Hermetismo entre los amigos de Báez Sosa que presenciaron el asesinato "para no entorpecer la causa"
Entre la noche de ayer y la madrugada de hoy, 10 de los 11 rugbiers detenidos por el asesinato de Fernando Báez Sosase negaron a declarar. Todavía falta la declaración de Pablo Ventura, el joven que, a diferencia del resto, fue detenido en Zárate. La fiscal Verónica Zamboni los indagó por presunta responsabilidad en el homicidio agravado por el "concurso premeditado de dos o más personas y alevosía".
Uno de los puntos clave para que la carátula sea esa y no un homicidio en riña es que desde que los rugbiers habrían salido del boliche hasta que empezó la agresión a Fernando habrían pasado aproximadamente 10 minutos. Es decir, habrían ido directamente a pegarle con "premeditación y por la espalda".
Según pudo saber LA NACION, los abogados les pidieron a los amigos de Báez Sosa que no den declaraciones a la prensa para no entorpecer la causa. Los chicos volvieron a Buenos Aires para estar en el velorio y entierro de su amigo y regresarían a Villa Gesell para participar de la rueda de reconocimiento.
"A los chicos se les pide que hablen sobre Fernando. Que cuenten cómo era y cuál era el plan de las vacaciones, pero no más que eso. Si no desde la inocencia pueden llegar a decir algo que entorpezca la causa", dijo a LA NACION una fuente cercana al caso.
"Aparentemente todo empezó con un pequeño chisporroteo dentro del boliche, le quisieron pegar a uno de los chicos y Fernando los quiso separar. Se generaron algunos empujones y por eso lo echaron a Fernando y a sus amigos de Le Brique", contó.
Una vez afuera del boliche, según la misma fuente, el grupo de Báez Sosa estaba sentado en una vereda aguardando a dos integrantes del grupo para retirarse del lugar. "Uno había ido a hacer pis y otro todavía estaba adentro del boliche. Ya se estaban por ir a comer algo, a la playa o a dormir. Es ahí cuando salieron los rugbiers y fueron directo a buscarlo a Fernando".
Y agregó: "También les pegaron a los chicos que intentaron separar. Muchos se cayeron, pero, por suerte, pudieron levantarse, algo que Fernando no logró. Los médicos determinaron que los chicos no tienen marcas en los nudillos, y eso es porque no agredieron, sino que fueron agredidos".
El padre de un amigo de Fernando dijo a LA NACION que, según su opinión, Villa Gesell no está preparado para recibir a tantos jóvenes juntos. "En la misma cuadra hubo tres peleas y la policía no pudo acudir a todas. La ambulancia tardó media hora en llegar porque estaba asistiendo a personas de otra pelea. El intendente prometió avión sanitario para trasladar el cuerpo de Fernando y lo terminaron trasladando en una ambulancia".
Mariana Areco, de 20 años, que trabaja en un bar en la esquina de Le Brique, también sostiene que la calle era un caos por varios enfrentamientos que sucedieron en simultáneo.
"Primero hubo una pelea muy violenta en la esquina de la Avenida 3 y la 102. A un chico le pegaron tres patadas en el piso y le tiraron una botella. Quedó todo ensangrentado y los policías lo pusieron de costado. Luego les gritaron que había un chico aún más grave por otro enfrentamiento a unos metros de ahí", dijo Areco.
Ese chico que estaba más grave era Báez Sosa, que ya estaba sin vida sobre el suelo. "Un policía lo trataba de reanimar, le hacía RCP [Reanimación Cardiopulmonar] a Fernando, pero se notaba que ya no reaccionaba. Luego la ambulancia tardó 40 minutos en venir y cuando finalmente llegaron Fernando estaba muerto. Al otro chico herido por la pelea anterior no lo atendieron", relató.
Areco describió los gritos y resaltó la inacción de la gente que pasaba por ahí sin detenerse. También recordó que los amigos de Báez Sosa intentaron frenar la pelea, de hecho, varios de ellos recibieron fuertes golpes en la cara y la cabeza.
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