Capturaron en Bolivia a un peligroso narco que sobornó a dos jueces argentinos
El largo paso a la clandestinidad de José Miguel Farfán terminó en Santa Cruz de la Sierra. En esa ciudad, epicentro de la vida comercial de Bolivia, fue detenido anoche este traficante argentino que se escapó del país en 2014 gracias a una gestión del exjuez federal de Orán Raúl Reynoso. En su extensa carrera de fugas y condenas, Farfán sobornó a dos jueces federales argentinos y eludió en reiteradas ocasiones el accionar de la Justicia, que lo persigue y acusa desde 1999 por liderar una organización internacional dedicada a ingresar cocaína, a través de avionetas clandestinas. Por estas horas las autoridades bolivianas están procediendo a la expulsión de Farfán, que llegará durante la madrugada de mañana a Buenos Aires, trasladado por la Gendarmería.
Según información a la que accedió LA NACIÓN, Farfán vivía cómodamente en un exclusivo barrio residencial en el país vecino. Desde allí, y moviéndose hacia zonas cercanas a Salta e inclusive Paraguay, lideraba uno de los más importantes grupos narcos activos que trafican cocaína a la Argentina. Había llegado hasta el sur de Bolivia luego de pagar un soborno al destituido juez federal Raúl Reynoso, que lo liberó a pesar de que el sospechoso estaba severamente comprometido en una causa iniciada tras el hallazgo de 400 kilos de cocaína.
En Santa Cruz de la Sierra –con un pedido de captura internacional en su contra- Farfán, por ejemplo, manejaba una camioneta amarilla marca Hummer y se movía con una identificación falsa con el nombre Miguen Ángel Salazar Yavi. Fuentes vinculadas a la investigación confirmaron que será trasladado al país en aproximadamente 15 horas y será alojado en una alcaidía transitoria de Gendarmería.
Según expedientes judiciales a los que accedió LA NACIÓN, Farfán fue condenado a cinco años de prisión en 1999 por traficar cocaína. Pero luego de una salida transitoria, en 2004, no regresó a la cárcel. En 2007 sobornó al por entonces juez federal José Antonio Solá Torino y en 2008 lo detuvo personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Por este hecho, el juez federal Solá Torino fue destituido en 2009 y condenado, en 2016, a seis años de prisión.
Durante dos años nadie supo de Farfán hasta que en 2012 agentes de inteligencia de Gendarmería Nacional detectaron que estaba vinculado con una red de narcotraficantes, entre los cuales figuraba el dirigente salteño kirchnerista Luis Arturo Cifre.
Por aquellos días, los agentes federales confirmaron –según consta en documentos judiciales– que el grupo criminal dirigido por Farfán tenía en su poder armas de fuego y "múltiples vehículos, dispositivos de comunicación satelital y fincas en las localidades salteñas de Apolinario Saravia y Las Lajitas", que les permitían recibir y custodiar los cargamentos de droga arrojados desde las avionetas. Luego, trasladaban la cocaína en caravanas de seguridad integradas por al menos dos vehículos a través de las rutas argentinas.
Farfán –al tener un pedido de captura internacional– no ingresaba en la Argentina, sino que coordinaba los envíos de cocaína en avionetas y contaba con un jefe territorial que cruzaba las fronteras salteñas y se reunía siempre con él en Santa Cruz de la Sierra, a veces cerca del límite internacional que une Bolivia, Paraguay y Argentina.
"No estamos frente a una mera concurrencia física de varias personas que coincidieron casualmente en un lugar y tiempo determinado, sino frente a un grupo cuya convergencia intencional en orden a la concreción del fin ilícito común, es indudable [...] En efecto, ha quedado probado que la conducta juzgada consistió en el ingreso ilegítimo al país de mercadería prohibida (estupefacientes destinados a ser vendidos) desde la República de Bolivia., aseguran los investigadores judiciales, para describir la organización narco, en los documentos a los que accedió LA NACIÓN.
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