Camino de los Remeros. Piden enjuiciar por dolo eventual al joven que provocó la muerte de dos amigos al despistarse con el auto
Joaquín Duhalde Bisi se despistó hace un año cuando conducía su auto a gran velocidad y con más de un gramo de alcohol en sangre, el doble del máximo permitido en ese momento en Tigre; las víctimas fueron Franco Rossi y Joaquín Alimonda
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El fiscal de San Isidro Jorge Sebastián Fitipaldi pidió enviar a juicio oral a Joaquín Duhalde Bisi, el joven que el 9 de mayo del año pasado se despistó cuando conducía por el Camino de los Remeros, en Tigre, un Audi A4 a alta velocidad y con más alcohol en sangre que lo permitido por ley, y causó la muerte de dos de los tres amigos con los que había estado, hasta hacía solo un momento, en su casa en un country de la zona de Rincón de Milberg.
Fitipaldi lo acusó por doble homicidio con dolo eventual o, subsidiariamente, por homicidio culposo agravado por la conducta imprudente, negligente y antirreglamentaria de un vehículo automotor; por conducir con un nivel de alcoholemia superior a un gramo por litro de sangre y por la pluralidad de víctimas fatales.
El titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIyJ) de Rincón de Milberg consideró que había quedado pericialmente probado que la madrugada del 9 de mayo de 2021 Duhalde Bisi condujo a alta velocidad por el Camino de los Remeros en sentido hacia la avenida Santa María de las Conchas -en algunos tramos a 140 y hasta a 165 km/h, según los cálculos realizados a partir de las cámaras de la traza- hasta que, a las 3.50, impactó a más de 96,73 km/h con el guardarraíl derecho y con el arco del cartel de Vialidad que está a metros de la ruta 27, concretamente, con la columna derecha del pórtico aéreo de señalización, que se desprendió de la base, hasta que detuvo la marcha fuera de control sobre la rotonda. En ese lugar murieron Franco Rossi y Joaquín Alimonda, cuyo cuerpo terminó mutilado sobre la calzada y la zona parquizada.
El aspecto en discordia entre la acusación y la defensa es el de la alcoholemia, que seguramente será objeto de arduo debate en caso de que se llegue a la etapa de juicio.
Mientras que Fitipaldi se apoya en la medición hecha en la propia escena del hecho, 26 minutos después de la tragedia (a las 4.16), que arrojó una medición de 1,39 gramos por litro de sangre -en ese momento, el máximo era de 0,5, tope que el municipio de Tigre redujo a 0 después de este episodio-, los abogados de Duhalde Bisi sostienen que pudo haberse tratado de un falso positivo, dado que el padre del acusado, Martín Duhalde (director del hospital de San Isidro), le limpió las heridas de la cabeza y las manos, y también la ropa manchada de sangre propia y de las víctimas, con alcohol en gel y alcohol líquido puro, y que la volatilidad de los vapores del alcohol tuvo que haber incidido en la medición.
Los amigos -conocidos desde chicos, compañeros de rugby y del colegio Santa Teresa- habían acordado juntarse el sábado 8 de mayo de 2021 a la noche, en plena pandemia, para jugar al ping-pong, a las cartas y comer unas pizzas. Duhalde Bisi ofreció su casa. El joven, su padre, Mateo Lezama e Iván Benedit (el único que no se subió al auto, porque se había quedado dormido) reconocieron que habían tomado algunas latas de cerveza, aunque de ninguna manera en cantidad como para estar en estado de ebriedad.
Aunque habían acordado que se quedarían todos a dormir y que a la mañana Benedit repartiría a cada uno en su casa -habían llegado en su auto a la noche-, por alguna razón Duhalde Bisi tomó el Audi A4 de su padre y se llevó a sus amigos. Franco Rossi iba como acompañante. “Jojo” Alimonda iba detrás del conductor y el “Colo” Lezama, a su lado, en el asiento de atrás. Iban fuerte. Joaquín perdió el control, hubo un banquinazo y el golpe fortísimo. El auto giró levemente tras el choque, y el guardarraíl lo atravesó de derecha a izquierda; en su camino, el frío metal se encontró con Rossi y con Alimonda. Increíblemente, el conductor y Lezama salieron prácticamente ilesos.
Según consta en el expediente, “la causa de muerte de Joaquín Luis Alimonda fue shock hipovolémico, decapitación traumática y politraumatismo; mientras que la causa de fallecimiento de Franco Rossi fue shock hipovolémico, traumatismo craneoencefálico y politraumatismo”.
El médico Martín Duhalde fue el primero en llegar a la escena del hecho. Lo había llamado una de las oficiales de policía que intervino ante el siniestro. Encontró a su hijo bañado en sangre, llorando a los gritos. Intentó contenerlo, al igual que a Lezama. El cuadro, como él mismo lo definió al declarar, era “impactante y desgarrador”. Aún no habían llegado las ambulancias y él intentó limpiar la sangre de su hijo y curarle el corte en la cabeza, mientras lo abrazaba. Gastó, en eso, un frasco chico de alcohol en gel y una botella de alcohol líquido, declaró. En ese trance, a Joaquín Duhalde Bisi le hicieron soplar la pipeta del espirómetro para registrar si había bebido. El etilómetro se clavó en 1,39.
“Se encuentra acreditado en autos que el aquí imputado Duhalde Bisi circulaba a una velocidad superior a la permitida al momento del impacto -ello, en virtud de la trayectoria posterior al primer impacto que registró el rodado contra el guardarraíl y el lugar donde finalmente quedó posicionado el vehículo-; que no mantuvo el control del vehículo que conducía y que circulaba a bordo del mismo con un nivel de alcohol en sangre superior al permitido, ocasionando así con dicho accionar el fallecimiento de Franco Rossi y Joaquín Luis Alimonda”, rubricó el fiscal Fitipaldi en su requerimiento.
Concluyó el fiscal: “Así, la temeraria conducta desplegada demuestra un estado de certeza del eventual resultado lesivo. Dicho comportamiento indefectiblemente hacía prever el resultado ocurrido en autos, y la adhesión o aceptación de este por parte del imputado Duhalde Bisi resulta irrefutable. El imputado mantuvo dicha conducta hasta el desenlace señalado; demostrándose así la indiferencia ante el probable resultado; aceptando el mismo, cuya posibilidad -destaco, en virtud de la zona y velocidad apuntada- estuvo en él representada. Por ello, el homicidio ocurrido en autos, debe analizarse a la luz del dolo eventual [...] Así, el aquí imputado Duhalde Bisi se representó el suceso antes mencionado y no obstante ello, lo aceptó y continuó con su conducta, demostrando así un total desprecio ante la segura muerte de los ocupantes del rodado que conducía”.
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