Capturado en Paraguay: a cinco años del crimen de un empresario español fue detenido el sospechoso que se había fugado
Pedro Fernández Torres está acusado de haber participado del homicidio de Roberto Fernández Montes, asesinado en su departamento de Caballito; a fines de 2017 había sido condenado a prisión perpetua el yerno de la víctima, Santiago Corona
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LA NACION
El empresario español Roberto Fernández Montes fue asesinado en su departamento de Caballito el 21 de enero de 2017. Su cadáver apareció calcinado y seccionado en Cañuelas. Once meses después del homicidio, el yerno de la víctima, Santiago Corona, fue condenado a prisión perpetua. Pero un segundo sospechoso logró fugarse antes de que lo atraparan. Pedro Fernández Torres, conocido como el Carnicero, estuvo cinco años prófugo hasta que en las últimas horas fue atrapado en Paraguay.
Así lo informaron a LA NACION fuentes oficiales. Fernández Torres tiene 55 años. Nació en Asunción, Paraguay, el 30 de septiembre de 1966. Su apodo se lo ganó porque hasta que se ordenó su captura trabajaba en una carnicería.
“Lo planearon, lo pensaron y lo hicieron”, había dicho el fiscal Juan Fernández Buzzi durante el juicio donde fue condenado Corona. Se refería al plan criminal llevado adelante por el yerno de la víctima y Fernández Torres.
“El sospechoso fue detenido tras un arduo trabajo de investigación hecho entre la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina y la Oficina Central de Interpol en Asunción, en Paraguay”, explicaron fuentes oficiales.
Fernández Montes, que tenía dos hijas y era viudo, fue asesinado en su piso de Aranguren 36, Caballito, el 21 de enero de 2017 entre las 12.09 y las 13.31.
La víctima vivía con una de sus hijas. El sábado 21 de enero 2017, la joven se fue a pasar el día a una quinta en Escobar. A las 8.42, el empresario salió con su Suzuki Fun. A las 9.05 llegó el carnicero: ingresó por la cochera y subió por la escalera hasta el 5° piso. “Suponemos que entró con un control remoto que le dio el yerno de la víctima. Una hipótesis es que esperó al empresario en el palier”, había dicho en su momento una fuente policial.
A las 12.09 Fernández Montes regresó. Ingresó su auto en la cochera marcha atrás. A las 12.54 llegó su yerno, que para no dejar huellas llevaba puesto en una mano un guante negro. A las 13.28, las cámaras de la cochera registraron cómo uno de los sospechosos abrió el baúl del auto del empresario.
“El primer intento para sacar el cadáver fue a las 13.31, pero todo hace suponer que cuando el yerno y su cómplice estaban por salir del ascensor con el cuerpo envuelto en la sábana ingresaba alguien en el edificio, y retrocedieron”.
A las 13.45, finalmente, salieron del ascensor con el cuerpo hacia la cochera y a las 13.49 se fueron del edificio en el Sukuzi Fun, que el domingo fue hallado en el barrio 9 de Julio, de Almirante Brown.
Tres días después, un baqueano encontró los restos carbonizados de un hombre en Cañuelas. El cadáver tenía un rosario metálico. La familia de Fernández Montes lo reconoció como el que él usaba.
LA NACION
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