hasta llegar al Atlántico. Esa ruta es la que trazaron en diciembre de 2020 tres cargamentos con un total de 27 toneladas de cocaína que fueron secuestrados en febrero pasado en los puertos de Amberes y Hamburgo. Las cargas provenían de Paraguay y por lo menos una de ellas, con 16.174 kilos de estupefacientes, había hecho trasbordo en el puerto de Buenos Aires.
En un operativo realizado por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) de Paraguay fue detenido como responsable del cargamento de cocaína Fernando Enrique Balbuena Acuña, hijo del exdiputado paraguayo Elvis Balbuena, quien impulsó hace unos años en ese país un proyecto de legalización de la marihuana. Uno de los argumentos de Balbuena causó revuelo hace un tiempo cuando dijo que Pitágoras había creado el teorema que lleva su nombre bajo los efectos del cannabis.
El operativo, llamado Navis, según explicaron a LA NACION fuentes de la Senad, se concentró en varias localidades del centro del país, pero el cargamento de cocaína fue secuestrado en un emprendimiento agropecuario cercano al pueblo de Eusebio Ayala, a unos 70 kilómetros de Asunción.
Los 947 kilos de cocaína estaba embalados y preparados para ser enviados a la zona portuaria para desde allí ser enviados en un buque por la hidrovía.
“Tras varios meses de investigación se pudo identificar una estructura liderada por Fernando Enrique Balbuena Acuña desde Eusebio Ayala”, señaló un comunicado de la secretaría antidrogas.
El hijo del exdiputado paraguayo “era responsable del acopio y envío de grandes cargas de cocaína por la hidrovía Paraguay -Paraná y luego a Europa a través del Atlántico”, agregaron las fuentes.
El valor de la cocaína secuestrada está estimada, según la Senad, en unos 60 millones de dólares. En los operativos también fue detenido un ciudadano ucraniano.
Nodo logístico
El secuestro de esta cantidad de cocaína confirma lo que durante la pandemia empezó a asomar: que Paraguay se transformó en un nodo logístico de tráfico de cocaína a través de los 3400 kilómetros de la hidrovía Paraná-Paraguay, que tiene salida al océano Atlántico.
En febrero del año pasado se secuestraron tres cargamentos con un total de 27 toneladas de cocaína en Amberes, Bélgica, y Hamburgo, Alemania. Una de los embarques con 16.174 kilos de estupefacientes, hizo trasbordo en el puerto de Buenos Aires.
El hallazgo se produjo luego de que las fuerzas de seguridad europeas lograron vulnerar más de 170.000 mensajes de teléfonos que usaban el sistema encriptado Sky ECC. La droga nunca fue detectada en el puerto de origen, en Paraguay.
Ese cargamento de cocaína, camuflado en latas de pintura, fue secuestrada en una de las incautaciones más grandes de la historia en Europa. Navegó por 1400 kilómetros sin ser sometido a una sola inspección por parte de las fuerzas de seguridad, ni las paraguayas ni las argentinas.
En la última reunión de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés), realizada en La Paz, en enero de 2021, los miembros de la organización advirtieron sobre el peligro de que la hidrovía Paraguay-Paraná se transforme, especialmente durante la pandemia, “en una nueva vía para el tráfico de drogas”.
El organismo internacional alertó por primera vez sobre una “rearticulación” del tráfico de cocaína en Sudamérica a través de la hidrovía, al indicar que Paraguay se convirtió en una zona de acopio de esta droga, que se produce en Perú y Bolivia, y que desde los puertos guaraníes tiene salida hacia África y Europa.
En paralelo con los grandes cargamentos, también hay un tráfico hormiga por el agua en áreas limítrofes. A Formosa y Corrientes se cruza desde Paraguay todo tipo de mercaderías de contrabando y también estupefacientes, que viajan en canoas y lanchas rápidas. Lo que empezó con el histórico tráfico de cigarrillos truchos creció y se extendió a otras mercancías más valiosas en el mercado criminal.
El paradigma de este tipo contrabando se dio en Itatí, donde hasta 2017 funcionaba una red de tráfico de marihuana en embarcaciones pequeñas desde las costas de Paraguay, que estaba liderada en Corrientes por Federico Marín, alias Morenita, y en la que estaban involucrados desde el entonces intendente de esa ciudad, Roger Terán, el comisario, prefectos y gendarmes, hasta un grupo de jóvenes que hacían de vigías, a quienes llamaban “biguás”, por el ave que alerta ante un peligro. Esos cargamentos de droga que cruzaban el río, luego terminaban en provincias como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Tucumán.
Falta de controles
Los especialistas advierten que en la Argentina no se tomó dimensión del nuevo modelo de logística narco que comenzó a ponerse en funcionamiento durante la pandemia con una plataforma sólida en Paraguay, donde tienen base las organizaciones criminales más poderosas de América latina, originarias de Brasil, como el Primer Comando Capital y el Comando Vermelho.
Paraguay fue históricamente un país productor de marihuana –el más grande de Sudamérica, con más de 6500 hectáreas destinadas al cannabis–, pero con la inserción del crimen organizado internacional, el país se transformó en uno de los nodos de salida de drogas al exterior, a través de los ríos Paraguay y Paraná, como señala el especialista Carlos Peris, que participó en un estudio en la región sobre crimen organizado que llevó adelante la ONG internacional Inshight Crime.
En la primera semana de agosto pasado se secuestraron en Paraguay 934 kilos de cocaína en cuatro operativos, donde también se incautaron precursores químicos, lo que reafirma la hipótesis de que ese país se transformó en una plataforma logística de narcotráfico de ese tipo de droga, a la par de la marihuana.
Desde septiembre pasado, el Estado argentino pasó a administrar la hidrovía tras 25 años de una concesión que estuvo en manos de privados. En los intensos debates que surgieron sobre retomar la “soberanía” del río Paraná tuvo poco espacio el control de una ruta clave, que más allá de ser vital para la agroexportación, tiene un lado B clandestino.
Peris afirmó que la pandemia cambió el flujo del tráfico oscuro que navega por la hidrovía. En diálogo con LA NACION, el investigador señaló que Paraguay se transformó en un nodo logístico para la salida de la cocaína al exterior y que empezaron a verse en ese país indicios de que hoy se produce clorhidrato de cocaína en el Chaco paraguayo, en las zonas cercanas a Bolivia.
En un informe titulado “El mercado ilegal de la cocaína en Paraguay”, Peris estableció como punto novedoso de análisis que ese país empezó a transformarse en productor de cocaína destinada a la exportación. Se descubrieron laboratorios en el Chaco paraguayo, en la frontera cercana a Bolivia, que aportan elementos para la hipótesis de Peris.
“La cocaína se mueve en contenedores. Salen de los puertos legales de Paraguay y pasan por la hidrovía para llegar a distintas partes del mundo. No existen los controles en el río por una contradicción del propio sistema. Si hay más controles, el tráfico de contenedores se complica y, como consecuencia, se retarda el comercio. Es parte del sistema”, explicó el investigador.
“La hidrovía, al ser el único canal para conectarse internacionalmente, es el camino no sólo para el comercio legal sino también para el narcotráfico. La mirada en Paraguay está centrada en el contrabando menor, en las lanchas que pasan de Clorinda, Formosa, a Asunción, con bolsas de azúcar, tomate, y artículos limpieza. Ese es el control en la hidrovía desde el lado paraguayo. Las barcazas no son controladas para agilizar la libre circulación de los ríos”, afirmó.
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