
Cómo es el peritaje de balas para saber si fueron disparadas por la misma arma
Con el Sistema Automatizado de Identificación Balística, la Policía Federal coteja vainas y proyectiles; esto permite unir hechos criminales y a veces lleva a su resolución

El supermercadista chino Ni Qi Fu fue asesinado el 16 de febrero de 2015 en Balvanera. A Claudia Sosa la encontraron muerta el 15 de abril en su departamento del barrio porteño de San Nicolás. Daniel Ríos, murió tras recibir varios disparos el 15 de julio en Salta. Los hermanos Agustina y Javier Ponisio fallecieron luego de ser atacados a balazos en Rosario el pasado mes de octubre.
Todos los homicidios tenían algo en común: fueron cometidos con la misma arma. Así lo determinó un cotejo realizado por el Sistema Automatizado de Identificación Balística (SAIB) a cargo de la Policía Federal. Los crímenes fueron adjudicados a Javier Pino, un joven de 26 años, que está detenido. El joven tenía tres armas registradas en el Renar. También tenía pedido de captura nacional e internacional desde julio pasado.
Cómo funciona
El SAIB acumula la evidencia balística o de armas secuestradas remitidas por las autoridades judiciales y policiales de las provincias adheridas al protocolo, con el fin de establecer un registro en la Base Central Nacional de Evidencia Balística. Del análisis de correlación con la información ya almacenada se logra establecer la trazabilidad de las armas y los proyectiles empleados en hechos delictivos investigados por la justicia.

LA NACION recorrió el laboratorio en el que se llevan a cabo los cotejos. "Tenemos más de 15 mil vainas servidas y 10 mil proyectiles de diversos hechos de todo el país cargados en el sistema", explicó Edgardo Ríos, inspector de la PFA que trabaja en el SAIB.
Cada arma tiene características diferentes, deja su huella propia. Eso es lo que permite determinar si dos balas fueron disparadas por la misma arma. "Las líneas generadas por el espaldón o el percutor en las vainas, y por el cañón en los proyectiles, son marcas únicas. Es como una huella digital", señaló Dora Albornoz, comisario mayor de la Federal.
La tecnología utilizada en el SAIB permite cotejar una vaina o un proyectil con todos los ingresados al sistema. La máquina tira una cantidad de posibles vinculaciones, pero es el trabajo del perito el que permite descartar una por una. Si se detecta una coincidencia, se avisa al juzgado y se solicita la evidencia física, que es analizada en un microscopio comparativo.
"En el caso de Pino, en Santa Fe se hicieron, en el marco de la investigación, disparos controlados con el arma secuestrada. Nos enviaron las vainas para el cotejo", detalló la comisario Analía Kreutzer.
La División Balística de la PFA también analiza, por ejemplo, las causas de la deformación de un proyectil, o la trayectoria de una serie de disparos. Estos peritajes pueden resultar claves en la resolución de una investigación criminal.