Buscan a un sospechoso por el asesinato de una mujer en Recoleta
Vecinos de Agüero al 2300 quedaron conmovidos por la muerte de Violeta Fernández
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El asesinato de una mujer en situación de calle conmovió a una tradicional zona del barrio de Recoleta. Violeta Argentina Fernández se había instalado hace muchos años en Agüero al 2300, a pocos metros de la avenida Las Heras. Tenía más de 70 años y vivía en un pequeño tráiler que le habría donado la propietaria del local de organización de eventos que compartía esa vereda, la empresaria Bárbara Diez. Todos en esa calle conocían y querían a Violeta. Los vecinos quedaron impactados al conocer que había sido mortalmente golpeada allí durante la madrugada del pasado martes. Los investigadores buscan a un hombre indigente como sospechoso de ese crimen.
“Había un gran charco de sangre. La encontró así, en la calle tapada con una frazada, un vecino, sería poco después de las 2 del martes”, contó una mujer que no podía creer que hubiesen matado a Violeta. “Acá no había nadie que no la conociese y quisiese a Violeta, hace muchísimos años que me cruzaba con ella y todos la ayudábamos”, agregó otra de las vecinas que no podían dejar de detenerse en el lugar para intercambiar sus opiniones sobre el crimen.
Varios ramos de flores dejaban a la vista el afecto que Violeta había logrado en esta zona. Esas ofrendas quedaron en la puerta de la casona de tres plantas y fachada negra que es la sede de la firma de organización de eventos que posee la empresaria Diez, que desde hace algunos meses está distanciada de la relación sentimental que mantenía con el jefe del gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta.
Diez compartió un historia de Instagram en donde puede se la puede ver junto a otros vecinos, festejándole un cumpleaños a la mujer. “Así te recordaremos por siempre, querida Violeta. Pedile a Dios por nosotros. Vos ya estás en el cielo”, expresó.
Pistas del crimen
Frente a la escena del crimen está un edificio de Telecom y una de las cámaras de seguridad tuvo un ángulo de visión inmejorable para registrar los sucedido esa madrugada. Fuentes de la investigación confirmaron que esas imágenes están incorporadas a la causa. Si bien no se trata de un sistema de videovigilancia de última generación, la grabación habrían permitido determinar a los detectives que un hombre atacó a Violeta fuera del trailer y mientras está estaba acostada en la calle, para luego escaparse en dirección a Las Heras.
Aún no se obtuvo el resultado final de la autopsia, pero el médico del SAME que constató el fallecimiento pudo advertir a simple vista un fuerte “traumatismo facial”. La Unidad de Criminalística Móvil de la Policía de la Ciudad analizó un bloque de cemento encontrado cerca del cuerpo, pero en principio no se hallaron rastros de sangre para definirlo como el arma homicida. El expediente quedó a cargo de la fiscal Mónica Cuñarro.
Como se consignó, Violeta era muy querida por los vecinos que la ayudaban para que su vida en situación de calle fuese lo menos dura posible. Por eso no sorprendió a los investigadores encontrar $19.000 y US$1200 entre las pertenencias de la mujer. Ese hallazgo también llevaría a descartar a un robo como móvil del crimen y se apunta más a una mortal discusión entre personas que viven en precarias condiciones.
En los alrededores se pueden observar al menos dos ranchadas, denominándose de esa manera a grupos –varones en este caso– que comparten un mismo espacio en situación de calle. Apenas al cruzar Las Heras se encuentra la plaza de la Biblioteca Nacional y en sus bordes externos pasan el día y la noche algunos indigentes. A menos de 50 metros la vereda de la tradicional parroquia San Agustín también es un área frecuentada por personas en situación de calle. Enfrente de esa iglesia está la embajada de Paraguay y a unos cien metros se encuentra el Hospital Rivadavia. A menos de 300 metros de la escena del crimen están el Ministerio de Seguridad de la Nación y la embajada británica.
En esa área se mueven algunos grupos de personas en situación de calle, pero en general conservan sus lugares sin volverse nómadas en las ciudad. Por eso el sospechoso del asesinato de Violeta habría sido identificado, pero abandonó la zona y es buscado por la policía porteña.
Mientras se intenta dar con el paradero de ese sospechoso, los vecinos de Recoleta exponen con las ofrendas florales y las charlas frente al lugar donde se encontró el cuerpo, el dolor causado por la muerte de Violeta.
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