El sicario de Belgrano: le tomó tres minutos matar a dos personas, pero tardó 44 en escapar de la escena de un doble crimen
En el debate donde es juzgada la abogada Julieta Bonanno por haber “entregado” a su cliente y al hijo, se exhibieron las filmaciones del ingreso en el edificio donde vivían las víctimas; tres años después, el homicida no pudo ser identificado
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Pasaron solo tres minutos entre que ingresó en el edificio de Belgrano en el que vivían las personas que le habían encargado asesinar y el momento en que quiso salir, después de haber ejecutado a sangre fría a Rodrigo Alexander Naged Ramírez y a John Naged Aguilar. Pero en su primer intento no pudo escapar. No conseguía abrir la puerta y debió regresar a la escena del crimen, en el departamento del 10° piso, para buscar las llaves. El sicario, que dos años y diez meses después de ese doble homicidio no pudo ser identificado: logró huir a las 22.30 de ese 4 de junio de 2018, 44 minutos después de su entrada.
Así se reconstruyó en el juicio oral y público donde es juzgada la abogada Julieta Estefanía Bonanno. La letrada, que defendía a Naged Ramírez -que había estado preso en el caso Bobinas Blancas, un intento de contrabando de 2000 kilos de cocaína-, está acusada de ser coautora de los asesinatos de su cliente y del hijo. En la audiencia de ayer se difundieron las filmaciones captadas por las cámaras de seguridad de edificio donde vivían las víctimas, situado en Cabildo al 2600, Belgrano.
El asesino sin nombre llegó a la puerta del edificio de Cabildo y Roosevelt cuando Bonanno esperaba que le abrieran la puerta de calle. Había ido porque supuestamente le tenía que entregar a su cliente -afectado por un ACV- y al hijo el dinero para que pagaran el alquiler del departamento.
La abogada llegó a las 21.33 de ese 4 de junio de 2018. Pero unos minutos después, tras llamar por el portero eléctrico y no obtener respuesta, fue hasta el garaje donde había dejado su auto para buscar el celular y poder comunicarse con los Naged.
El reloj de la filmación marcaba las 21.37 con 45 segundos cuando aparece la imagen de la abogada que va a buscar el móvil mientras que detrás de ella camina quien, para los investigadores, es el sicario.
Dos minutos después, celular en mano, la abogada regresó y esperó en la puerta. Pasados menos de 60 segundos, el sicario, que llevaba puesto un buzo con capucha que le cubría la cabeza y un bolso tipo botinero en una de sus manos, se paró detrás de Bonanno. No tocó ninguno de los timbres. Solo esperó a que le abrieran la puerta a la mujer que estaba delante de él.
A las 21.42 con 49 segundos, padre e hijo salieron del ascensor. Naged Ramírez caminaba lentamente con la ayuda de un andador. Colombiano nacionalizado mexicano, y procesado en el caso Bobinas Blancas por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, había sido excarcelado en marzo de 2018 después de haber sufrido un ACV que le dejó consecuencias neurológicas. Primero fue atendido en el Hospital Penitenciario Central, después en un centro de salud privado y finalmente, una junta médica estableció que su capacidad cognitiva había quedado afectada y no estaba en condiciones de comprender cabalmente el proceso penal en su contra. Lo dejaron en libertad al cuidado de su hijo, la otra víctima del doble homicidio narco en Belgrano, y le prohibieron la salida del país.
Naged Aguilar, según se ve en las imágenes, llevaba un bolso tipo bandolera. ¿Bajaron ambos para salir a cenar con la abogada Bonanno y ella, con una excusa cualquiera, los hizo subir? La duda aún no pudo ser despejada por los investigadores y la acusada tiene, por ahora, sus labios sellados. Lo cierto es que, después de que se abriera la puerta, el sicario aprovechó para ingresar y fue hasta el ascensor.
Detrás lo hicieron la letrada y las futuras víctimas. Los cuatro subieron al elevador. Ya eran las 21.44, según las imágenes que ayer se visualizaron en el debate, que está a cargo del Tribunal Oral Federal (TOF) porteño Nº8, integrado por María Gabriela López Iñiguez, Sabrina Namer y Nicolás Toselli. Seguían las alternativas de la proyección del video el fiscal Marcelo Colombo y el ayudante fiscal Miguel Yivoff. También Bonanno, que es defendida por los abogados Leopoldo Murúa y Nicolás Proz.
La cámara de seguridad instalada en el pallier del edificio registró al sicario salir del ascensor a las 21.46 con 22 segundos. Es decir que el doble crimen ocurrió en menos de tres minutos, teniendo en cuenta que las víctimas, la abogada y el homicida habían subido a las 21.44.
Pero el sicario no pudo escapar. La puerta principal del edificio no se abría sin llave. Entonces volvió a subir al ascensor para volver a la escena del crimen y buscar las llaves.
Casi tres minutos después, el sicario volvió a bajar. Las imágenes muestran que puso unas llaves en la cerradura. Pero no abrió la puerta. No quedó claro si probó y no eran las llaves correctas o si regresó a la escena del doble homicidio por otra cuestión.
Finalmente, a las 22.30, el doble homicida salió del edificio. Dejó la puerta abierta. Así la encontraron, a las 22.43, los primeros oficiales de la Policía de la Ciudad que llegaron después de que Bonanno, hasta ese momento testigo principal del crimen mafioso, llamara al 911. Con el avance de la investigación se convirtió en sospechosa.
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