Bajo fuego. Cada 30 horas, un policía de la Ciudad se enfrenta con delincuentes en la provincia de Buenos Aires

La secuencia se repite, en promedio cada día y cuarto: un efectivo que, de civil, llega a su casa en algún punto del conurbano después de cumplir sus horas de trabajo en la Capital, o está de compras en su barrio, o quizás está en viaje a tomar servicio en la ciudad, y, de pronto, se ve cara a cara con asaltantes que pretenden robarles lo que tengan, sea su vehículo o lo que lleve encima. La mayoría de las veces salen ilesos; otras, en cambio, el final es trágico: así le pasó, este miércoles a la noche, al oficial José Luis Gómez, un especialista en investigar homicidios que fue asesinado a balazos por malvivientes que intentaron arrebatarle la moto en la que volvía a su hogar, en la localidad de Remedios de Escalada, Lanús.

Desde el 10 de diciembre hasta el 1 de agosto pasado, policías de la Ciudad mantuvieron 148 enfrentamientos armados; de esos hechos, 123 se produjeron en el Gran Buenos Aires. Según cifras oficiales del Ministerio de Seguridad porteño, cada 30 horas un efectivo metropolitano es atacado por delincuentes en el conurbano, siempre en enfrentamientos cuando entran o salen de sus casas, o bien en pleno viaje, antes o después de su jornada laboral en la Capital.

Este nuevo caso motivó fuertes reacciones y críticas directas de funcionarios porteños a la gestión bonaerense en materia de prevención. El jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, publicó en su cuenta de la red social X un crudo mensaje que tituló: “La inoperancia de la provincia se cobra la vida de otro policía de la Ciudad”. Y en ese posteo responsabilizó directamente a Axel Kicillof: “Ya es tiempo de que el gobernador reaccione y se ocupe de la seguridad en el conurbano bonaerense”.

Es un tema que el gobierno porteño intenta instalar desde principios de este año. Esa polarización quedó expuesta a finales de julio, cuando fue el oficial Juan Manuel Castelli fue asesinado de tres tiros por delincuentes que intentaron robarle la moto con la que se disponía a viajar desde Lomas de Zamora hacia la Capital para cumplir con su turno de servicio en la Dirección de Alcaidías de la Policía de la Ciudad.

En ese momento, el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, explicó: “En los últimos 9 meses podemos ver cómo se triplican los enfrentamientos de nuestra policía en la provincia, cuando van a trabajar o regresan de cumplir servicio. Esto habla del descontrol que hay en gran parte del sur del conurbano lindante con la Ciudad en general. Necesitamos decisión política y cambio de rumbo en materia de seguridad en esos distritos de la provincia de Buenos Aires para que ejecuten políticas serias y a largo plazo para que sus vecinos y los de CABA vivan más seguros. Más del 50% de los delitos en CABA son de reincidentes, más del 50% quedan en libertad y más del 50% vienen del conurbano a delinquir. El delito no distingue límites políticos. Los números desnudan una realidad incontrastable que no se resuelve con eslóganes políticos donde está en juego la vida de nuestra gente. La seguridad de la Ciudad depende también de un conurbano ordenado y trabajando en sintonía. Es la única salida tras décadas de abandono y desidia”.

En los últimos cuatro años, 12 de los 13 homicidios de policías de la Ciudad ocurrieron en la provincia de Buenos Aires. Tres de esos casos sucedieron este año, en enfrentamientos con asaltantes. En casi un tercio de los hechos los asesinos se encuentran prófugos y ninguno tiene condena, informó el Ministerio de Seguridad porteño.

De los 123 tiroteos de efectivos porteños con delincuentes en el conurbano, casi cuarenta tuvieron como escenario las calles del oeste del Gran Buenos Aires. Tres de cada diez enfrentamientos fueron en La Matanza. En marzo, la experiencia fue casi cotidiana: en 26 días sostuvieron 20 “mano a mano”.

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